Con una investidura al borde del abismo, y al mirar atrás, cualquier tiempo pasado podría parecer mejor… o no. “Nos hemos peleado mucho”, afirma Aznar ante un Felipe González que apunta: “Éramos tan inútiles como los de ahora, o tan útiles como los de ahora”.
En medio de la inacción, de las exigencias y del antagonismo partidario, ambos expresidentes lanzan un aviso: el de la pérdida de la centralidad como objetivo político a cambio de la polarización.
En el baúl de los recuerdos políticos hay para sus protagonistas algo que hoy no ven: “Sentar la batalla política en la centralidad”. “Se gobernaba buscando la centralidad”, recalcan.
Los expresidentes se unen para exclamar: “Nos vamos a dar otro batacazo”.
Según sostienen, estamos viendo “disparates políticos en España” y hacer política de extremos “no tiene ningún sentido”.
El expresidente socialista, Felipe González, reprocha a quienes dan aliento a una repetición electoral: “Parece que uno le está diciendo: ‘oiga, voten otra vez hasta que aprendan’. Aprenda usted a administrar el voto que le dan”.
Por todo, llaman al entendimiento por el interés general. Todos tienen que viajar hacia la centralidad. Esa es su visión.