El GH más autorreferente

telecinco.es 07/09/2009 06:16

A un lado del cristal siempre estuvieron ellos, observados desde aquí por una ventanita, ya fuera en un aparato de televisión o por Internet, medio aliado de Gran Hermano desde un principio. En esta undécima edición el cristal separa una casa de la otra, algunos de los observados se convierten en observadores y la ventanita nos mostrará a otros igualmente pendientes de lo que les muestre la suya. Lo autorreferente de la situación destaca sobre todo lo demás como un símbolo para esta nueva era que comienza ahora.

Anoche, unos concursantes descubrieron que había un espejo y podían pasar al otro lado, como la Alicia de Carrol en 'Al otro lado del espejo'. En lugar de jugar una partida de ajedrez deberán ejercitarse en la simple observación y poner a trabajar sus dotes de adivinación. Y es que en Gran Hermano, también "hay que correr mucho para permanecer en el mismo lugar", como le dice la reina a Alicia. El objetivo es ese, al menos: no moverse de allí hasta el final de la aventura.

No me equivoqué mucho al pensar que conociendo lo sucedido en otras ediciones internacionales de este mismo formato podíamos estar más cerca de prever como se plantearía lo que estaba a punto de comenzar aquí. El ejemplo más cercano es el Secret Story francés, y sus muchos paralelismos con las tramas planteadas en nuestra gala cero. Hay dos casas, situaciones personales que se han de esconder, otras creadas falsamente por el programa y hasta uno que conoce todos los secretos. ¿Os suena? Como dice mi amigo Pablo, es muy emocionante escuchar a Mercedes decir cosas como "la casa de los secretos" o "todo el mundo esconde algo".

En resumen, hay una casa con once habitantes (en referencia al número de edición) y otra con seis. Una es la casa 11, con el desarrollo habitual en donde los concursantes nominan y la audiencia expulsa. La otra es la casa espía, así llamada porque sus integrantes deberán observar lo que suceda en la primera, ganándose el premio de pasar a ella y, por tanto, optar a ganar el premio, mediante una apuesta. Esta consiste en adivinar quien será expulsado cada vez. Al tiempo, todos los concursantes de la casa espía se juegan su permanencia ocultando un secreto. Hay dos concursantes (Ángela y Laura) que son matrimonio y deben ocultarlo, convirtiéndose en la trama que nos puede resultar más familiar. Ángela, además, fue invitada a entrar por sorpresa, aguardando en plató para defender a su pareja. Otros dos (Ángel y Lis) no se conocían de nada al entrar, pero deben fingir que son novios. Saray entró supuestamente sin saber que lo haría, pues acompañaba a su madre, habitante de la casa 11. Y, por último, Hans conoce el secreto de los demás pero debe hacer como que no.

La gala fue rápida, ágil y con menos fallos técnicos de lo acostumbrado. El engranaje está cada vez mejor engrasado y eso hace posible que las más de tres horas se hagan cortas. Milá estuvo radiante de blanco, dedicándonos a medio programa su ya tradicional: "Empezamos". Su sombrero a lo Carmen Miranda fue un anuncio de los trajes inspirados en frutas y verduras que vestirá en las siguientes galas. Y es que ya dijimos que su vestuario iba a ser "la pera". Los temores de que en la casa 11 descubran la existencia de otra casa fueron disipados cuando escuchamos a Pepa Álvaro decir a los habitantes de esta última que se comunicarán con ellos y les darán las órdenes mediante mensajes en el plasma. ¡Menos mal!

Eso sí, no hay quien se crea que Saray, la concursante de Ferrol que acompañaba a su madre, no supiera que iba a entrar aún después de haber grabado un vídeo de presentación y ser llevada hasta la puerta de la casa con un micrófono puesto. Es este el engaño más complicado de mantener, porque ¿qué pasará cuando sus compañeros de casa escuchen a una concursante del otro lado hablar con un marcado acento gallego de su hija binguera? Anoche ya la mencionó del orden de las veinte veces. Su secreto será descubierto pronto.

Las casas son bonitas y destacan por su gran colorido. La casa espía es sostenible, construida de acuerdo con la naturaleza y el medio ambiente. Es ecológica, hecha con materiales reciclados, lo cual es lo único austero que hemos podido ver. El detalle de los cepillos de dientes eléctricos es bastante indicativo. Eso sí, la vida de los habitantes de esa casa será modesta y, al menos de momento, no podrán disponer de su ropa, aunque sí de lo que sus compañeros del otro lado han debido desechar por sobrepeso en sus maletas. Aún sabiendo su origen, y que en algún momento lo habrán de devolver, no parecían especialmente preocupados en cuidar dicha ropa, esparcida por el suelo en un par de minutos.

El grupo no ha despertado, en este caso, mi más frontal rechazo. Aunque mis apresuradas conclusiones tampoco han ido mucho más allá. En general son bastante normales, con algunas horrorosas (quería decir honrosas) excepciones. Pilarita nos intenta convencer de que no ha visto nunca este programa, aunque no la creería ni bajo tortura. Ciertamente su comportamiento en las primeras horas pareciera indicar eso, aunque más bien me inclino a pensar que sí vio pero fue incapaz de procesarlo. Germán fue un ejemplo de lo que no se debe hacer en un principio ("¿sí o no?"), y bastaron unas horas para que una mayoría deseara verle fuera. La madre ferrolana, un híbrido entre Aramís Fuster, Peggy Bundy (Matrimonio con hijos) y Marusky (por lo de hablar sin parar a respirar siquiera) pedía anoche a gritos un Tranquimazin, o similar. Por cierto, que los de Roncato estarán encantados tras escucharla hablar repetidamente de "esa maleta de mierda".

Si se tratara de competir al premio del comienzo más odioso, a Pilarita le podría acompañar Melanie, la canaria granadina. No entiendo que para una estudiante de empresariales resulte tan complicado aprenderse un puñado de nombres. "Los nombres son muy complicados", y "aquí hay nombres muy raros" fueron algunas de sus primeras frases, según le iban presentando compañeros. Aunque el premio está incuestionablemente reservado para Lis, la nueva Aída de la casa de Guadalix. Ella salta constantemente de la perogrullada al prejuicio maniqueo, de la broma sin gracia a la afirmación incómoda. Hay dos malas noticias al respecto: no puede ser nominada de momento y, además, forma parte de una de las tramas que pueden resultar más divertidas, al estar obligada a fingir ser novia de un melenudo con extraña perilla. Y encima él fuma, algo a lo que ella se muestra intolerante en el vídeo de presentación.

Debo decir que pensé habíamos superado la rémora de los vídeos absurdos que masacran a la mayoría de concursantes. Pobre Gonzalo, el chico argentino, a quien hacen decir que si está con una chica que no es rubia, de labios carnosos y estupenda cuando pasa un tiempo pierde interés y motivación. Aunque fue, precisamente Melanie la que peor parada salió. Luego me acusan de estar contra los canarios (y eso que defendí a Amor), pero es que sacar a la pobre chica en descapotable y montando a caballo es ponerla al pie de los ídem. Solo faltó que apareciese el Duque por ahí. Eso sí, la chica viste un bañador digno de Paris Hilton (se lo dijo Arturo) y tiene un físico a lo Loli, aunque en carácter no se parezcan en mucho, de hecho esperó apenas media hora para pedir una botella de ron.

Laura, la chica lesbiana de Elche que tiene gran parecido con Eva Pedraza, es de las que mejor me han caído, aunque no demostrase tener una gran intuición. Preguntada por Ángel (el instructor de Pilates doble de El Cigala) si hacía buena pareja con Lis, respondió: "Pegáis un huevo". De su pareja, la mexicana Ángela, no tengo nada anotado en mi Moleskine, lo cual tampoco debe ser muy bueno. Siscu (terminarán llamándole Javi) da un perfil a medio camino entre David el 'Fleky' y Carlos 'Yoyas'.

De Tatiana, la peluquera de este año, me extrañó que no contase en ningún momento que era rusa, aunque viva desde los 12 años en Almería. Indhira tiene unos ojos increíbles y cierto parecido con la cantante Tamara (la buena), aunque la veo algo dubitativa en sus aseveraciones, como cuando dijo: "Qué guapos sois todos, ¿no?" A ver, ¿afirmas o preguntas? A Nagore (la llamarán Leti) le vi parecido a la otra Tamara (la Seisdedos, en la actualidad Yurena), aunque en versión tía buena.

Rebeca (Rebequita, Rebecota) concursa con su muñeca Rosita. Es digna sucesora de Fresita, con algunas pinceladas de Mimi. Habló de sus deudas, lo cual no deja de parecerme curioso e intrigante, aunque yo más bien pienso en sus carencias. Juan (o Juan Luis) oposita a Policía Nacional, lo cual da mala espina tras el precedente de Julito. Arturo, ex perteneciente al Cuerpo de Operaciones Especiales del ejército, parece tener una vida interesante, aunque lo mismo pasó con Rodrigo (otro ex militar), quedándose en poquita cosa.

Hans dice tener un atractivo sexual irresistible, una nueva muestra de lo poco que favorecen los vídeos de presentación a algunos. Toscano (Iván) tiene una historia de superación personal ejemplar, al ser discapacitado y jugador de baloncesto profesional. Está en una silla de ruedas desde los 16 años por un accidente de moto, lo cual no parece suponerle un problema para llevar una vida normal. Lástima que haya quien quiera aprovecharse de su situación, como Pilarita con sus repentinas lágrimas cuando este concursante contaba lo suyo.

No se puede decir que a la binguera Saray el no poder disponer de su ropa (¿pero tenía maleta?) le pillara en bragas. Más bien al contrario. Resulta que como le hacían marca en el vestido decidió no llevar nada bajo sus medias, lo cual pregonó a los cuatro vientos. Aunque nada tan fino como lo de Lis, que pidió una muda de ropa interior porque sino: "las ladillas se me incomodan". Sin comentarios. Curioso que en ambas casas dijeran casi a un tiempo frases parecidas, de un lado: "todos somos humanos, y hacemos pis y caca"; y del otro: "todos somos humanos, eruptamos y nos tiramos pedos". Lo más fino fue dicho en la casa 11, aunque en la otra Lis (ella de nuevo) lo quiso arreglar comentando que ella otra cosa sí, "pero pedos ni uno". Sus ladillas lo agradecerán.

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