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Justo una semana ha transcurrido desde que, el pasado viernes, dos guardias civiles fallecieran en el puerto de Barbate tras la embestida mortal de una potente narcolancha. Numerosos municipios gaditanos se encuentran conectados al mar, lo que influye de manera determinante en el problema de la droga.
Por esta comarca se mueven muchos tráficos ilegales de tabaco, cocaína o hachís, pero también es tierra de emprendedores, de gente que prospera y que lucha contra el estigma del narcotráfico. Quieren dejar claro que son "buena gente" y que los criminales son unos pocos.
El director de Informativos Telecinco, Carlos Franganillo, ha conversado con dos linenses que se muestran orgullosos y que desaprueban la constante mención sobre la droga cuando se habla de su ciudad. Se trata de Daniel Antequera y Begoña Arana.
Daniel, profesor en el instituto de educación secundaria (IES) Mediterráneo, asegura que "tenemos buenos estudiantes y alumnos muy motivados". También hay, explica, jóvenes que "no tienen un entorno familiar en condiciones", a los que "nosotros intentamos ayudar para que salgan adelante".
Antequera destaca "la tentación de dinero fácil con la que cuentan, y tan cercana". Ante ello, señala, los alumnos "tienen que tener un deber cívico de tratar de dedicarse a una profesión honrada y ganarse la vida de una manera digna".
Cuestionado si La Línea de la Concepción ha cambiado mucho en los últimos años, Daniel manifiesta que los jóvenes de ahora viven en una localidad "más moderna y con más proyección".
"Creo que hay que ser optimista y cada día seguir empujando. Y sobre todo desde nuestra parcela porque somos formadores, y los futuros ciudadanos pasan por nuestras manos", añade el docente.
Por otra parte, Begoña Arana es emprendedora y ha puesto en marcha un proyecto social para atender a personas vulnerables. Dice que, para ella, "La Línea es el sitio donde he nacido, donde quiero desarrollar mi familia y donde me quiero morir".
A continuación, resalta que es un municipio "donde hay muchísima gente que merece la pena" y lamenta la idea preconcebida que existe sobre La Línea y otras localidades de la zona: "Es injusto que sólo te miren por eso, que ese sea el criterio de medición de tu tierra".
Preguntada sobre cómo ve el futuro, Arana puntualiza que "hay que luchar porque nos duela nuestra tierra" y se muestra confiada de que, en unos diez años, el análisis que se pueda hacer "será aún más positivo que el de hoy".
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