Existe un fenómeno propio de España que es el responsable de que en verano nuestro país goce de tanto sol y buenas temperaturas: el anticiclón de las Azores. Ubicado en un punto en medio del Atlántico a 2.000 kilómetros de nosotros, impide la entrada de frentes fríos entre junio y agosto. Hasta aquí, todo correcto.
Lo que ocurre es que, tal y como ha indicado Jesús Gordaliza, jefe de Predicción de la Agencia Estatal de Meteorología, "lo atípico de esta situación, propia de los meses de verano o de diciembre, cuando provoca las nieblas, es que se produzca en octubre y, sobre todo, durante tantos días consecutivos", al periódico El Norte de Castilla.
El cambio climático ha alargado el verano
Los meteorólogos y los científicos en general ya vaticinan que esta situación, que ahora nos parece rara y excepcional, será la tónica general los años siguientes. De hecho, se ha constatado que el verano se ha alargado una media de 20 días en los últimos 30 años. Concretamente, en nuestro país se produce dos semanas antes, y termina una semana más tarde.
Un ejemplo para visualizarlo es compararlo con las fiestas de los pueblos, que antiguamente se celebraban con el fin de la época de la vendimia. Ahora, los dos eventos no coinciden, y la recogida puede retrasarse hasta un mes por las altas temperaturas, sobre todo las nocturnas.