Un informe de la Guardia Civil al que ha tenido acceso 'El Periódico de Catalunya' parece confirmar que Ana Julia, la asesina confesa de Gabriel Cruz, podría ser la responsable de la muerte de una de sus hijas hace más de 20 años. Fue en 1996 cuando la niña de cuatro años cayó de madrugada de una ventana de un edificio de Brugos. Entonces, Ana Julia alegó que la menor era sonámbula y que había sido un terrible accidente, aunque ahora el informe apunta todo lo contrario.
Según los investigadores, "existe la dificultad de que una niña de solo cuatro años en estado de sonambulismo se precipitara desde un edificio". La niña colocó supuestamente una mesa frente una doble ventana, la abrió y se tiró desde la séptima planta al patio interior del edificio. Una maniobra que requería una fuerza y maña mayor de la que suele tener una niña de esa edad.
Además, los agentes cuentan con el testimonio de la expareja de Ana Julia que vivía en esos momentos con la asesina confesa de Gabriel y su hija Ridelca. Asegura que la pequeña Ridelca jamás sufrió problemas de este tipo. "No observé ningún episodio de sonambulismo durante nuestra convivencia ni estaba medicada por ello".
En aquel momento, Ana Julia no se encontraba con fuerzas para contar su versión de los hechos, algo que ya les suena a los investigadores. “Ana Julia se amparó de una supuesta situación de estrés-traumática, circunstancia que intentó emular también con Gabriel aduciendo que se encontraba sedada, malherida o convulsa el día de la aparición de la camiseta del menor”.
El caso de la muerte de la niña se archivó como un accidente, pero ahora, 22 años despuués, “se deprenden claros indicios que señalan que la muerte de la hija de Ana Julia realmente pudo no ser accidentada”.