Nagore: "Seréis títeres sin titiritero"

telecinco.es 28/09/2009 08:02

El pasado jueves la bolita vino a caer donde nadie lo había previsto. Es más, era muy difícil que nadie previera semejante resultado de las nominaciones, incluso teniendo en cuenta la mecánica propuesta. Una vez conocido el proceso de deliberación, con gran acierto emitido íntegramente en el resumen del viernes, puedo dar fe de que Juan es el peor estratega del mundo, cuya torpeza puso en la picota a Nagore. A consecuencia de esto, las apuestas se dirigen al porcentaje con el que resultará expulsada esta concursante, y la posibilidad de que haga récord mundial. Yo pongo todo mi capital a ese número. Esta mano de la ruleta está muy fácil.

El otro argumento recurrente este fin de semana ha sido la hora sin cámaras pedida por Arturo e Indhira durante la fiesta 'Rebelde way' del viernes. Para quienes no vieran el debate de anoche, decir que la tuvieron, aunque de esto y de lo sucedido en esa fiesta hablaré un poco más tarde. Por una vez respetaré la cronología para empezar comentando la interesantísima deliberación nominatoria que nos perdimos en directo.

El grupo mayoritario contaba el jueves con un tapado. Sobre las ocho de la tarde, Toscano había salido al patio para hablar con Hans e Indhira. Les había confirmado que votaría contra la pandilla basura, probablemente castigando a una Nagore insoportable para casi todos en la casa (más tarde comprobaremos que también fuera). También les avisó de que ellos habían cambiado sus nominaciones, metiendo a Hans en la terna de nominables en el lugar de Arturo, siempre a expensas de quien fuera el expulsado de esa noche. En la sala de expulsiones había un traidor, que se había comprometido con los de Nagore y Juan en seguir la disciplina de voto impuesta por estos, pero pensaba incumplir su palabra poniendo en la picota a Nagore.

Cuando Milá les comunica que han de pactar los nombres de tres nominados, Toscano empieza a recular. En realidad, haga lo que haga habrá traicionado su palabra. O muestra su doble juego ante los que habían sido sus amigos durante todos esos días, o demuestra a los otros que no es capaz de mantener su palabra de nominar a Nagore, a pesar de que Hans se lo había preguntado por activa y por pasiva esa misma tarde. No tenía otra opción, iba a quedar mal con alguno. Quizá por eso apenas interviene en la primera parte del acuerdo, consistente en fijar las reglas en las que se basarían esas nominaciones pactadas.

Tampoco interviene mucho Juan, por extraño que parezca. Posiblemente el 'calculator' está mentalmente entretenido en comprobar aquello que más les beneficia, dejando que sean Melanie, Nagore y Tatiana las más activas en esa parte del proceso. De la otra parte, Hans también se mantiene en silencio, consciente como era de que resultaría nominado en cualquiera de los casos. Rebeca tampoco abre la boca, solamente sus inquietantes ojos. Por tanto, son Arturo e Indhira quienes dan la réplica de forma bastante pasota a lo que les proponen. Consecuencia: aceptan un proceso nominatorio que les perjudica claramente. Tres rondas en las cuales cada uno nombre a uno de sus compañeros. Los más nombrados en cada ronda serán quienes formen parte de la nueva terna de nominados.

La sorpresa viene cuando Juan dice el nombre de Arturo, cuando los de la otra parte habían coincidido todos en nombrar a Nagore, y las tres chicas de su grupo (Tati, Nago y Mel) lo habían hecho a Hans. Solo quedaba que hablase Toscano, quien tras una casi eterna pausa (supongo que empleada en valorar la situación) se decanta también por Arturo. Recordemos que esa misma tarde habían pactado no ir esta semana a por el rey, poniendo en la palestra a sus peones. Juan incumple esto, y por ello pone en peligro a Nagore. Hubiera bastado que nombrase a Hans, como sus tres compañeras, para que la primera vuelta hubiese terminado con este como primer nominado, salvo que Toscano decidiese descubrir su juego, lo cual a esas alturas no creía ya nadie.

Por el razonamiento sencillo de la navaja de Occam, o principio de parsimonia, Juan simplemente se equivoca cuando le llega su turno, sobrepasado por la necesidad de improvisar algo que anteriormente había demostrado que le costaba un grandísimo esfuerzo, razón por la cual prolongaban durante horas sus planes o estrategias nominatorias. La premisa de la que hablo, para quien no la conozca, dice que en igualdad de condiciones la solución más sencilla es probablemente la correcta. No pensemos, por tanto, de otro modo y descartemos que Juan se quiera quitar de encima a un rival importante de su propio grupo. Además, un rival al que rinde pleitesía y sumisión casi absoluta.

Ayer mismo comentaban Hans, Arturo e Indhira varios detalles que ilustran la sumisión mencionada. Estando Juan y Arturo cocinando unas pechugas de pollo, el primero le convencía de que debía dejar la sal para el final, con un argumento que no llegué a entender. Al momento se incorpora Nagore a la cocina, y les dice de malos modos (como es costumbre en ella) que deben poner primero la sal, a lo que Juan obedece sin rechistar. Este es tan solo uno de los ejemplos ilustrativos de hasta que punto Juan se baja los pantalones de continuo ante una autoritaria Nagore.

Recuperando la escena de las nominaciones, tras la cagada de Juan se dan cuenta que tanto si deciden dar por nominados a los únicos tres habitantes mencionados hasta ese momento, como haciendo otras dos rondas, saldrían igualmente nominados Hans y Arturo junto a Nagore, razón por la cual deciden dejarlo así. Esta última intenta vender la decisión conjunta como un acto de generosidad por su parte, ya que el resultado había sido justo. Dos de un lado y uno de otro no deja de ser beneficioso para el grupo de Nagore, por mucho que ella haya quedado nominada. También es cierto que es mucho más de lo que nunca hubieran previsto los de Arturo, razón por la cual este e Indhira celebran el resultado del acuerdo.

Nagore protagoniza a partir de ese momento una serie de actitudes que explican la inquina de la mayoría de la audiencia votante en contra de ella. Primero ese intento por enmascarar un error garrafal de Juan, por mucho que este lo hubiera reconocido ya delante de todos. Luego, el ataque absurdo y poco eficaz a Indhira, a la que recomendó que tuviese precaución porque le iban a salir muchas arrugas, supongo que referido a su abierta sonrisa ante lo sucedido. Aunque el mayor ridículo lo protagoniza cuando pronuncia las palabras con las que titulo esta anotación: "Seréis títeres sin titiritero". No me haría muy feliz escuchar eso de boca de Nagore siendo parte de su grupo de más afines.

Nagore les llama títeres, o sea, dice a sus amigos que están manejados por otra persona (ella, más concretamente). Ya sé que está haciendo referencia a la histriónica frase de Gonzalo, actor de cuarta venido a menos. Pero dice lo que dice, y ni una llorosa Melanie, ni Tatiana rabiosa y vociferante, como siempre, repararon en ello. No estoy seguro de que Juan lo oyese, y apuesto casi a que Toscano no sabe ni lo que es un títere.

Según los porcentajes ciegos dados a conocer en el debate de anoche, Nagore (supuestamente) alcanzaba en esos momentos el 97'2% de los votos, frente al 2'4% y un exiguo 0'4% de sus dos oponentes. No se ha producido en ninguna edición del mundo una expulsión tan abultada, ya fueran tres o dos los nominados. El récord mundial actual es el de Aline (de BB5 Brasil), con un 95%, aunque eran solo dos nominados. Con tres, el 94'04% de Nicole (de BB9 Reino Unido) es la mayor marca, superando el 92'62% de Ángela (GH 9) en nuestro país. Hay claras diferencias entre la marca que puede alcanzar Nagore y la de Ángela. La fundamental es que esta concursante había permanecido en la casa 95 días sin ser nominada, récord que aún no le ha sido arrebatado. Nagore, por el contrario, ha caído mucho antes por obra y gracia de unas nominaciones distintas y el error de su 'correveidile' Juan.

El viernes, Melanie jugó al juego peligroso de darle celos a Indhira provocando de malas maneras a Arturo. En algunos momentos contó incluso con la colaboración de Tatiana, aunque a mucha distancia de una desatada Melanie, dispuesta a calentar a Arturo con todo un catálogo de recursos propios de una modelo de peep show. Se restriega contra él, saca la lengua eróticamente, hasta jadea mientras espera a entrar en el baño, casi simulando un orgasmo. Todo lo que cuente es poco, y simplemente para intentar poner en peligro la relación de Arturo e Indhira, o simplemente divertirse a cuenta de ello. Melanie juega sucio, muy sucio, y lo peor es que lo hace sin nada de esfuerzo aparente. Y sin éxito.

Anoche, Arturo e Indhira disfrutaron de su hora sin cámaras. En la sala de expulsiones y con el previo de unos canapés con vino de Rioja, una cama de matrimonio esperaba a los dos concursantes para calmar su fogosa pasión. "Qué fatiga, Arturo", decía ella mientras él se lavaba los dientes. Les habían dado dos minutos, en los que Indhira se lamentó por no poder ponerse guapa y no haberse depilado las piernas. Estaban nerviosos, y también graciosos. Todo lo contrario que ese Juan bocazas que comentaba la otra mañana los trabajos manuales que le había hecho la noche anterior Arturo a Indhira. "Esta mujer es como un caracol", le decía a sus tres amigas. Como se descuide, este va a ir por el mismo camino que Nagore.

Después de las nominaciones del jueves, Toscano sigue fiel a su grupo y Rebeca comienza una poco explicable migración hacia ellos. Tras las nominaciones censuraba a Indhira por alegrarse, como si fuera un pecado celebrar no estar nominado tras dos semanas consecutivas. Lo curioso es que esta Rebeca iba a consolar a una Nagore a quien ella también había nominado. En el 'confe' decía que era muy bonita, "aunque la haya nominado, y lo volveré a hacer", pero me cae muy bien. Me declaro incapaz de analizar a esta concursante con idénticos criterios que a los demás. Diría que es caso a estudiar aparte, y particularmente no me motiva mucho dicho estudio. Ayer, la Rebecota más siniestra se pasó varias horas llorando sin enjugar sus lágrimas. Queda mucho más espectacular dejarlas correr por sus mejillas y caer desde su barbilla. Todo por un simple conato de discusión con Arturo. ¡Qué hartura!

En la casa espía Ángel dice que empieza a estar agobiado. Se siente desinflado, como si la presencia de los nuevos habitantes le vampirizaran la energía. Especialmente molesto parece sentirse con Gerardo, de lo cual nos hacemos cargo. Este gato tranquilo tampoco entiende como aguanta a Carolina, que le ha superado en verborrea, lo cual no era nada fácil. Tanto él como Laura están deseando irse a la casa 11. Ángel empieza a dudar de poder aguantar si no cambia de casa. A ver si al final se va a marchar por la misma puerta trasera que Lis.

Termino con una pregunta y dos puntillosas correcciones. ¿Quién es el enemigo que decidió poner en la casa espía un sofá tan incómodo? Una cosa es que algunos de sus muebles sean de cartón y otra que el único sofá del salón sea prácticamente imposible de usar. En Guadalix empieza a refrescar y ya no pueden disfrutar por las noches de los sofás del jardín, mucho más confortables. ¿Qué digo? Confortables simplemente, porque eso del salón no lo parece en absoluto.

Las dos correcciones son a colaboradores de ese debate que me sigue pareciendo mejor que nunca. Para Lorena Castell el concursante de la casa espía, Ángel, está "lancio", supongo que en lugar de lacio. Y Nacho Montes demuestra escasos o nulos conocimientos taurinos cuando dice que Gerardo debe irse por porta gayolla, haciendo referencia a su condición de ex apoderado del novillero Pablo Lechuga. "A porta gayolla" es una suerte del toreo consistente en recibir la salida del toro de rodillas en la puerta de chiqueros, también llamada "larga cambiada". Los términos taurinos mejor no usarlos si no se domina el tema.

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