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Bruce Lee, estrella del cine de acción y maestro en artes marciales, murió el 20 de julio de 1973, hace exactamente 49 años. Su figura trasciende hasta la actualidad, ya que sirve como fuente de inspiración para muchas personas. El intérprete chino y estadounidense falleció con 32 años por un edema cerebral, según apuntan las causas oficiales, pero muchos de sus fieles seguidores se siguen preguntando cómo pudo irse tan joven. Se han desarrollado numerosas teorías, algunas relacionadas con un golpe de calor con argumentos considerables, pero el misterio sigue intacto.
Aquel fatídico día, según apuntan los que le vieron por última vez con vida, comenzó con una reunión. Bruce Lee, que esperaba en agosto el estreno en Hollywood de 'Operación Dragón' -su primer trabajo con un gran estudio-, estaba trabajando en su siguiente película, 'Juego de la muerte', por lo que acudió a la casa de su coprotagonista, Betty Ting Pei, en Hong Kong (escenario de rodaje junto a EEUU). El artista marcial seguía mostrando su carácter risueño, según su entorno, pero notaba migraña, un intenso dolor de cabeza.
El actor había hablado con Ting Pei sobre su participación en la nueva película y, a la hora del almuerzo, al ver el malestar de Bruce Lee, la actriz le ofreció un analgésico llamado Equagesic recetado. Él decidió echarse una siesta para ver si el dolor de cabeza desaparecía, pero cuando intentaron despertarlo no pudieron. Entró en coma y falleció. Desde este momento, comenzaron todo tipo de especulaciones. La determinación de las causas de la muerte no fue inmediata.
La versión oficial, según el dictamen forense que se llevó a cabo durante nueve días con patólogos de todo el mundo, señala que falleció por un edema cerebral que le causó el Equagesic. Un componente del medicamento provocó una reacción hipersensible -alérgica- al actor. Su cerebro se habría inflamado en un 13%, de 1.400 gramos a 1.575. Bruce Lee fue declarado muerto a las 22:15 horas. La población de todo el mundo, especialmente de Hong Kong y EEUU, quedaron consternadas por la pérdida.
La esposa del intérprete, Linda C. Emery -con quien tuvo a sus hijos, Brandon y Shannon-, aseguró hace unos años que cuando le dieron la noticia le dijeron que había ocurrido "algo como la vez anterior". Bruce Lee había sufrido previamente un colapso el 10 de mayo de 1973. El actor estaba en las grabaciones en los estudios de Golden Harvest cuando se sintió mal, acudió al baño para refrescarse, sufrió convulsiones y colapsó. Los que se encontraban con él le encontraron en el suelo y tuvo que ser atendido rápidamente.
El neurocirujano Peter Woo fue el encargado de atenderle. Lee tardó varios días en recuperar el habla y restablecerse por completo. Un poco más estable, pudo terminar la post-producción de 'Operación Dragón' y regresó a la ciudad de Los Ángeles para realizarse pruebas médicas en la Universidad de California (UCLA). Se encontraba renqueante, pero el doctor le manifestó que su estado de salud y físico era el de una persona de 18 años, ya que no detectaron ninguna anomalía. No obstante, como sabemos, se produjo el fatal desenlace semanas después.
El médico personal de Lee, Donald Langford, aseguró que "nadie se muere por una pastilla de Equagesic" y que "ningún medicamento mató a Bruce". Las teorías sobre qué pudo provocar el deceso de la estrella del cine han sido de todo tipo. Una de las más recientes, la de Matthew Polly, el autor de una biografía llamada 'Bruce Lee: A Life', publicada en 2018, donde mostraba su propio planteamiento:
El periodista y escritor asegura en su libro que Lee murió por un golpe de calor. Al parecer, el actor se habría quitado "glándulas sudoríparas" de las axilas para verse mejor en pantalla y esto habría intensificado los problemas respecto a la temperatura corporal. El cuerpo sería menos capaz de disipar el calor. El intérprete, asimismo, habría fallecido el día más caluroso del mes de julio de 1973.
Lee acababa de perder 10 kilos a causa del estrés. Hablamos de una persona con un 1% de materia grasa corporal (el porcentaje recomendado por la Organización Mundial de la Salud es del 10-20 %), que medía 1,71 metros y que pesaba 60 kilos de puro nervio, fibra y pasión. No obstante, otras teorías apuntan a sustancias estupefacientes como la causa de su muerte. Así lo muestra el escritor madrileño Marcos Ocaña, que ha sacado hasta tres publicaciones sobre la leyenda de las artes marciales.
El actor habría recurrido a sustancias como el cannabis o el hachís para relajarse y evitar los nervios. Lo masticaba en su tiempo libre, según estos reportes. Las mismas fuentes aseguran que que esto fue lo que le produjo el primer colapso. Hay testigos que aseguran que, meses antes de su muerte, Lee andaba desgarbado, confundido y olvidadizo, con una actitud paranoica y depresiva.
Otras corrientes han formulado teorías relacionadas con mafia china (Triada), con mafia italiana, debido a supuestas deudas, con maestros de artes marciales furiosos por impartir una disciplina no estrictamente arraigada a valores orientales, e incluso con varias maldiciones familiares que ha seguido persiguiendo a sus descendientes (su hijo, el actor Brandon Lee, murió con 28 años en un extraño episodio cuando rodaba El cuervo).
Linda C. Emery, su esposa, que destaca el funeral de Lee por el gran volumen de seguidores tanto en Hong Kong como en EEUU, comentó respecto al fallecimiento de su marido: "Creo que la gente se pregunta tanto sobre su muerte porque no puede creer que un hombre de 32 años, tan fuerte, desapareciera de esa forma. Siguen preguntándoselo y elaborando todo tipo de teorías. Pero eso no importa, ya no está".
Bruce Jun Fan Lee (Lee Siu Loong) nació en 1940 en San Francisco, California (EEUU), mientras sus padres estaban de gira con la Ópera China -fue el cuarto de sus hijos-. El nombre de Bruce se lo puso al bebé una enfermera del Jackson Street Hospital, aunque no lo usó hasta la escuela secundaria y estudiar inglés. A la edad de tres meses, Lee Hoi Chuen, su esposa Grace y su retoño regresaron a Hong Kong, donde Bruce se crió hasta los 18 años.
En territorio asiático, Bruce demostró su talento en varias disciplinas de artes marciales, en la danza y ante las cámaras. Al cumplir la mayoría de edad ya había aparecido en 20 películas. Así, ante la búsqueda de nuevas perspectivas, dejó Hong Kong con 18 años y viajó a Estados Unidos. Llegó a su ciudad natal, pero pronto se dirigió a Seattle, donde trabajó en el restaurante de un amigo de la familia.
Pronto se matriculó en la Universidad de Washington y obtuvo una licenciatura en filosofía, algo que marcó su vida. Bruce comenzó a enseñar artes marciales en Seattle y pronto abrió su primera escuela, el Instituto Jun Fan Gung Fu. Le siguieron dos escuelas más en Oakland y Los Ángeles. Al mismo tiempo, se casó y tuvo dos hijos.
A mediados de los sesenta, el actor fue descubierto por productores mientras hacía una exhibición en los Long Beach Internationals y pronto siguió un papel como 'Kato' en la serie de televisión 'El Avispón Verde'. Durante este tiempo, también estaba desarrollando su propio arte marcial, al que finalmente llamó 'Jeet Kune Do' (traducido:el camino del puño interceptor ).
El arte de Bruce estaba impregnado de una base filosófica y no seguía tradiciones marciales arraigadas. En cambio, tenía en su núcleo las ideas de simplicidad, franqueza y libertad personal. Después de que se cancelara la serie 'El Avispón Verde', un duro momento, el intérprete encontró resistencia mientras trabajaba en Hollywood y se dirigió a Hong Kong para seguir una carrera cinematográfica.
En Hong Kong hizo tres películas que rompieron todos los récords de taquilla consecutivamente y mostraron las artes marciales de una manera completamente nueva, detalla su página oficial. Hollywood se dio cuenta y pronto Bruce estaba haciendo la primera coproducción Hollywood/Hong Kong con la película 'Operación Dragón'. Desafortunadamente, murió antes de este estreno, que lo catapultó a la fama internacional. Hoy, el legado de Bruce Lee de autoexpresión, igualdad e innovación pionera sigue inspirando a personas de todo el mundo. Para la historia quedan numerosas frases, pero una por encima de todas: "Be water, my friend" -Sé agua, amigo mío-.