Varios candidatos se disputan el papel de víctima

telecinco.es 03/10/2016 09:41

Convencidos de que es la clave para llevarse el maletín, varios concursantes se andan disputando el papel de víctima. Si Adara entra en esa rifa lo hace con la ayuda involuntaria y no pedida de algunos de los otros candidatos. Anoche mismo, Pol ponía todo de su parte posicionándose a favor de que Bea permanezca en el concurso, cuando bien podía haber apoyado a Adara. Esto huele a duelo entre estas dos nominadas. Lo dije el viernes y algunos interpretaron que era retranca, pero vistos los porcentajes ciegos está claro que se trata de una lucha entre dos. Tenía toda la pinta, y esas dos son precisamente Bea y Adara.

El duelo se va a escenificar salvando mañana martes a las dos concursantes que suman apenas un 4 % de los votos. Hasta el jueves la cosa quedará entre dos. Prefiriendo que permanezca en la casa Bea en lugar de Adara, Pol está dando el espaldarazo definitivo para hacer víctima a la chica con la que se ha estado besando y arrimando el mando de la tele (también conocido como la petaca o la baguete). Puesto que fue Bea la que lo planteó como un duelo, autonominándose para salir a la palestra junto a Adara, el apoyo que Pol brinda a la naranjita es doblemente humillante para Adara, puesto que para que se quede una la otra debe marcharse.

Pol logra el efecto contrario, condenando irremisiblemente a una Bea que ha cometido varios errores con su autonominación. El primero es la propia bravuconería, que muy posiblemente terminará con su paso por el concurso. Bea le ha echado la culpa a Jorge Javier por provocarla el jueves. “Me picó”, decía Bea, pero bien podría haber respondido que ni de coña se iba a exponer mientras no lo hubieran decidido sus compañeros. Ya pasó el año pasado con Quique. Ambos prefirieron exponerse antes que rectificar y explicar que algunas cosas se dicen sin haberlas pensado mucho antes. Todos lo habríamos entendido.

Lo gracioso es que Bea interpreta el aplauso recibido cuando decide autonominarse como un apoyo de la audiencia presente en plató. Sin embargo, muchos vimos en ese aplauso el agradecimiento a la inmolación. Si una parte de la audiencia interpretó el gesto de Bea como valiente posiblemente sea porque no vieron que un instante antes iban a sortear la nominación entre Noelia y Alain. Antes de lo que estaba previsto podremos votar para expulsar a Bea, quien sí merece un sincero aplauso de agradecimiento por su infinita torpeza. Su interpretación del aplauso es el otro error, tanto como contar a algunos lo que hizo y a otros no. Todos recurren a la información distribuida en algún momento, pero al menos es recomendable no inventarse excusas sin necesidad.

Bea y sus dos compañeros de El Club contaron a algunos con todo detalle esa autonominación, mientras a otros les negaban tal información apelando a que no pueden contar lo que sucede allí. Creí que había quedado claro: la información es poder y los integrantes del club son libres de decidir cómo gestionan ese poder. Pueden perder poder revelando esa información, que ha sido la decisión de Bea en este caso. Ver a Pol diciéndole a Adara y a Noelia que no puede hablar de eso es sencillamente patético, sobre todo porque Bea ya lo había contado.

Volviendo a los posicionamientos, adelantados al debate del domingo porque este martes comienza el auténtico duelo, primero claro en esta edición, Pol logra reforzar la imagen de víctima que tiene Adara apoyando a Bea. No se da cuenta de que así no será nunca él la víctima como desea. Lo repetía el pasado viernes: la víctima soy yo. Me recuerda a aquello que decía Doña Urraca, primera reina de Europa que hubo de sortear las dificultades imaginables para que una mujer alcanzase el poder en una sociedad medieval. Por eso gritó aquello de: “El rey soy yo”. Algo parecido hace Pol, reivindicando que él es la víctima.

La cosa no queda ahí porque Miguel también sabe que ser víctima vende. Con Pol ha hablado de que las últimas ganadoras de Gran Hermano lo fueron, por eso se disputan tan jugosa consideración. No es cierto que las últimas ganadoras lo fueran por víctimas, sino que para llevarse el maletín debieron enamorar a la audiencia en mayor o menor medida. Imposible ver víctima a Sofía, una concursante a la que todo le resbalaba, lo cual era parte importante de su encanto. La ventaja de ser victimizado por la audiencia está sobrevalorada, y no deja de ser una triste simplificación.

El oportunismo de Miguel impide cualquier consideración sobre que esté siendo víctima de una disputa de pareja entre Adara y Pol. Ya hemos visto que Miguel juega con esto hablando en el ‘confe’ de sus sentimientos hacia Pol y dejando claro de forma explícita que tiene muchas ganas de comerse ese pastel (pastel = Pol). Luego en la casa deja que algunos llamen “loca” a Adara por haberse dado cuenta de la mirada lasciva que Miguel tiene hacia su “pastelito” preferido. No cuela el drama que quiere vender luego, diciendo que está cohibido y no es un hombre libre porque se siente vigilado todo el rato. Demasiado endeble para tener alguna posibilidad de ganarle a Pol o a Adara el rol de victima.

Pocas veces antes había visto tantas situaciones que merecen aclaración a causa de la manipulación de realidad por parte de algún concursante. Meri es responsable de dos de las falsas leyendas o contradicciones que circulan por esa casa y se han extendido rápidamente entre los espectadores. Empiezo por la contradicción que supone ver a Meri acusando a Bárbara de no saber ganar porque volvió el jueves de la sala de expulsiones pletórica, gritando y subiéndose a una mesa.

He ido a repasar los momentos vividos en la sala de expulsiones durante estas primeras semanas de concurso. La noche que conocimos esa sala Meri se disputaba con su amiga Laura la permanencia en la casa. Cuando se supo salvada, Meri gritaba emocionada. Su nivel de estridencia en ese momento no fue menor que el de Bárbara el jueves. Tal vez lo normal hubiera sido primero consolar a su amiga y una vez esta abandonase esa sala comenzar los agradecimientos a la familia y amigos, así como los aberrados gritos.

Las dos semanas siguientes pasó lo mismo. Meri y Candelas gritaban al unísono al saberse salvadas, dejando a Miguel y Pablo en la sala de expulsiones cuando ellas regresaron a la casa, donde volvieron al griterío. Incluso el jueves pasado, antes de salvarse Bea se salvaba ella. A pesar de seguir en peligro su también amiga Candelas, Meri saltaba y gritaba delante de ella en la sala de expulsiones, agradecida a la audiencia por salvarse. Poca diferencia hay entre la reacción de Meri y la de Bárbara, salvo que en el caso de esta última todos daban por hecho que sería expulsada, por lo que su alegría se multiplicaba.

Para Meri saber ganar debe ser preparar una tarta para celebrar que la audiencia iba a expulsar a Bárbara, lo cual nunca sucedió y les dejó a todos con esa cara de póquer tan graciosa. Nadie consideró que no debían celebrar algo que hubiera supuesto un revés para Adara. Meri pide respeto y usa este argumento de la celebración de Bárbara aprovechando un comentario de Jorge Javier. Ni la tarta de celebración ni el griterío que ha montado cuando ella se ha salvado merecen por su parte esa misma consideración de falta de respeto.

Meri también ha difundido la especie de que Bárbara pretendía nominar a Alain porque es un “mueble”. Anoche confirmaba Jordi González que no han encontrado grabación alguna de Bárbara usando ese término. Y aunque lo hubiera dicho habría que ponerlo en contexto. Pretendiendo desacreditar a Bárbara, Meri se descubre a sí misma porque ella nunca abrió la boca para decir que estaba en contra de darle un punto a Alain. Es falso, por tanto, que ella se opusiera, como está vendiendo falsamente a sus compañeros.

La idea de la nominación de Alain fue de Adara, no de Bárbara. Esta había propuesto a Montse, pero Adara piensa que es más fácil que sea expulsado Alain. Cualquiera hubiera sacado esa misma conclusión, porque el protagonismo de Alain ha sido muy escaso en todo este tiempo. Es básico en la supervivencia identificar al eslabón más débil, y eso era justo lo que hacían. Se planteaban si era más débil de cara a la audiencia Montse o Alain. Candelas estaba de acuerdo con Adara en que Alain. Meri callaba y otorgaba.

No es lo mismo considerar a alguien un “mueble”, un “zapato” o un auténtico ectoplasma en la casa que plantearse cómo lo puede estar viendo la audiencia para así intentar adelantarse a su decisión. Tengamos en cuenta que según estaba conformada la casa y con la mecánica de esta edición (que beneficia claramente a las mayorías), era muy probable que quedasen nominadas tres de las cuatro que discutían este tema, cuando no las cuatro. Normal que planteasen la mejor estrategia para evitarlo, intentando subir a concursantes débiles para el espectador.

¿Alain era un apoyo? Entonces no estaba tan claro, deberían pasar días para que fuera el único que no se posicionase contra Bárbara. Aunque lo hubiera sido, era más estrecha la relación del grupo de cuatro concursantes que tramaban nominar a Alain. Las cuatro querían salvarse, por eso asumían esa nominación como un mal menor. Ahora Meri lo utiliza en contra de Bárbara, cargando las culpas en ella y haciéndola responsable de algo que ni siquiera llegaron a materializar. Y no lo hicieron, entre otras cosas, porque Meri y Candelas cambiaron de grupo en horas. Creo que vieron esa maniobra mucho más efectiva para evitar salir nominadas. La deslealtad de Meri no quedó ahí. Y me temo que tampoco va a quedar en esa absurda delación a Alain. Pobre concursante, todos intentan manipularle.

Preocupantes me parecen los conatos de violencia que se han vivido este fin de semana en la casa. Primero fue Bea respondiendo con un mandoble a Montse cuando esta intentaba asustarla. Bea reacciona violentamente a una broma, y lo hace tomándose el tiempo suficiente para ser consciente de lo que ha pasado. Ve a Montse perfectamente, aun así, decide arrearla con la mano abierta. No podría decir si le da en la cara o en el otro lado, por lo que igual podemos llamarlo sopapo como mamporro, coscorrón, soplamocos, galleta, bofetada, mojicón o similar.

Lo importante no es el término sino la intención. Bea pide perdón rápidamente, pero de inmediato advierte: “Ya te avisé”. La agresión estaba anunciada, supongo que porque habría dicho que respondería con contundencia si la asustaban. No me gustan las expulsiones disciplinarias salvo cuando se hacen inevitables. En este caso, me parece disparatado pedir tal medida para Bea. Ahora bien, creo que si la autoridad flaquea podemos encontrarnos con alguna situación desagradable en un futuro inmediato. No quisiera ser cenizo, pero si esto no lo paran puede llegar más lejos y a nadie nos va a gustar que eso pase.

Aprobaría un sistema de sanciones como el existente en Gran Hermano Argentina. Varias tarjetas amarillas suponen nominación directa. En nuestro Gran Hermano solo se dijo que recibían tarjeta amarilla Omar y Luis (GH 15) por una discusión acalorada en la que ambos no cumplieron la norma básica de guardar las distancias. Nunca supimos lo que suponía tener una sanción de ese tipo, lo cual convierte en incierta esa solución. Sería deseable que el espectador conociese las reglas del juego y a un tiempo se sancionasen comportamientos como el de Bea. Lo mismo digo con Clara, que tampoco sabe respetar una distancia mínima cuando discute.

El acercamiento de Clara a Adara, con el dedo acusador apuntando a su rostro, es especialmente feo dada la estatura y envergadura de Clara. Si llega a ser Bea no habría resultado tan peligroso, lo cual va en descargo de aquella. Lo de Clara igual es por eso de “la falta de proteína”, que ella alega. En todo caso, creo que esto merece también algún tipo de advertencia. Cierto es que pudo haberla en el ‘confe’, pero si la audiencia no lo ve es como si no hubiera existido. Si no hay sanciones al menos que se pongan estas actitudes de cierta agresividad en conocimiento de la audiencia. Ya vimos anoche la reacción de Clara, y me cuentan que mañana en el Límite 48 horas veremos a Bea arreando el comentado mandoble a Montse. Decidamos si queremos ese tipo de actitudes en la casa.

Poco se está diciendo del intento de carpeta entre Clara y Fer. Clara ha señalado en varias ocasiones que es imposible durar en este concurso sin tener carpeta. El otro día se quedaba sin comer, llorando en la cama, dejando caer que le gusta Fer. El drama está en que este concursante tiene pareja fuera. Aquí Clara dice una cosa diferente dependiendo de con quién hable. A Fer le advierte que con su actitud puede hacer daño a la persona de fuera, pero si eso mismo lo dice Adara monta en cólera.

Adara puede hablar de la novia de Fer porque es él quien la ha metido en el concurso. Tanto es así que en el Debate hablaron con ella, y entre las cosas que dijo entresaco esto que parece llevar todo el veneno posible: “Clara no es su perfil de chica para nada. A Fernando le gustan las mujeres muy femeninas y finas. Vamos, como yo”. Ahí queda eso.

Moleskine del gato

Compite por el momento más patético en la historia de Gran Hermano cuando, con el dormitorio vacío, Pol besa la pulsera que le dio Adara y la deja en su cama mientras suelta un ridículo discurso a la cámara. Está en Top 3.

Los porcentajes ciegos estaban anoche así: 54,2 %, 42,0 %, 2,7 % y 1,1 %.

Mañana entran en la casa dos nuevos concursantes desconocidos. Convivirán con el grupo hasta el jueves, y la audiencia decidirá cuál de los dos se queda. Me parece todo un acierto que tomemos parte en la elección del concursante reserva que sustituirá a Álvaro. ¡Bravo por ello!