Me llevan de excursión a Vitoria y unas niñas me dejan sordo

telecinco.es 04/09/2009 02:53

TRAIGO LA CABEZA COMO UN BOMBO.

La próxima vez que vea a un grupo de chicas entre 12 y 16 años pondré los ojos en blanco, me volveré de color morado, me caeré al suelo y empezaré a dar vueltas y temblar mientras unos hombres me ponen una camisa de fuerza. Después seré feliz en una celda acolchada, porque desde que una vez me partí la cara literalmente patinando tengo un miedo feroz a los bordes afilados, a las aristas de los muebles y a los escalones. Qué maravilla vivir en un sitio donde todo es blandito y puedes hundir el dedo y oir un pequeño POF.

Pero a lo que iba. Que aunque ahora tenga la cabeza como un bombo, todo empezó muy bien. Lo de quedarme sordo llega luego. Bueno, digo bien, pero en realidad casi no empieza, porque llegué diez minutos tarde y el autobús que nos llevaba a Vitoria estuvo a punto de irse sin mí. Nos llevaba a unas compañeras de redacción, al reparto de Sin tetas no hay paraíso Sin tetas no hay paraísoy a mí a Vitoria porque allí estrenaban el primer episodio de la tercera temporada.

-Sin el Pasillero yo no arranco -dijo seguramente el conductor, mientras yo corría Castellana arriba.

Era un festival de televisión y radio. Resulta que hasta ahora no teníamos ningún festival de televisión, ¡menudo país! Que sepáis, pues, que desde el lunes que empezó esto España es un país un poquito más avanzado. Y además, como aquí todos los puñeteros capítulos de todas las series duran lo mismo que Titanic, pues las proyecciones te acaban durando lo mismo que en Cannes. Vamos, festival de verdad.

Pues allá que nos fuimos. Los protagonistas de Sin tetas no hay paraíso -Amaia Salamanca, o sea, lo más parecido a una futura estrella del cine que tenemos en España, y todos los demás- iban atrás, en su zonita VIP. Yo y mis compañeras de redacción íbamos delante. Yo fui todo el camino escribiendo cosas muy importantes en el portátil que me habían facilitado en la redacción y cuando una compañera admiró lo mucho que me aplicaba anotando todas aquellas ideas para el blog, le expliqué que no, que lo que estaba haciendo era terminar un artículo que tengo que entregar para otro sitio. "¡Así que aprovechas el material de Telecinco para trabajar para otros medios, maldita rata asquerosa de Pasillero mongólico y cagado por un perro sarnoso!", me dijo. Pues sí, eso mismo hacía.

Después me dormí.

Y después paramos en un área de servicio. Pero no cualquier área de servicio, no. LA MEJOR ÁREA DE SERVICIO EN ESPAÑA DEL AÑO 2007. No sólo lo indicaban varios carteles por todo el local, es que El País le había dedicado una página entera que tenían enmarcadita al lado de la barra. Las pulguitas, ciertamente, eran dignas de la mejor área de servicio en España. Los precios también. Jarl. Las camareras del área de servicio se pusieron muy contentas y se sacaron fotos con todos ellos. Conmigo no se sacaron ninguna y no me reconocieron en ningún momento, ¡menudo chasco! Después me di cuenta de que la razón probablemente fuese que no me había quitado la máscara de caballo que me suelo poner para que no me reconozcan y acosen por la calle. He aquí una instantánea de la situación, mientras pedía un aperitivo pasando tristemente desapercibido:

Y llegamos al hotel. Aquí adjunto unas instantáneas de lo más cuquitas:

Después de que las jóvenes de Vitoria consiguiesen los autógrafos de sus ídolos, que en la pantalla interpretan a prostitutas y narcotraficantes -¿alguien se ha parado a pensarlo?-, nos fuimos al hotel. Resulta que se equivocaron de hotel al principio y nos iban a meter en uno que tenía unos pasillos con balcones donde me hubiera puesto las botas. Mirad:

Y bien, llegamos a la parte triste: cuando llegamos a la alfombra roja es cuando me quedé sordo.

He comprobado que si juntas a muchas niñas y las colocas frente a una alfombra roja chillan sin parar. No es necesario que haya una estrella, basta con soltar a un roedor para que crean que sale en la tele y convengan que, por lo tanto, ha llegado el momento de chillar. ¿Y por qué digo esto? Porque antes de que llegasen las estrellas de la serie chillaron todo el rato. Cuando pasaba el proyeccionista. Cuando pasaba un cámara. Cuando pasaba una ráfaga de viento. Claro, cuando llegaron las estrellas de verdad ya daba igual. Los cristales de toda la calle San Prudencio estaban ya reventados y los tímpanos éran sólo una ilusión en nuestras cabezas.

Entre las muchachas chillonas me conquistaron las que llevaban esta pancarta:

Hace justo un año, cuando se estrenó el primer episodio de la segunda temporada, dije que no quedaban fans como las de antes. Pero este cartel me quita la razón. Nótese:

1. El uso del bilingüismo y de los símbolos, como el corazoncito. Hay unas bases básicas de conocimiento pop.

2. La forma en la que la W parece dibujar un par de tetas. No sé si es a propósito o no, pero también unas nociones básicas de sentido del humor.

3. El momento reivindicativo de las nueve horas. Si yo fuera Amaia me paraba y firmaba. Y, de hecho, ¡bravo!, les firmaron casi todos.

4. Han puesto los nombres de todos los actores de la serie siguiendo el borde de la cartulina. Que no hayan conseguido rematarlo no es culpa de ellas, sino de la serie, que claramente necesita un casting más amplio. Hay incluso denuncia televisiva.

5. Y lo mejor de todo, porque no viene a cuento y porque es encantadoramente anacrónico, lo de las SPICE GIRLS en una esquina*. ¿Cómo pueden unas adolescentes en pleno 2009 reivindicar a las Spice Girls, esas viejales que deberían ser para ellas lo mismo que eran las Bananarama para las defensoras de las Spice Girls en su día? Otro bravo. Yo añadiría a Aqua, ya puestos a reivindicar el bubble gum de los noventa.

*EDITO: Qué desilusión, resulta que como me imforma un lector mucho más sabio que yo, lo de las Spice Girls no tiene nada que ver con el talentoso grupo musical sino con el nombre que reciben las chicas en la serie :( Eso me pasa por no verla.

Dentro del cine había un panel donde la gente podía dejar sus impresiones sobre el festival. Y entre otros, estaban allí pegados estos post it (eso que inventaron dos chicas llamadas Romy y Michele):

Y eso, que ahora estoy sordo. Y es por eso que no os puedo contar con pelos y detalles lo que ocurre en el primer capítulo de la tercera temporada de Sin tetas no hay paraíso, porque no me enteré de nada. ¡Ya me gustaría ponerme a lanzar spoilers! Pero no puede ser. Ya no oigo.