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No es la primera vez que el magnate británico Richard Branson protagoniza una gesta aventurera. Hace décadas ya se labró una reputación de explorador temerario al embarcarse en arriesgados viajes que lo llevaron a cruzar océanos y recorrer el mundo a bordo de pequeños botes y globos aerostáticos.
Este domingo, sin embargo, Branson se embarca en su hazaña más importante, la de alcanzar el espacio en el avión cohete VSS Unity de su propia compañía de turismo espacial: Virgin Galactic. Este es el primer vuelo de prueba con tripulación completa a lo límites de la atmósfera terrestre y al millonario de 70 años lo acompaña una tripulación de otras cinco personas entre pilotos y especialistas de misión.
El plan de vuelo, que se ha retrasado de las tres a las cuatro y media de la tarde (hora española), es que un avión nodriza, de nombre VMS Eve en honor a la madre de Branson, lleve adosado a su panza al VSS Unity hasta una altitud de 50,000 pies (unos 15.000 metros) donde el avión cohete se libera y asciende por sus propios medios hasta los 89 kilómetros del altura, en la misma frontera del espacio exterior.
Hasta el límite de la atmósfera pero no hasta el espacio critican a Virgin Galactic desde su competidor Blue OriginBlue Origin, propiedad del también multimillonario Jeff Bezos, cuyo viaje al espacio está previsto para el día 20 de este mes de julio y al que Branson le ha ganado la carrera espacial particular que libran entre ambos por tan solo nueve días.
Con mayor deportividad se ha tomado el vuelo el tercer magnate en liza en esta nueva industria espacial privada. Elon Musk, fundador de SpaceX, ha deseado suerte a Branson desde su cuenta de Twitter y ambos han conversado desde sus perfiles y han quedado en verse cuando el británico regrese de su salto espacial.
Cuando el VSS Unity llegue a su techo de vuelo sobre el desierto de Nuevo México, la tripulación experimentará unos minutos de ingravidez antes de realizar un descenso deslizante de regreso a la Tierra.
Si todo sale según lo planeado, el vuelo durará unos 90 minutos y terminará donde comenzó: en una pista de aterrizaje en Spaceport America, cerca de la acertada ciudad de Truth or Consequences. La misión marca el vigésimo segundo vuelo de prueba de la nave espacial y la cuarta misión tripulada de la compañía más allá de la atmósfera terrestre.
Aunque la misión se considera un hito potencial para ayudar a transformar los viajes en cohete de los ciudadanos en una empresa comercial convencional, los vuelos espaciales siguen siendo una empresa intrínsecamente peligrosa. Un prototipo anterior del avión cohete Virgin Galactic se estrelló durante un vuelo de prueba sobre el desierto de Mojave en California en 2014, matando a un piloto e hiriendo gravemente a otro.