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Pocos discursos de representantes de casas reales europeas han sido capaces de llegar con tanta fuerza a través de medios de comunicación y redes como el de la reina Letizia, que presidió ayer los 46º Premios de Literatura Infantil SM. Desde su profesionalidad de experta en comunicación, ha sabido separarse del papel, repentizar sobre la marcha y sincronizar expresión verbal y gestual para dar importancia a la lectura de libros.
En el vídeo que puedes ver en la apertura de esta pieza, que es final de su discurso, se produce la magia del poder de la improvisación que es cuando alguien es capaz de dirigirse a la audiencia y captar la atención y dar fuerza al evento que se está desarrollando. Esta es una de las claves de la comunicación eficaz, romper la barrera de quien habla y quienes escuchan con un discurso pronunciado con énfasis y emoción.
Letizia domina el arte de mirar al espectador y gestionar sus emociones. Hace al inicio del vídeo un guiño de cercanía citando a Luis Mateo Díez, Premio Cervantes, en un encuentro que ha tenido con él “y no desvelo ningún secreto”, dice la reina. Y con esa frase ya está captando la atención de los asistentes que fijan en su mente el titular de “secreto” como algo que deja con ganas de seguir escuchando. Y además la atención se centra también en sus manos, porque en ese momento hace una simulación de uso de una pantalla “haciendo scroll”, y esto aún reafirma más el mensaje. “El gesto simple y benéfico de leer” pone fin a ese párrafo con un tono de voz rotundo.
En este tramo se produce ya la sincronía perfecta entre lo que dice y lo que muestra con su lenguaje gestual. Es la clave del éxito de este discurso que pasará a la historia como uno de los mensajes de Letizia con evidentes habilidades de comunicación. En cuanto a su voz, se mantiene en tono que va de menos a más. Es decir, hay un arranque en tono medio que va subiendo a intervalos según va pronunciando las frases. Hay puntos de inflexión en el volumen de voz y hay un buen manejo de los silencios estratégicos que utiliza para llamar más la atención de los que escuchan.
Su mirada está muy bien repartida entre el auditorio, con barridos constantes para que los asistentes se sientan implicados en el discurso. Maneja bien la sonrisa abierta para aproximar más su presencia al espectador. Está dirigiéndose a los presentes como si estuviera delante de una cámara de televisión. Su profesionalidad en el medio audiovisual queda patente aquí.
Con respecto a otros discursos pronunciados en según qué casos y ocasiones, podríamos afirmar que este es uno en los que se muestra con mayor naturalidad. Siempre hace una lectura muy correcta del texto y sabe despegarse del papel e introducir algo nuevo en el momento, pero en este caso es donde muestra sus mejores dotes y destrezas para ponerse en un atril, con dos micrófonos delante, que un determinado momento coloca para que capten mejor el sonido. Hace un cierre de intervención muy eficaz.
Si ella nos pidiera opinión sobre qué aspectos se podrían mejorar, aconsejaríamos que potenciara aún más su expresión verbal: manejar la respiración con el diafragma para obtener más registros de voz. La modulación final en frases o párrafos podría hacerse en un tono más elevado para ir a la siguiente frase con más fuerza. Todos tenemos margen de mejora para afianzar nuestra comunicación en público. En su caso, como experta, podría dar lecciones de lenguaje verbal y no verbal a muchos personajes públicos.
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