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Hasta el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha mostrado su hartazgo con el uso de las armas en Estados Unidos, un asunto polémico que vuelve a acaparar todas las conversaciones cada vez que hay una nueva tragedia como la de hoy en la escuela de Texas, donde han muerto 19 niños y dos adultos. Biden ha dicho que hay que actuar ya contra el lobby de las armas. En lo que va de año, en Estados Unidos, ha habido más de 200 tiroteos masivos.
Columbine fue la primera gran masacre que se recuerda en las aulas de Estados Unidos. Fue en 1999, cuando dos estudiantes de 17 y 18 años, armados con pistolas, varias escopetas y un centenar de bombas caseras, acabaron con la vida de doce compañeros y un profesor antes de suicidarse.
Virginia fue el escenario de la peor matanza. Tras bloquear las puertas con cadenas, un joven mató a 32 personas.
La de Connecticut fue una de las matanzas más impactantes por la corta edad de las víctimas, escolares entre seis y siete años. Precisamente por la edad de los niños recuerda y mucho a la de hoy en Texas, donde todos los alumnos están por debajo de los 10 años.
En la masacre de Connecticut, ocurrida en 2012 en la escuela primaria Sandy Hook de Newtown, Adam Lanza dejó a 26 personas sin vida.
La historia se repite en California con siete víctimas mortales, Oregón con 10 muertos, o Kentucky, donde el tirador solo tenía 15 años.
El día de San Valentín fue el escogido por Nikolas Cruz para sembrar de muerte en una escuela de secundaria de Parkland en 2017. Dejó 18 fallecidos, la mayoría adolescentes.
Solo tres meses después, un joven mató a 10 personas en su instituto de Santa Fe.
El día de su cumpleaños, Nataniel sacó una pistola de su mochila y disparó de forma indiscriminada contra sus compañeros. Arrebató la vida a dos estudiantes de 14 años.
El pasado mes de octubre, Ethan de 15 años, mató a cuatro estudiantes y dejaba otras siete personas heridas. Los padres fueron procesados.
El de Uvalde, en una escuela de primaria de Texas, es, de momento, el suceso que cierra esta macabra cronología que parece no tener fin. Hasta ahora hay 19 niños y dos adultos muertos. Las autoridades no descartan que aumente el número de víctimas mortales.