¡Pepinos!

telecinco.es 18/11/2008 18:14

He aquí un esquema sobre cómo funciona realmente El juego de tu vida, cuyo complejo esquema paso a desengranar a continuación:

1. Voy por partes: tras despertarme esta mañana con la garganta tal cual si hubiese estado haciendo gárgaras con gravilla, decidí que lo mejor sería no ir a trabajar. Pero al recordar la de veces que he dicho eso mismo cuando realmente no estaba malo sino que simplemente no me apetecía salir de la cama, recordé con tristeza la fábula de Esopo: El pastor y el lobo. Así que opté por tomarme un Ilvico, mi medicamento legal favorito, y venirme para acá.

2. Una vez aquí todavía no estaba bien del todo. "Un cafelito", pensé siguiendo el olor de los granos recién llegados de colombia que salía de la cafetería como un perro persigue el culo de otro.

3. Ya en la cafetería, una vez me hube aposentado en la barra, lamenté con un bostezo las conversaciones sobre la crisis y sobre la detención de Txeroki cuando me di cuenta de que a mi lado dos muchachas charlaban del tema más importante del mundo: El juego de tu vida.

-¿Y cómo tenéis toda esa información sobre los concursantes? -preguntaba una a otra. Es una fantástica pregunta no por lo original de su formulación, obviamente, sino porque es realmente lo que se pregunta toda España. Recordemos que Emma siempre aclara que los participantes atraviesan cientos de preguntas, de las que se escogen 21, pero la duda seguía estando ahí: ¿cómo se le ocurren a los redactores algunas tan escatológicas y chiflantes, que en 99% de los casos no han ocurrido a nadie?

-Pues uno de los redactores -se dispuso a responder la otra- se pasa todo el día con cada familia y quieras que no, la gente larga...

-¿Ah sí?

-Sí. De repente dice uno "¿te acuerdas de aquella vez que te metiste un pepino por el culo?". Y entonces ya está. Luego la pregunta será "¿Es cierto que una vez te metiste un pepino por el culo?". Y hala.

Tras semejante revelación, el documento que adquiriría verdadero valor sería el vídeo de esa familia en la que de repente uno de sus miembros suelta esto. "¿Qué hicisteis el verano pasado?", preguntaría el redactor. "Fuimos al pueblo a recoger moras, dormimos en una casita que nos prestó una prima de Zamora, al niño le picó una abeja y nos volvimos porque es alérgico y por el camino vimos cigüeñas y nos sacamos fotos junto a un campanario", diría la madre. Y agregaría el padre como quien no quiere la cosa: "y recuerda cuando te metiste un pepino por el culo".

Ruego que los lectores disculpen este tono vulgar que adquiere hoy mi blog y que es necesario para transcribir la frase escuchada. Ya sabéis que yo soy enemigo de los tacos y este es un blog muy educado y respetuoso. Tras salir de la cafetería, satisfecho por saber un poco más sobre esos secretillos de estado que traen a la población loca, metí la cabeza en Pasapalabra. Descubrí que no conocía a ninguno de los invitados famosos (bueno, a uno, pero como era de otro canal no recordaba su nombre, que viene siendo como conocerlo poco). Me pregunté: ¿es ya más alto el número de programas emitidos de Pasapalabra que el número de famosos existentes en España? Y eso teniendo en cuenta que muchos repiten. ¿Nos estarán colando seres anónimos presentados como famosos porque saben que, para no quedar de inculto y burro ante los demás, nadie va a decir "¿y ese quién demonios es?"? Prometo averiguar esto próximamente.

Bueno, mejor no prometo nada, que seguramente no lo haré.

Esto también trae a cuenta el fenómeno de las Salas VIP. Ahí es donde meten a los famosos que esperan a entrar en plató, muchas veces haciendo un cebo en el que conectan desde el plató con dicha sala. Y os diré una cosa: la mayoría de las veces el cable de la cámara da justito desde el plató hasta la Sala VIP, con lo cual sería mucho más fácil que el famoso en sí se acercase un montón al plató y metiese la cabeza en una esquina del plano y dijese "hola, ya llego", pero el valor del cebo es que se muestre al famoso tan contento en la sala VIP tomándose un café y leyendo la prensa del día como si fuese una aparición mariana a punto de revelarse.

(Y en realidad los periódicos de la Sala VIP, cuando hay alguno, siempre son de hace ocho años.)

Bueno, pues a lo que iba: cuando meto la cabeza en la Sala VIP me ocurre como en Pasapalabra: allí veo gente maquillada de naranja y lista para entrar a plató, pero nunca sé quiénes son. Cuando se está emitiendo Ana Rosa es habitual que estos sean familiares de niñitos pegados en el cole, la hermana de un detenido en Kazajistán o el hijo de una señora con sobrepeso que necesita dinero para una operación. Más divertido era en Está Pasando cuando se comentaba Operación Triunfo y de la sala VIP podía salir lo mismo Bárbara Rey que Parada. ¿Por qué nunca veo a la nunca suficientemente comprendida Violenta Violeta Santander? Eso puede ser porque yo los sábados, que es cuando trabaja ella en Telecinco, yo no vengo.

Que me lío. Esto viene a lo que ya había comentado alguna vez: el poder de sugestión* que existe en estos pasillos, en los que si cualquiera pasa un poco maquillado o con unas gafas de sol ya creemos estar enfrentándonos a la presencia de la mismísima Elizabeth Taylor, es inmenso y maravilloso.

*esto del poder de sugestión es una expresión que aprendí de pequeño cuando estaban de moda los fenómenos paranormales que ocurrían en el madrileño Palacio de Linares, hoy convertido en la Casa de América. Todos los parapsicólogos que salían de allí decían "ojo, que hay mucho poder de sugestión", que casi se convirtió en el "es que dentro de la casa todo se magnifica" de primeros de los noventa. Y eso significaba que, asustado y ojo avizor como estaba todo el mundo ante lo que pudiese pasar, incluso la entrada de un inocente niñito en la sala sería considerada como la reaparición de un niño que vivió allí hace 80 años cuyo espectro volvía para llevársenos con los demonios. Aunque yo en realidad siempre que veo a un niño pienso realmente que es un demonio y quiero irme corriendo, así que lo del poder de sugestión puede ser una tontería. Aunque en la Sala VIP nunca hay niños, excepto cuando vienen algunos de Operación Triunfo o Gran Hermano y se traen un puzzle. Pero espero que así por encima lo habéis entendido. O no, en realidad me da igual, yo ya he completado mi tostón de hoy.