El espectáculo de descanso que tiene lugar en la final de la NFL, comúnmente llamada Super Bowl, se ha convertido en una suerte de evento con repercusión a nivel global, atrayendo la atención y miradas de millones de espectadores, incluso más allá de los fans del fútbol americano. La clave para conseguirlo son las actuaciones musicales de primer nivel que da cabida, que a lo largo de los años han evolucionado desde modestas actuaciones musicales hasta producciones monumentales que definen tendencias y rompen récords de audiencia. 

Vamos a repasar las actuaciones del descanso con más espectadores de la historia de la  Super Bowl.

En 1993, durante el Super Bowl XXVII, Michael Jackson revolucionó el concepto de los espectáculos de medio tiempo. Su actuación atrajo a aproximadamente 133.4 millones de espectadores en Estados Unidos, estableciendo un estándar sin precedentes para futuros shows. Antes de esta presentación, los intermedios del Super Bowl eran considerados momentos de menor relevancia, pero Jackson demostró el potencial de estos espacios para cautivar audiencias masivas. 

En el Super Bowl LVIII de 2024, Usher tomó el escenario del medio tiempo, atrayendo a 129.3 millones de espectadores. Su actuación se destacó por una producción innovadora que combinó elementos visuales y coreográficos de vanguardia, reafirmando la capacidad del Super Bowl para ofrecer espectáculos que marcan tendencias en la industria del entretenimiento. 

Tras varios años alejada de los escenarios, Rihanna regresó con fuerza en el Super Bowl LVII de 2023. Su actuación fue vista por 121.017 millones de personas, convirtiéndose en una de las más vistas en la historia del evento. Además de interpretar sus éxitos más emblemáticos, Rihanna sorprendió al público al revelar su segundo embarazo durante la presentación, añadiendo un elemento sorpresa que capturó la atención mundial. 

Katy Perry, en el Super Bowl XLIX de 2015, ofreció una actuación que fusionó elementos visuales deslumbrantes con una selección de sus mayores éxitos. Acompañada por invitados especiales como Lenny Kravitz y Missy Elliott, su presentación fue vista por 118.5 millones de espectadores, consolidándose como una de las más vistas hasta ese momento. 

En 2017, Lady Gaga sorprendió al mundo al iniciar su actuación en el Super Bowl LI descendiendo desde el techo del estadio. Su espectáculo, que incluyó una mezcla de sus mayores éxitos y una coreografía impecable, atrajo a 117.5 millones de espectadores, demostrando su capacidad para combinar talento musical con una puesta en escena impactante. 

Coldplay, acompañados de Beyoncé y Bruno Mars, ofrecieron una presentación vibrante en el Super Bowl 50, logrando una audiencia de 115.5 millones de espectadores. Aunque su actuación no estuvo exenta de críticas por su tono más pausado en comparación con otros shows, la energía de los invitados convirtió el espectáculo en un momento inolvidable.

Bruno Mars sorprendió a todos con su actuación en el Super Bowl XLVIII, con 115.3 millones de espectadores. Su energía, carisma y talento como multiinstrumentista lo convirtieron en uno de los espectáculos más bien recibidos de la última década.

Con una producción inspirada en el Imperio Romano y éxitos como Like a Prayer y Vogue, Madonna ofreció un show icónico en el Super Bowl XLVI, alcanzando los 114 millones de espectadores. Su puesta en escena y la participación de artistas como Nicki Minaj y LMFAO elevaron su actuación a un estatus legendario.

El Super Bowl LVI de 2022 fue testigo de una celebración del hip-hop, con la participación de leyendas como Dr. Dre, Snoop Dogg, Eminem, Mary J. Blige y Kendrick Lamar. Su actuación conjunta atrajo a 112 millones de espectadores, destacando la influencia y popularidad del género en la cultura contemporánea. 

Beyoncé brilló en el Super Bowl XLVII, ofreciendo una actuación cargada de poder, con la inesperada reunión de Destiny’s Child. Su espectáculo alcanzó 110.8 millones de espectadores, consolidando su lugar en la historia del Super Bowl.

Las actuaciones de medio tiempo del Super Bowl han evolucionado hasta convertirse en eventos culturales de gran relevancia, capaces de atraer a audiencias multimillonarias y dejar una huella indeleble en la memoria colectiva. Desde la innovadora presentación de Michael Jackson en 1993 hasta los espectáculos más recientes, cada actuación ha contribuido a elevar las expectativas y estándares de lo que un show de medio tiempo puede ofrecer. Estas presentaciones no solo reflejan las tendencias musicales del momento, sino que también destacan la capacidad del Super Bowl para fusionar deporte y entretenimiento en una experiencia única que trasciende fronteras y generaciones.