‘El mediador’, al presidente de Canarias: “Estoy esperando que ponga la querella con las manos abiertas”

Entrevistado por Informativos Telecinco, Antonio Navarro Tacoronte, apodado como ‘el mediador’, se ratifica en todo lo que ha dicho destapando la trama de corrupción que ha sacudido al exdiputado socialista Juan Bernardo Fuentes Curbelo, entre otras “autoridades, altos cargos públicos y otras personas intermedias” que, en palabas de la Fiscalía, ofrecían a distintos empresarios la posibilidad de obtener privilegios en el ámbito de la contratación pública u otras manifestaciones o beneficios derivados del sector público a cambio del pago de regalos, dádivas, entregas de dinero u otros obsequios".

En esa trama, conocida como el ‘caso mediador’, Curbelo era uno de los cabecillas, junto a Francisco Espinosa, general de la Guardia Civil, y el sobrino del exdiputado socialista, Taishet Fuentes,  que era director general de Ganadería´. Ellos estaban en el “vórtice superior” del entremado “perfectamente definido y coordinado”, según el informe del fiscal, que coloca a Tacoronte como “mediador” entre los supuestos cabecillas y los empresarios captados.

Los cabecillas cobraban –según consta en el sumario–, sobornos pagados por empresarios que necesitaban la retirada de expedientes o la concesión de subvenciones, y a los que previamente se les ofrecía un curioso tour por Madrid.

Según los investigadores, Curbelo era el principal señuelo y habría llegado a reunirse con otros implicados en el propio Congreso de los Diputados. La visita a la Cámara Baja, como a las instalaciones de la Guardia Civil, era uno de los primeros pasos para ganarse la confianza de los empresarios antes de terminar de captarles con juegos sórdidos y juergas nocturnas que incluían clubes de alternes y hoteles donde no faltaba cocaína, alcohol, viagra y prostitutas; unos servicios, estos últimos, que el exdiputado llegaba a consensuar amistosamente con sus compañeros de fiesta por WhatsApp, y sin ningún tipo de pudor a la hora de guardar imágenes de recuerdo para la posteridad.

Cada noche de aquellas le salía a los empresarios por una media de 3.500 euros, aunque en una de ellas el presupuesto se les disparó hasta los 11.000 euros.

En declaraciones a Informativos Telecinco, ‘el mediador’ insiste en todo lo que ha declarado y se recoge en el sumario: “Me mantengo y me ratifico en todo lo que he dicho. Hay 15 diputados del Congreso que participaron en una cena, y cada uno que dé las explicaciones que tenga que dar”, recalca, y además va más allá dirigiéndose directamente al presidente canario, Ángel Víctor Torres.

“Yo no sé si el presidente de Canarias sabía lo de la trama, pero sí sabía de mi existencia. Lo que yo resalto es que él dice y niega rotundamente todo lo que yo digo. No lo puede negar porque él sabía que yo existía. Todo lo que está diciendo está cayendo por su peso. Es más, creo que ha dicho que me va a poner una querella. La querella no se anuncia, se interpone. Seguidamente, el que anuncia una querella… ¿detrás qué es lo que viene? La dimisión. Y si te pongo una querella es porque temo algo”, asegura.

En este sentido, redoblando su mensaje y mirando hacia adelante, explica que, de hecho, está “esperando que ponga la querella”.

“A ver cómo la fundamenta, qué argumentos va a poner. Y la estoy esperando con las manos abiertas. Ahí se lo dejo. Dice que no sabía nada: ¿El año pasado no sabías nada y ahora lo sabes? ¿Y si no sabes nada, cuál es el nerviosismo? ¿A qué viene eso de sacar todos los expedientes ahora a la luz de la ganadería y revisar uno por uno? Mi conciencia está sucia. Tendrían que revisarse más de uno la suya”, sostiene, avivando las sospechas.

Preguntado sobre el hecho de que algunos empresarios se consideren víctimas, ‘el mediador’ también tiene un mensaje claro y “específico” para ellos, y niega que nadie le haya “comprado”: “¿Quién me va a comprar? ¿Quién compra un saco de harina contaminado si ya después no vas a poder hacer pan?”, subraya.

En esta línea, crítico y contundente, explica que “nadie te obliga a participar en nada”. “Nadie te da un caramelo si después me vas a dar la bolsa de chuches completa”, explica, indicando que ha escuchado que “ciertos empresarios se sienten estafados”. “¿Hace dos años… y ahora dices que te sientes estafado? Son cosas que cada uno tendrá que demostrar”, apunta.

A este respecto, de hecho se pregunta: “¿Dónde están mis compañeros de batalla, con lo fácil que es colaborar ahora mismo y decir, ‘sí, yo lo hice porque me sentía amenazado por Ganadería’? ¿No es más fácil? No, te callas la mayor…”

En esta línea, afirma que “Juan Bernardo Fuentes Curbelo niega la mayor”. “¿Víctima? ¿Si el es víctima qué soy yo? ¿Una víctima, no? ¿Y los empresarios qué son, víctimas también? ¿Al final todos somos hijos de Dios? Sí lo somos, pero alguno con un grado más que otro”, sostiene, antes de enviar “un recado” a todos sus “compañeros de batalla, que son muchos” y “no son los que están”, porque “hay más”: “Mi conciencia está sucia, contaminada”, les ha dicho, explicando que no lo estaba en esos momentos porque “en el fragor de la batalla uno no se para a pensar el daño que está haciendo”.

Precisamente, sobre ese “fragor” también ha hablado para señalar que llegaba un momento en que hacía tantas cosas que algunas “las grababa para después recordar dónde había acabado la historia: Entre raya, alcohol y sexo algo se te caía en el camino. Es normal, somos humanos”, ha dicho.

Además, ha contado que por alguna de las fotos famosas de aquellos días llegó a pagar “una fortuna”. “No era comprar la foto para que no la publicaran, tenía que comprar hasta el móvil para asegurarme que no estaba”, ha señalado.