Lillian, el rehén de la imprenta: "Me protegí la cabeza y esperé a que todo terminara"

Fueron horas angustiosas para el joven que permaneció durante horas oculto bajo un lavamanos. "Le querio dar las gracias a mi jefe. Él es el que me ha dado los segundos necesarios para que me esconda. Gracias a él estoy aquí. Si me movía, la puerta se abría por un lado. Bebió agua del grifo que estaba justo encima de mí. Podía notar el agua caer sobre mi cabeza y desde mi posición podía verle. En un momento entró el equipo especial de la policía y se produjo la liberación. Me protegí la cabeza y esperé a que todo terminara", cuenta Lillian.