El águila y el caracol

telecinco.es 06/10/2009 08:20

La fauna de GH XI es variopinta, según vamos viendo. Además de Rufa, loro hembra (suponemos) que tiene el don de la oportunidad, he bautizado caprichosamente a los grupos de la casa 11 con nombres de especies animales, desde los 'atunes' hasta los 'caracoles'. Hay una fábula de Juan Eugenio Hartzenbusch sobre un águila y un caracol que nos recordó Navima ayer y viene muy a cuento (nunca mejor dicho). Dice así:.

Me encantan las fábulas, y si van en verso aún más. Esta sería perfecta para describir lo que se vive en la casa de Guadalix de no ser por dos pequeños pero importantes detalles. Los que se arrastran no son solamente los caracoles y, además, los 'atunes' están muy lejos de ser perspicaces como un águila. Es más, me sorprende que sepan leer tan mal el concurso. Esta semana, por ejemplo, se lamentaba Hans por el hecho de no haber sido capaces de darse cuenta de que dividiendo los votos de Arturo, Indhira, Saray y él mismo entre Rebeca y Juan, dando dos de ellos la máxima puntuación al primero y otros dos al otro, habrían quedado nominados ambos al conseguir diez puntos. Sé que ya he comentado esto, pero me interesa recordarlo porque no tuve ocasión de referirme a los lamentos de Hans cuando fue consciente de esto, gracias a que Toscano se lo hizo notar la misma noche del jueves pasado.

No se da cuenta Hans que la teoría del balancín de Pepe (GH VII) es de un sentido común aplastante. A saber, si sientas de un lado a alguien con bastantes posibilidades de estar siendo mal valorado aquí fuera (Rebeca), enfrentada a otras dos personas (Indhira y el propio Hans), hay muchas posibilidades de que en la balanza pesen más estos dos últimos. Incluso es posible que la diferencia de peso sea tan sustancial como para que el primero salga despedido de su asiento, lo cual es dramático pero no tanto. Sobre todo si pasa a formar parte del selecto 'club 90', lo más in y cool del momento. Esto no es tenido en cuenta por un Hans preocupado con que Juan no hubiera salido a la palestra, lo cual estaría obligando a decidir a una audiencia que esta semana se encuentra de nuevo con una opción clara e inequívoca.

Si no fuera porque la realización del canal en directo está siendo estos días más delirante e incomprensible que nunca, nos habríamos enterado de algunas cosas que no vemos. Me parece una burla a la audiencia que nos cambien de plano cada treinta segundos o tengamos que ver la imagen de una persona sola en el jacuzzi cuando en otro lugar de ambas casas hay gente hablando, por ejemplo. Este gato imbécil se siente de esta forma por llevar tantos años alabando el Gran Hermano de las conversaciones, de las relaciones humanas en cualquiera de sus estadios, ya sea que discutan, se quieran o simplemente se conozcan contándose sus vidas. Me siento estúpido porque al final lo que recibo es una realización absurda que parece pretender despistar al espectador y que no nos enteremos de nada.

Me dan ganas de irme a mi casa, dejar el encierro y olvidarme de todo esto, que muchas veces me deja más sinsabores que satisfacciones. ¿Que guardan las imágenes para el diario y los vídeos de prime time? Vale, y yo pregunto si vale la pena seguir siendo maltratados de este modo. Me parece de una prepotencia sin límites que consideren a los espectadores del '24 horas' unos frikies a los que se puede marear y tomar el pelo de semejante forma, ofreciéndoles gente durmiendo cuando hay otros que simplemente hablan.

Si lo hubiéramos podido ver, sabríamos que Rebeca le ha contado a Ángel cómo se masturba, por ejemplo. Lo sabemos porque en la casa espía estaban más sorprendidos que escandalizados, al no cuadrar nada con esa Rebeca dulce e inocente que habla con una muñeca y le enchufa el secador de pelo cuando la lava para que no pase frío. También sabríamos con algo más de precisión los planes nominatorios que en este arranque de semana tienen algunos habitantes, como Toscano o Ángel. Digo esto porque a salto de mata, en microfragmentos de treinta segundos, escuché a ambos cosas que no entendí ni medio bien.

Toscano, por ejemplo, le habría contado a Juan su intención de nominar a Tatiana, Melanie y su propio contertulio. Esto lo cuenta Hans a una incrédula Saray, aunque realmente estoy tan mareado que igual lo estoy entendiendo todo al revés. Tampoco alcanzo a entender el cambio tan radical de Ángel a este respecto, ya que ha pasado de tener clara su nominación de tres puntos a Tatiana, motivada por algo tan leve como que esta llamase 'Ratatouille' a Hans, a su convicción actual de no nominarla porque le ha caído en gracia. Claro, que tampoco cuadra esto con su intención de nominar a suertes, reiterada ayer.

Yo sí que tengo fatiga, Arturo. Ahora ni sé si los 'caracoles' son feos o bonitos, ni donde anda Ángel en esta clasificación zoológica. De momento, le veo nadando y guardando la ropa, aunque sin la maestría de un Toscano que empieza a hacerme gracia. No tanto cuando anda de bromas con Hans, entre otras cosas porque no les entiendo casi nunca, y me temo que este último tampoco por mucho que disimule. Aunque no me intriga, realmente creo que Hans está adoptando un papel protector, casi paternal con Tosqui, posiblemente no relacionado con el propio concurso. No creo que sea un modo de garantizarse un apoyo o descartar el voto de un compañero, sino más bien veo un sentimiento sincero de cariño mutuo.

Bien es cierto que, sumando el apoyo de un Ángel dispuesto a excluir en cualquier caso de sus nominados a los viejos colegas de la casa espía, Hans tendría asegurada la inmunidad nominatoria por parte de cinco compañeros. A saber: Ángel, Saray, Arturo, Indhira y Toscano. Sin contar a Rebeca, que es ya casi 'cadáver', solo quedan otros tres habitantes. O sea, en el peor de los casos tendría nueve puntos, aunque sería extraño que estos tres le dieran la máxima puntuación. Eso quiere decir que muy probablemente no estará en la picota la próxima semana.

Lo que me extraña es que nadie le haya preguntado a Hans por qué no se quita la camiseta cuando se mete al jacuzzi. Bueno, posiblemente se lo hayan preguntado, porque la acústica de esa sala es pésima. Pero no he visto chismes al respecto, cosa rara teniendo en cuenta que en esa casa se comenta todo. Aunque a saber si no lo han hecho y nuestro amigo el realizador nos ha mostrado al concursante más callado e inactivo que encontrase en ese momento. Es arriesgado lo de Hans.

Ayer comentaban la posibilidad de que esta semana les hicieran nominar en positivo. Animado por esta idea y la pretensión 'buenrrollista' que mantiene Ángel, me propongo hoy rescatar otro de nuestros clásicos, la visión en positivo de nuestros amigos concursantes. Voy a intentar, por tanto, destacar cosas buenas en cada uno de ellos, por mucho esfuerzo que me suponga. Menos mal que no se me ocurrió hace esto hace una semana, porque con Nagore habría sido más difícil que cruzar las cataratas del Niágara en bicicleta (por decir algo).

Melanie: No es tan pivón como escucho decir, pero tampoco tiene un físico que ofenda. Veo poca maldad en ella, mucho menos que en su amiga Nagore, que la vino a poner de tonta el domingo en el debate. La prefiero despistada en las conversaciones que diciendo: "Tati y yo somos la bomba en las fiestas", edición corregida y adaptada de la frase "Los vídeos de nuestro grupo son los más divertidos". Lo de quedarse a escuchar a Arturo e Indhira en un momento íntimo de jincamiento puro y duro me parece una niñería bastante considerable, y su posterior "Qué asco, tía" una muestra evidente de envidia. Aunque en el fondo me parece tan humano como el impulso de los dos que disfrutaban bajo el edredón.

Tatiana: Al otro lado de la jovencita repelente que tiene el "coño" todo el día en la boca (la palabra, me refiero) está una especie de niña revoltosa igualmente impertinente pero que no deja de hacerme sonreír a veces. Su media lengua con acento medio eslavo medio andaluz contribuye a que la vea aún más infantil y me haga gracia. Si dejase de reír compulsiva y espasmódicamente sería mucho más fácilmente soportable.

Juan: Debo reconocer que con la báscula es un figura. Yo no sería capaz de pesar y trocear pollo con un nivel tal de aproximación al peso justo. Por otra parte, es afable, fácil para la convivencia y no ha tenido ningún gesto decididamente feo con nadie. Lástima que luego lo estropee con un juego marrullero en medio de la melé, allí donde apenas se le puede ver. Es un enmierdador nato, pero le salva que aún así sepa salir siempre indemne de la pelea, lo cual no deja de parecerme admirable.

Rebeca: Lo mejor en ella posiblemente es mérito de su cirujano plástico. El día que se hagan implantes de cerebro con tanta facilidad como de pecho puede aspirar a ser una mujer 10. De momento 10 es, poco más o menos, el número que separa su porcentaje de expulsión del 100 por 100.

Toscano: Al lado del papel que ha venido a desarrollar Rebeca, estudiado aunque mal armado y poco trabajado, este concursante improvisa cada paso que da, siempre con el objetivo de salvar su propio pescuezo, lo cual le va saliendo bien. En muchos aspectos me recuerda a esa Ángela (GH IX), tan silenciosa y descolocada en el debate del pasado domingo. No se le da nada mal ir picando a unos y a otros, consciente posiblemente de que 'a río revuelto, ganancia de pescadores'. Y esto, amigos míos, en la calle me espanta, pero en esa casa me parece algo más que divertido.

Hans: Va oscilando entre el Hans reflexivo que vimos en la casa espía y el juerguista que forma pareja cómica con Tosqui o hace de brujo de la tribu que pretende hechizar a la Rosita. A decir verdad, me sigue pareciendo el más interesante del grupo, en el sentido que me interesa ver su evolución, los pasos que va dando y como va definiendo su papel en el juego. Aunque lo más importante es que es el concursante que me ha regalado el momento más gozoso en el primer mes de programa (que hoy cumplimos). Me refiero, como es obvio, a esa charla de horas con Toscano en la que fue manejando la intensidad dramática con maestría, hasta ese culmen cuasi orgásmico en el que le terminó diciendo: "Tú tienes el poder". Grandioso momento.

Saray: Pues qué decir, me transmite cierta ternura. El otro día decía: "Preferiría no haber pasado por la otra casa",porque así no habría conocido aquel idílico ambiente en contraste con este mucho más áspero de la casa 11. Cosas como esa, o su justificación ante el 'súper' por ir al 'confe' a llorar, expresado en medio de ese singular hipo del lloroso, con detalles que me gustan en ella. Me parece mucho más sensible de lo que aparenta ser.

Ángel: Me fascina su capacidad para caer bien. Y su verborrea sin límite, capaz de encontrar anécdota o historia ad hoc a cualquier momento. Aunque con este tengo un problema me temo que irresoluble. No me lo creo casi nunca. ¡Ojo! sé que es problema mío. Pero no puedo evitarlo. Cada historia que cuenta es como si la estuviera inventando. Ayer mismo contaba las veces que se ha presentado a los castings de este programa, relatando que en una ocasión quiso interpretar un papel falso, poniendo en los formularios que vivía en la montaña, permanentemente en contacto con la naturaleza, y demás. Pues bien, le escuchaba y me parecía que estaba improvisando la historia. Bien improvisada, eso sí.

Arturo: Tras su apariencia de borrico veo a un tipo más atento y educado que muchos. Sus formas ofenden, es cierto. Pero a veces merece la pena intentar observar el fondo. Es ofensivamente claro casi siempre, especialmente con Indhira. Nunca la ha engañado, lleva días diciendo que no se plantea nada serio con ella, con lo cual pudiera parecer que solo busca solaz y gozo con el roce continuo entre ambos. Pero eso sí, cuando se acerca Ángel a ella veo a Arturo pendiente, sin quitar el ojo ni perder ripio. A mí este no me engaña.

Indhira: Es dulce, sensata, bienhumorada, educada, sincera, coherente. Sus modales de princesita me dan un poco de rabia, eso sí. Pero, aparte de eso, no me cuesta ver su lado bueno y aún estoy a la espera de descubrir el malo. ¿Se nota mucho que me gusta?

Al final creo que no he destacado solo lo bueno, aunque lo he intentado. De los espías hablaré otro día, aunque he de decir que me sorprende el extraño fenómeno en torno al nombre de Gerardo. Escuché ayer a Carolina llamarle Guillermo. Aquí fuera le hemos llamado más veces Germán que de otra forma. ¿Qué diablos pasa con ese nombre que todos confundimos?

Termino con un brevísimo apunte sobre la parejita Indhira-Arturo. Como suponíamos ayer, ellos siguen queriéndose y discutiendo a la vez. No digo que eso sea amor, pero se le parece mucho.

[Dejo cartelera con los ex espías Hans y Ángel. Recuerda que ya puedes jugar al Test de Gran Hermano, donde podrás probar tu nivel de conocimientos sobre la historia del programa. Y también puedes ya solicitar tu sitio en el plató de Gran Hermano, rellenando un simple formulario].