La audiencia versus Gran Hermano

telecinco.es 30/09/2009 08:23

Se inicia el proceso "la audiencia contra Gran Hermano". En la sesión de hoy el acusado ejercerá su derecho a la defensa. El acusado no comparece ante este tribunal, por lo que será el gato encerrado quien asumirá su defensa de oficio. Audiencia pública. Tiene la palabra el abogado de la defensa.

Señoría, distinguida audiencia acusadora, con la venia. No voy a cometer el error de defender al Gran Hermano de acusaciones contradictorias. Todos los años pasa lo mismo, la audiencia reclama masivamente una cosa hasta que se produce, y entonces asistimos al nacimiento de una corriente de reclamaciones contrarias y quejas por la decisión tomada. Fue el caso de Gonzalo, por ejemplo, cuya expulsión se pidió de forma casi unánime hasta que esta se produjo. Después vinieron las amargas críticas y los lamentos. Esto es siempre así, por lo cual evitaré cansar a este excelso tribunal con historias recurrentes como la mencionada.

Basaré mi defensa en algo abstracto y misterioso. Me estoy refiriendo a los sentidos y las pasiones. Este gato defensor cree injustas tantas observaciones como vienen realizándose sobre esta edición de Gran Hermano, manteniendo que está siendo floja, con poco gancho o interés. Pues bien, solo diré que ayer mismo me hacía cruces cuando vi un escueto mensaje de mi amigo Senador que decía algo así como: "Gran bronca en la casa", y resulta que en ese momento no podía estar delante de la ventanita para verlo (lo vi después). Y ya por la noche, entrando en la madrugada de hoy, aguardaba muchos minutos absorto esperando que Arturo volviera al salón tras un matador corte de pelo que le había hecho Tatiana para ver la reacción de Indhira.

Aparte de estos dos detalles concretos, puedo confesar que estoy realmente atrapado de nuevo. Es más, la trama está empezando a parecerme particularmente interesante, tan compleja que me cuesta defender a nadie, o casi nadie cuando menos. Esto, que para algunos parece un drama, a mí me encanta. Siendo sincero, diré lo siguiente: hacía muchas ediciones que no disfrutaba tanto observando y analizando la vida diaria de los concursantes de Gran Hermano. Tanto es así, que renuncio a cualquier otro argumento en defensa del programa. No haré más consideraciones, señoría. Eso sí, a instancias de este tribunal relataré, como hago cada día, mis impresiones sobre lo sucedido en las últimas horas. Pido que este testimonio forme parte del diario de sesiones de la presente vista.

Proceda, gato... quiero decir... letrado.

Ayer se produjo una bronca importante en la casa, a la que me refería anteriormente. Además, en el resumen pudimos ver de forma un poco más detallada la discusión utilizada por Rebeca para justificar su transfuguismo. En seguida analizaré lo de la mañana de ayer, pero antes diré alguna cosa sobre esa extraña reacción de la dueña de la Rosita el pasado domingo. Ya dije que sus llantos durante una hora y media fueron especialmente llamativos porque dejaba rodar las lágrimas por su mejilla hasta que terminaban por abandonar su rostro cayendo lentamente desde la barbilla. Nadie hace esto si no es para hacer más espectacular su llanto, mucho más vistoso así que si sencillamente enjuga sus lágrimas con un pañuelo. Pero no fue eso lo peor.

Me rebelo ante algunas narraciones que veo del momento que nos ocupa. Con todos los respetos, me alucina que se diga: "Arturo hizo llorar a Rebeca...", o cosas similares. Pero vamos a ver, ¿estamos locos o qué? Arturo no dijo nada que justifique la reacción de esta concursante. Si en algún momento se pudo sentir molesta con él dentro del desarrollo de la prueba semanal este le pidió disculpas con bastante más cariño del que acostumbra a mostrar. Ninguno de los presentes entendió las lágrimas de Rebeca. Ni Hans, ni Saray, ni Indhira. Esto es así simplemente porque no tienen explicación ninguna. No hubo nada, absolutamente nada. Bueno sí, hubo una malintencionada interpretación de una concursante cuya cordura he defendido aunque cada día deba ponerla más en duda.

Lo más gracioso del cambio de bando protagonizado por Rebeca es hasta que punto está siendo útil para demostrar lo falsos que pueden llegar a ser algunos de la pandilla basura. La tránsfuga está siendo tratada con honores de deidad griega, casi parece que fueran a pedir su canonización inmediata. 'Santa Rebeca' está en un altar para Nagore, Juan y compañía. Por la mañana todos ellos se preocupan por si se ha tomado ya sus pastillas, y por la noche asistimos a una estampa única. Juan y Nagore le hacen la cena solo a ella (la mayoría ya habían cenado y otros lo harían más tarde preparándose el pollo ellos mismos). Le preguntan si lo quiere en bocadillo o en el plato. Juan se lo prepara en la sartén mientras Nagore le saca vaso y cubiertos, sirviéndole la bebida. Increíble.

Que nadie me vuelva a decir que Nagore es natural y se comporta tal y como es. Esa forma de hacerle la pelota a un compañero, esperando la compensación de sus votos en la nominación de mañana, es cualquier cosa menos un comportamiento natural. Además de ser indigno hasta decir basta. Una cosa es que empiecen a ver con simpatía a una compañera de la que se han mofado durante días, haciendo escarnio de su rollo 'flower power' sección infantil, sencillamente porque ahora se acerca a ellos y les brinda su apoyo. Si a consecuencia de ello se benefician de sus votos pues mejor que mejor. Ahora bien, ganarse esa renta nominatoria de forma tan rastrera me da auténtica vergüenza.

La bronca de ayer fue otra historia. De momento, esta sí fue una bronca. A Arturo le asistía la razón pero sus intenciones quedaron claramente al descubierto, mostrándose tan prepotente y desagradable como esa Nagore que parece ya casi de cuerpo presente en la casa. El 'sperminator' de Guadalix se levantó con ganas de jaleo, y vaya si lo hubo. Cuando todos están preparándose para comenzar el penúltimo día de prueba, Arturo reclama el cinturón de brazo que lleva puesto Nagore. Especialmente preparado para Toscano, cuando a este no le toca llevarlo se lo puede poner otro de los participantes en la prueba. Para Arturo no es justo que sea casi siempre la misma persona quien lleve ese brazalete, en lugar del que rodea la cintura, por lo cual lo reclama para él.

Nagore no quiere soltar el brazalete, provocando el plante de su oponente. La prueba no puede comenzar si no llevan todos puesto el cinturón, y Arturo no está dispuesto a ponerse otro que no sea el de brazo, salvo que lo lleve Toscano. Lo que no consiente bajo ningún concepto es que un día más lo utilice la misma persona. Son tal para cual, igual de prepotentes uno y otro, solo que a Arturo le asiste la razón. No es justo que siempre se reserve la misma persona esa alternativa del cinturón de brazo. Cierto que no a todos les gusta esa alternativa, prefiriendo el de la cintura, pero si alguien más lo prefiere deberían alternarse.

En este punto comienzan una discusión innecesaria sobre si lo pueden intercambiar entre todos, si solamente con miembros activos de la prueba y demás. La discusión sobra desde el momento que Arturo sale del 'confe' confirmando su tesis. Los demás tenían dos opciones, creer a su compañero o pedir confirmación en el 'confe'. Finalmente, hicieron esto último, y Nagore tuvo que quitarse el brazalete, aunque en un principio no fue para Arturo sino que se lo puso Toscano primero. La discusión había pasado por varias fases, dejando unas cuantas instantáneas dignas de ser comentadas.

En primer lugar, Juan apenas interviene en la discusión, y cuando lo hace es más bien apoyando la idea de Arturo. Por otra parte, todos se ríen un poco de Tatiana cuando ésta comienza a gritar desaforadamente, dando un puntapié a una mesa en el patio (4,99 € en Ikea). Tras su brote violento, la ruso andaluza la termina tomando con el loro. "Mira el loro asqueroso", dice Tatiana, sin que quede claro la razón de la ofensa al pobre animal. Esta parte del episodio se produjo porque tras haber comenzado finalmente la prueba resulta que Rebeca no se había puesto el gorro, lo cual es denunciado por un Arturo aún con ganas de jarana. De modo que deben comenzar de nuevo, no siendo válido lo realizado hasta ese momento y provocando el estrambote de Tatiana.

Pero lo más fuerte fue (junto a la premeditada actitud provocadora de Arturo) la reacción de Nagore. Primero le dice a su enemigo: "Me cago en tu puta vida", barbaridad que no tiene mayores consecuencias, por sorprendente que parezca. Luego es incapaz de aceptar la crítica de los más afines. Melanie estuvo bien apoyándola delante de Arturo pero ya en el jardín le reconoció su error. "Yo también puedo querer llevarlo", le dijo con toda la razón de su parte. Resulta que a ella le molestan más los calambrazos en el brazo, pero no a todos les puede pasar lo mismo. Por tanto, es obvio que todos deben tener idénticas posibilidades de usar esa alternativa.

Aunque lo más fuerte fue cuando Nagore, escuchando las quejas de Mel y Tati, que estaban defendiendo lo indefendible simplemente para no dejar vendida a su amiga, les espetó: "Cualquiera diría que os habéis llevado la peor parte". Prometo que las de hoy son todas palabras textuales, recogidas cuidadosamente en mi Moleskine.

Sea cual fuere el porcentaje con el que resulte expulsada esta concursante, marque un registro récord o no (algo realmente poco importante), se marchará de esa casa sin que yo logre entenderla. Eso sí, su cerrazón de ayer contribuyó a minar un poco la imagen de Arturo, que podía haber hecho lo mismo sin necesidad de moverse por la casa como un león enjaulado, diciendo a voces que quiere ver a Nagore fuera de la casa porque no la traga. O se relaja un poco, cosa improbable, o no quiero ni pensar lo subidito que estará cuando la despida (como desea) en la sala de expulsiones. Más horas sin cámaras para él, por favor, que se desfogue un poco.

Algo llamativo en este Gran Hermano es como de la mañana a la noche pueden pasar de la discusión más encendida a un aparente buen rollo. Anoche, sin ir más lejos, Tatiana le cortaba el pelo a Arturo mientras este le contaba alguna discusión suya con Indhira. Estaban tan ricamente en el baño, cuando esa misma mañana ella llegó a arremeter con el mobiliario enfadada con el mismo compañero al que ahora estaba cortando el pelo. Me extrañó que no estuviera controlando el tema Indhira, la cual esperaba pacientemente en el sofá junto a Hans. De nuevo nuestras mentes estaban en conexión al preguntarle por qué dejaba que le cortasen el pelo de cualquier manera sin ir a verlo.

Indhira esperó a que se duchase y vistiese antes de regresar al salón con un corte de pelo casi tan macarra como el de Toscano. Pero no pareció importarle demasiado, lo cual da cuenta de hasta qué punto está enamorada. Solo le pidió permiso para ponerle un poco de punta el pelo de la parte superior de su cabeza, aunque sospecho que a él se le estaba poniendo de punta otra parte de su cuerpo. ¿No es bonito?

Y termino hoy con un mensaje leído anoche entre los SMS de la emisión en directo. Es la primera vez que me hago eco de algo escrito por ese medio, pero es que me pareció tan surrealista que no me resisto a inmortalizarlo aquí. Dice así: "GH yo también mucho crisis 2 grupo. Arturo cule mucho. Nego Fuera calle. estoy fiesta penarroya". Como si lo viera, alguien dirá que se entiende perfectamente lo que quiere decir. Benditos lectores que manejan claves ajenas a mi entendimiento. Copia el mensaje a diez de tus contactos y te harás automáticamente defensor de Hans, el único normal en esa casa.

Se levanta la sesión.

[¡Albricias! Este blog se visualiza bien desde ayer en los navegadores Chrome y Safari (por tanto, en iPhone e iPod touch). Gracias miles. El destino es generoso. Lento, pero generoso].