Los Web Singing Awards, los Oscars del canto por Internet con todo lo que ello significa.

telecinco.es 13/02/2009 17:48

Hoy en la sala Morocco de Madrid se celebraba la primera edición de los Web Singing Awards de Red Karaoke. La sala Morocco de Madrid es un lugar mítico de Madrid que, me parece, en su día fue de Alaska y ahora ya no, pero donde sus canciones siguen sonando en una proporción de una de cada tres. La Red Karaoke es una especie de MySpace para que la gente cuelgue sus cancioncitas y grabaciones. Vamos, un producto que hubiese sido ideal para que Chipper, Noelia o Pablo hubiesen cantado sus temitas sin quitar espacio en la última edición de Operación Triunfo a concursantes que podrían haber resultado interesantes de verdad.

¿Cómo es posible que el Pasillero diga que ya no recuerda los nombres de los últimos triunfitos y de repente nombre a tres de ellos? Porque mi memoria es muy aleatoria. Lo mismo me vienen a la mente mientras escribo este texto los nombres de esos tres concursantes que los segundos apellidos de todos mis compañeros del cole o todos los puestos de la ejecutiva del gobierno actual. Vamos, cosas ellas a todas luces completamente inútiles y prescindibles. Pero así es como funciona el cerebro humano, o al menos, el mío.

Pues hoy allá me fui. El tipo de gente que se pudo ver en este evento se divía en dos clases:

1. Los cantantes premiados

2. Los que acompañaban a los cantantes premiados, a su vez subdivididos en dos categorías:

1. Sus amigos

2. Sus padres

En realidad, por la calidad de los invitados, por la existencia de catering encima de la barra y por la presencia de mucho vestido de noche que no venía a cuento, esta gala se parecía mucho a cualquier boda, teniendo además en cuenta de que todos estaban bebiendo alcohol con la boca aún guardando restos del pastelito de atún. Además la gala era amenizada por un grupo llamado Sinatras Minnelli (¿sería por Frank y Liza o por Nancy y Vicente?), también muy de boda por el hecho de cantar standards como "My way" y estar esquematizado como cualquier buen grupo de orquesta que se precie:

Una estaba flaca

Otra estaba gorda

Uno era joven y apuesto

El otro era un poco calvo

Eso sí, cantaban muy bien y le ponían mucho entusiasmo y hacían mucho momento happening de "¡¡arriba esas palmas!!". Y a mí esas cosas de fiesta colectiva siempre me pueden (aunque yo no toque las palmas).

(Que me conozco.)

A ver, que es muy fácil llegar a un sitio y empezar a despotricar. A mí estas galas de entrega de premios modestas, hechas con pocos medios y mucha ilusión me provocan muchísima ternura y me parecen dignas de admiración. Son esas galas pequeñas que toman los códigos sagrados de los macroeventos (las pantallas gigantes con proyecciones, la coreografía de cabeza paquí y cabeza pallá, el momento sorpresa, el momento en el que entra un famoso que luego no lo es tanto y todo eso) y lo intenta adaptar a la medida de sus posibilidades sin conseguirlo. Pero es precisamente por no conseguirlo y quedarse a medias, ejerciendo una especie de destripamiento de las galas de verdad, por lo que resultan fascinantes. Y a los Web Singing Awards podemos unir otras de este mismo tipo de galas sin medios y sin famosos pero con ganas y entusiasmo: los Goya, los TP, los Premios Amigo y todos esos pequeños intentos por parte de una organización pequeñita de ser el teatro Kodak por un día.

También me encantan estos actos por ser la glorificación de lo breve, o me explico: la reducción de absolutamente cualquier tema a los tres minutos de pop que soporta de media el ser humano hasta llegar al umbral del dolor. O sea, la práctica que se realiza en Eurovisión o también en Operación Triunfo, único lugar que fue capaz de dejar Purple Rain, canción de nueve minutos de duración, en exactamente tres para que las cantase aquel alemán medio americano medio holandés de aspecto rarísimo de hace dos ediciones y cuyo nombre no recuerdo. A cuadros me quedé.

Y hecha esta meditación de chichinabo, paso como siempre a facilitarme la vida explicando todo lo que he visto hoy por puntos:

1. Entre canción y canción de los Sinatra Minnelli, en la sala se pudieron oir cosas como el hito del rap datado de 1993 "Informer" o "What's your flava" de Craig David, que hacía que los papás de los premiados, de una media de cincuenta años, movieran tímidamente el pie. Nunca entenderé el criterio de estos DJ's, los mismos que entre copla y copla de una verbena de pueblo pinchan a los Beastie Boys para que la fiesta entre la parroquia no decaiga. Pero vamos, por mí, genial.

2. Quiero que todo el mundo entienda que este acto de hoy se reduce a una sola cosa: escuchar karaoke durante dos horas. Y pese a que uno agradece la copa gratis (poder beber y fumar mientras se trabaja optimiza el rendimiento en un 200%) y la gala fue muy distendida, para aguantar un karaoke durante dos horas se necesita algo mucho más potente, entre lo que podría nombrar, si querer hacer apología de nada, heroína o tranquilizante de caballo.

3. El grupo Sinatras Minnelli cantó una versión de Bailando, de Alaska y Dinarama, con la siguiente letra:

Tengo los dedos desencajados el culo tengo muy aplastado pero lo paso genial en esta gran vida virtual

El nivel de empatía que reinó en la sala durante esta canción fue importante porque, sin querer ir yo de nada, que al fin y al cabo me dedico a escribir un blog, muchos de ellos tenían pinta de salir por primera vez en muchos meses de su cuarto tras haber apagado el ordenador. Y también de relacionarse con gente tridimensional (esto es, con alto, ancho y fondo) y con nombres y apellidos reales que iban más allá de Scorpio24 y Cuquita19. Y, qué demonios, si uno quiere dejar de tener el culo aplastado y seguir con su vida personal siempre puede comprar un iPhone y usarlo desde el parque.

4. Algunos ganadores no podían estar presentes. Unos, por vivir en Argentina, dejaron un agradecido saludo en vídeo a todas las personas que les estábamos viendo. Pero mi favorito fue otro que, ante su ausencia, envió a su sobrino a recogerlo. "Lo recoge su sobrino". Cuando lo oí, me pareció toda una frase hecha. O incluso un título para algo de reaggetón.

5. Greta, de Greta y los Garbo de toda la vida, era la gran invitada de la noche. Los aspirantes a estrella premiados de Red Karaoke entraban en éxtasis ante su presencia. Ella, muy simpática y solícita, se hacía fotos con todos. Estaba muy cambiada...

6. Hubo un momento en el que colocamos un montón de empanadillas de tofu sobre mi libreta y ahora huele a rayos.

7. Sinatras Minnelli, auténticos estrellas de la noche y que eclipsaron con su arte a todos los premiados (y de los que se ve que no puedo dejar de hablar), se marcaron un numerazo en un momento dado cantando Simply the best, de Tina Turner. Uno de ellos llevaba una camiseta de Iron Maiden mientras lo hacía. Unos lo llamarían error de vestuario, otros pura abstracción.

Y claro, sí, hubo premiados. Pero si realmente os interesaba quiénes eran, los habréis visto en el fantástico directo del evento que hizo Telecinco. O estarán en la web por ahí puestos. Lo más dramático de todo fue que cuando ya me iba y tras comer ocho mil productos que llevaban atún descubrí que había tortilla. Menos mal que luego alguien me dijo que era de esas de microondas. Y qué queréis que os diga, uno ya no tiene edad para ciertas cosas.