Nadie nos había emocionado tanto como Bárbara

Bárbara

Analizar ‘realities’ es para el gato tan satisfactorio como formar parte de ellos para sus concursantes. El placer de ver frente al de ser visto.

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Bárbara no merecía salir así. Cualquier abandono obligado por circunstancias familiares del concursante es injusto y doloroso. Más en este caso, porque Bárbara era una potencial ganadora de esta edición, favorita para muchos y enormísima concursante. Este fin de semana está escrito como uno de los más negros que se recuerdan. El fatal regreso de Fer y la salida de Bárbara marcan estos días como aciagos. Ojalá poder retroceder en el tiempo y volver a escribir la historia desde el pasado jueves. Será difícil volver a encontrar una concursante como Bárbara, que tenía todo aquello que siempre pedimos. Nos ha hecho sentir como pocos, especialmente a la hora de su despedida. Su entrega ha sido máxima, al igual que su generosidad, tanto con el propio programa como con su amiga Adara. Por desgracia, ese “juntas hasta el final” con el que muchos soñamos no ha sido posible. Sospecho que si es por la audiencia hubiera sido posible.

Nunca una concursante nos había emocionado tanto. Anoche Bárbara protagonizó un momento precioso llamando en directo a Pablo, que lloraba de pena por su abandono. Y atendió después a un Jordi González que ayer estuvo especialmente brillante. Tener a Jordi en Gran Hermano es una garantía, una tranquilidad y un orgullo. También una suerte inmensa. El debate hizo que la de ayer se convirtiese en la segunda mejor noche de esta edición, con momentos que no podremos olvidar. En redes sociales había una voz prácticamente unánime que decía: esto es Gran Hermano. Gracias, equipo. Es un gusto indescriptible para este gato injusto y deslenguado a veces, pero siempre apasionado. Y este programa es pasión pura.

La salida de Bárbara no ha sido la única de este fin de semana aciago. Fer fue expulsado anoche por revelar de forma repetida información del exterior, desoyendo las insistentes advertencias del ‘súper’. Tanto en un caso como en otro, el programa hizo lo que debía. Nunca he dudado de que esto sería así. Nos contemplan dieciséis ediciones en las cuales nos demostraron que podemos confiar en ello. Entiendo las quejas de Bárbara, pero comunicar a un concursante un hecho familiar grave no solo es decisión de sus familiares sino una cuestión pura y simple de responsabilidad por parte del programa. Si no se pone en su conocimiento y pasa algo irreparable Bárbara no podría perdonar que no fuese avisada. La intención de los responsables de Gran Hermano no puede ser mejor. Miran siempre con escrupuloso cariño por lo mejor para los concursantes, especialmente en momentos tan delicados.

Lo que no puede hacer el programa es dejar de comunicar un hecho grave a un concursante desoyendo la petición de sus familiares. Pero sí al contrario, siempre y cuando lo consideren oportuno. No conviene confundir los términos. Por otro lado, permítame el lector la sospecha de que Fer ha podido precipitar los hechos. No se trata de echar las culpas de todo al repescado más efímero, que apenas ha permanecido tres días en la casa tras su regreso. Pero el hecho de que haya estado dando información del exterior como una metralleta desde el mismo jueves por la noche me hace pensar que haya existido el temor de que Bárbara se enterase de la situación de su padre por esa vía en lugar de por otra más correcta. No es descabellado pensar esto puesto que Fer entró con el declarado objetivo de “cargarse a Bárbara” y lo cierto es que ha salido llevándose por delante a su enemiga. Bárbara tuvo conocimiento del problema que ha provocado su abandono el pasado viernes, justo al día siguiente de volver Fer, y el ‘súper’ la emplazó para que tomase la decisión definitiva el sábado a primera hora de la mañana.

Pablo

Antes de marcharse, Fer intentó sembrar la duda en Adara, que anoche estaba hondamente preocupada y solo la tranquilizó una prolongada visita al ‘confe’. En este caso, Fer le hizo la nada inocente pregunta de si su tía y su madre se llevaban bien. Cuando Adara respondió que “normal”, Fer comentó que “normal” no es igual que “bien”. No lo vimos, pero anoche lo contaban Adara y Noelia, presentes en esa inquietante conversación. La insistencia posterior de Fer hizo inquietar todavía más a Adara. Ella sabe que las dos pueden estar asistiendo a las galas, y sospecha que con esa pregunta Fer le podía estar sugiriendo algo visto en los días que estuvo fuera. No hace falta calificar la intención de Fer, y tampoco sería capaz de hacerlo sin caer en el insulto, por lo que lo dejo a criterio del lector.

Fer es el segundo concursante en la pequeña historia de este programa que es expulsado disciplinariamente por revelar información del exterior. Como expliqué el pasado viernes, Ana Toro fue la primera y, a su vez, segunda expulsada disciplinaria. Desde la expulsión de Carlos Navarro en la segunda edición y hasta la décima no hubo ningún otro caso. El año que fue expulsada Ana fue el que más expulsiones disciplinarias tuvo Gran Hermano en todo el mundo, sumando un total de 20, y superando la marca de 14, alcanzada dos años antes. No es nada extraordinario, como revelan las cifras, y también en esto los responsables del programa actúan siempre de la manera más correcta.

Personalmente hubiera ejecutado la medida mucho antes, mandando para casa al concursante el mismo jueves por la noche, pero también es cierto que en casos como este la clave está en la repetición. Si se actúa en orden a lo importante de la información filtrada, la decisión será siempre arbitraria. Es cierto que contar quién va primero en la liga de fútbol no afecta al juego, pero es algo que los concursantes no pueden conocer de normal. Solo el propio programa puede decidir lo que pueden conocer los concursantes. Ayer visitó Guadalix de la Sierra el ganador de la cuarta edición, Pedro Oliva. En su edición el programa contó a los concursantes el desastre del Prestige, que tanto daño hizo a las costas gallegas. También han podido ver en una edición que no recuerdo un partido de final de Champions. El programa puede decidir la información que traslada a los concursantes, y en igualdad de condiciones para todos, pero nunca un concursante repescado.

En la anterior expulsión por semejante motivo, Pepa Álvaro, por aquel entonces ‘súper’ máxima, comunicaba así la medida a los concursantes: “Los comentarios de Ana sobre lo que ocurre fuera, muchos de ellos basados en opiniones personales, os han ofrecido una imagen subjetiva de la realidad que puede haceros mucho daño aquí dentro. Esperamos que sigáis disfrutando como hasta ahora de Gran Hermano 10, sin tener en cuenta estos comentarios parciales”. En estas palabras está la otra clave, aparte de la repetición en el error. La imagen subjetiva de la realidad ofrecida por un concursante repescado puede hacerles mucho daño. Así ha pasado con Fer, que no hubiera sido expulsado por contar solamente unas pocas cosas sueltas.

Fernando

La intención de Fer estaba clara cuando el viernes le decía al ‘súper’ que intentaría cumplir con la condición de no revelar información del exterior, la única que se le exige a un concursante para vivir una segunda oportunidad. Era todo un aviso, y una especie de desafío al programa. Después cumplió con lo que se pudo adivinar entonces. Fer se ha burlado del programa, demostrando que no solo le importa “una mierda” su audiencia sino también sus responsables. Coincido completamente con Candelas y Pablo, también aspirantes a la repesca, cuando dicen que ha sido algo premeditado. Fer sabía que no iba a poder ganar este concurso, y deseaba salir lo antes posible, según él mismo contó en el apartamento. Solo quiso volver a entrar a la casa para repartir mierda y perjudicar a algunos concursantes, dando una visión subjetiva de la realidad recibida como un credo por aquellos que cumplen, exactamente hoy, 60 días encerrados.

Clara cree que la audiencia decidió la vuelta de Fer para que se liara con ella. Una vez más demuestra su egocentrismo, pero si alguien lo pensó estaba muy equivocado. Como equivocada fue cualquier razón que llevase a una parte importante de la audiencia votante a decidir que Fer fuera el repescado. Una decisión que hoy debemos lamentar y ha malogrado esta repesca. Si hubiera entrado cualquier otro de los candidatos no estaríamos ahora contando la historia de un regreso efímero, que ha dejado en todos una idea equivocada de la realidad. Es normal que le escucharan como al oráculo, sabiendo que tenía mucha información que ellos desconocen. También se han dado cuenta de las ganas que tenía de enredar y anoche nadie se extrañó de su expulsión, recibiendo la noticia con palpable indiferencia.

La fugaz estancia de Fer ha servido para volver a hablar de si hubo algo bajo el edredón con Clara o eso solo existe en nuestras calenturientas mentes. Fer lo ha seguido negando, sin saber que Clara decía lo contrario la madrugada del jueves. Hablando con Noelia, y con medias palabras, venía a confirmar esa firme sospecha. Si Fer dice que no pasó nada hace pensar que sí. También dijo anoche en el ‘confe’ que no había contado nada del exterior y no ha parado. Venía a decir Clara que estaba preocupada pues por lo observado en Fer debía entender que se había visto todo. Pero todo, todito, todo. Anoche mismo volvía a confirmar Clara de forma muy sutil que la novia de Fer debe estar preocupada. Vieron sus vídeos de presentación en versión reducida y después Clara contaba que desde los 14 años ningún hombre le había dicho que no, aclarando que ninguno es ninguno. Tal vez hilo demasiado fino, pero entendí lo que quería sugerir. O sea, que Fer tampoco se le resistió, aunque en su segunda estancia ella se quejó de la “distancia aborrecida”. ¿Qué diablos será eso?

En un debate tan intenso, la presencia de Pol pasó sin pena ni gloria. Tan solo la idea que tuvo Jordi de facilitar el contacto entre el último concursante expulsado por la audiencia y la madre de Adara justifica su visita al plató. Dice Pol que le da un once a Adara. Debe ser por lo ciega que ha estado con él, aunque por suerte vio como todos que no la defendía cuando debía. Pol solo reaccionó cuando se vio nominado y teóricamente traicionado por sus no menos teóricos amigos. A Miguel solo le reprocha su nominación, nada que decir sobre que llamase “hija de puta”, “mala persona” o “posesiva enfermiza” a su novia. Adara ha perdido en tres días a Pol y a Bárbara. El reto que tiene por delante es tan complicado como hermoso, debe superar estas circunstancias contando solamente con ella misma. Como decía su madre anoche, ella es fuerte y lo puede conseguir. Desde aquí fuera le llegará un fuerte torrente de apoyo, sumando el de los que querían el triunfo de Bárbara a los de quienes siempre han deseado el suyo.

Miguel

El sábado Miguel decidió llevar a cabo aquello que esperábamos hiciera la segunda semana. A estas alturas no le veo el interés, aparte de lo ridículo que resulta el tema, toda vez que en la casa solamente podían sorprenderse Adara y Meri, castigadas sin exhibición privada, como tuvieron antes todos los demás concursantes. Meri es marginada una vez más. El jueves Bea y Rodri contaban a toda la casa lo suyo, pillando por sorpresa también a Meri. Más sangrante esto porque Meri ha sido confidente de Bea durante semanas, y la última en enterarse de lo suyo con Rodri. Viendo que Meri es ahora el único apoyo que tiene Adara en la casa, la única que ha estado pendiente de ella casi todo el rato, se explica un poco mejor el castigo de un grupo dominante que ha quedado diluido por la extinción del grupo minoritario.

En todo este teatrillo de Miguel me parece especialmente incomprensible que Noelia mostrase su sorpresa durante la última exhibición privada de Miguel, antes de reunir a todos para volver a descapotar su azotea, esta vez de forma pública. Noelia ya había visto a Miguel quitándose la prótesis de pelo, porque estaba en plató cuando se mostró su vídeo de presentación, el primero de todos en la gala de presentación. Estos paripés son infumables. Antes de descapotarse el discurso de Miguel incidió en eso que podemos llamar “circunstancias dadas”, tal como dice Gilda Santana en su libro. Las circunstancias dadas de un concursante no concursan. Que haya tenido una vida complicada, o cualquier otro antecedente, debe ser indiferente a la audiencia, y algo que el concursante debería dejar fuera del juego.

Miguel confirmó que no es calvo, algo que ya sabíamos. “No tengo calvicie, solo entradas”, decía el concursante, explicando su deseo de reunir todos los cánones de belleza. Como persona respeto que sea un trampantojo, como él dice, pero como concursante no funciona el intento de componer un Frankenstein con retales de lo que puede sensibilizar a la audiencia. Aunque, en realidad, Miguel es más doctor Jekyll y señor Hyde. Ahora un triunfador ante el que caen rendidos todos los hombres y mujeres que desea, alguien a quien le gusta retorcer parejas. Y un rato después ese pobre acomplejado castigado por la sociedad por ser bisexual y calvo. “La sociedad rechaza a los calvos”, dice Miguel. Tal vez la frase más esperpéntica, grotesca e irrisoria que haya escuchado nunca pronunciar en esa casa.

Miguel, abanderado de la normalización, haciendo un drama de sus insignificantes problemas capilares. ¿Alguien lo entiende? La única que puso algo de cordura, dada la triste ausencia de Bárbara, fue Meri, que bajaba al plano de la realidad un asunto magnificado hasta lo absurdo por Miguel. Sus pausas dramáticas y la histriónica emoción mostrada parecen aprendidas de un culebrón venezolano. De los malos, además. Mucho tendría que aprender Miguel de las telenovelas. No vi a la casa conmocionada con la terapia de Miguel, aunque me pareció que Fer estaba a punto de sumarse y acudir al punto rojo para decir: “Hola, me llamo Fer y soy un metemierda de proporciones cósmicas”. Al final nadie siguió con la terapia. Lástima.

Frase 033b

Moleskine del gato

El teatrillo de Miguel podría haber sido lo más lamentable del fin de semana, aparte de la triste salida de Bárbara, pero tampoco lo fue. Hubo de competir con la obra de descerebrados en la que el propio Miguel participó, atando la ropa íntima de Meri para saltar la comba con ella. Los otros actores de secuencia tan deplorable fueron Fer (¿cómo no?), Rodrigo y… oh, sorpresa, Bea. De la directora de “tiro la ropa del armario de Meri al suelo porque me da la gana” viene ahora “salto a la comba con los tangas y sujetadores de Meri porque sí”.

Tuvimos posicionamientos aunque no porcentajes ciegos. Imagino que tras las dos bajas es sensato esperar un poco hasta que los porcentajes se normalicen. Nadie se posicionó contra Rodri, Clara ni Bea. Clara animaba a Adara para que las dos rompieran el fuego, imaginando que se pondrían la una contra la otra, pero Adara lo hizo tras la foto de Miguel. La mayoría formada por Miguel, Rodrigo y Clara se posicionaron en contra de Adara. Solo una disidente Meri se posicionaba contra Noelia, y esta esperó hasta el final y respondió poniéndose tras la foto de Meri.

Anoche pudimos comprobar que Bea no se parece tanto a Ylenia. Ylenia dice “olías”, no “golías”.

Y una última cosa que no se dijo en el debate y sí fue aclarado en redes sociales por el programa: quienes haya votado a los concursantes que ya no están en liza serán contactados para emitir otro voto sin coste. Otra decisión ejemplar de los responsables del programa.