Palizas y duchas de agua fría: las últimas horas de Andrew Freund, el pequeño de 5 años asesinado por sus padres

El jueves 18 de abril, Andrew Freund, de 60 años, denunció la desaparición de su hijo, con el mismo nombre. Seis días después, el Departamento de Policía de Crystal Lake y el FBI anunciaron el hallazgo del cadáver de un niño enterrado en una tumba poco profunda y con plástico, informa 'ABC News'.

Andrew Freund y su mujer, JoAnn Cunningham, de 35 años, fueron detenidos después que un análisis forense de datos de los móviles desvelase la información que condujo a los agentes al lugar donde se hallaba el cuerpo del niño.

Al día siguiente, el forense David Devane identificó el cuerpo del niño hallado como Andrew Freund. Tras realizarle la autopsia, se determinó que el menor murió como consecuencia de múltiples lesiones contundentes en la cabeza.

Los padres se enfrentan a cargos de asesinato. Según una denuncia del Tribunal de Circuito del Condado de McHenry a la que ha tenido acceso 'People', obligaron a Andrew a "darse duchas de agua fría durante largos periodo de tiempo y le dieron palizas, sabiendo que tales actos le podía matar".

Pero la agonía comenzó mucho antes de que Andrew naciese. El pequeño estuvo hasta los 18 meses a cargo del Departamento de Servicios para Niños y Familias (DCFS, por sus siglas en inglés) de Illinois ya que nació con opiáceos en la sangre.

Tras ser devuelto a su familia, el DCFS visitó hasta 17 veces la casa donde vivía el niño y observó que estaba en mal estado, con las ventanas rotas y, en muchas ocasiones, sin luz. Además, la habitación de los menores olía a heces y orina.

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