Harry y Meghan se quedan sin residencia oficial en Windsor desde este jueves. El rey Carlos III del Reino Unido estaría reordenando las dependencias reales y ha decidido desalojar a su hijo pequeño y a su mujer de su única propiedad en suelo británico. Los duques de Sussex ya estarían organizando la mudanza. La noticia ha causado cierta sorprensa, aunque hay opiniones para todos los gustos.
Algunos apuntan a que será el príncipe Andrés, duque de York, quien acabe ocupando esa vivienda. Lo cierto es que desde el Palacio de Buckingham no se han pronunciado, al considerarlo un asunto privado y familiar. No obstante, sí que ha confirmado esta noticia un portavoz de la pareja. Harry y Meghan, según la prensa local, conocían la información desde el pasado mes de enero, solo días después de la publicación de 'Spare' -'En la sombra'-, el último libro del hijo pequeño del rey.
A su llegada anoche a un exclusivo club nocturno de Los Ángeles (EEUU), para Harry y Meghan todo fueron sonrisas pero, según habría declarado un amigo de la pareja, la decisión del rey desalojarles del único hogar que mantenían en el Reino Unido les habría enfadado profundamente. Incluso la tachan de cruel, porque es ahí, en Frogmore Cottage, donde su hijo -como contaba el propio Harry en redes sociales-, pasó los primeros cinco meses de su vida. Allí celebraron el primer cumpleaños de su pequeña y lo consideraban su hogar.
Desde la 'cabaña' Frogmore, los duques de Sussex mostraron su amor públicamente, sus rutinas mañaneras: él desayunando en calcetines, ella, pintándose las uñas. La residencia pertenece al complejo de Windsor, fue en su día regalo de la reina Isabel II tras su boda. La pareja desembolsó casi dos millones y medio de libras en reformas (para darle un toque de modernidad y confort a la tradicional casa inglesa). Confirmado su desalojo, habrá que ver cómo afecta a la ya maltrecha relación de Harry con su padre, herida de muerte desde que se publicaron sus polémicas memorias.