El volcán de La Palma lleva nueve semanas en erupción. Su actividad no ha cesado en todo este tiempo y en las últimas horas ha aumentado hasta tal punto de que la calidad del aire ha registrado uno de los peores datos desde que comenzó la actividad volcánica en Cumbre Vieja.
Es la jornada 65 de erupción del volcán y los niveles son extremadamente desfavorables en cuanto a dióxido de azufre, sobre todo en El Paso y Los Llanos.
La emisión de ceniza ha afectado de nuevo a la actividad aérea, cancelada desde el sábado, por el penacho que se dirige hacia el este.
Ayer se cancelaron todos los vuelos y hoy están previstos 20. No va a ser fácil que las compañías los operen. "La responsabilidad es de ellos para que el pasajero no tenga una mala experiencia”, señala un cliente.
La lava del volcán ha ocupado ocho nuevas hectáreas en las últimas 24 horas, hasta una superficie de más de 1.000 hectáreas. Hay “una nueva colada que se abre paso entre la montaña de La Laguna y de Todoque", rápidamente.
Nadie se aventura a decir cuándo acabará la erupción. "No se puede decir claramente cuándo va a terminar", señala una científica colaboradora de Involcan.
La previsión meteorológica tampoco da margen a la esperanza. La lluvia podría hacer acto de presencia y no se descarta que llegue en forma de tormenta. La ceniza del volcán de La Palma acumulada en los tejados de las casas preocupa especialmente: si se moja, su peso se multiplica y aumenta el riesgo de derrumbe.