La UE castigará a las compañías aéreas y de transporte que trafiquen con inmigrantes

  • Entre las medidas de castigo que propone Brusela se incluye la cancelación de sus operaciones en la UE ni utilizar sus puertos

  • La crisis migratoria orquestada por Alexander Lukashenko y Putin a las puertas de las fronteras UE se ceba en los inmigrantes, la parte más vulnerable

  • El drama humanitario en la frontera de Bielorrusia ya ha provocado una docena de muertos

La Comisión Europea ha puesto en marcha sanciones para castigar a las compañías de transporte implicadas en el tráfico de seres humanos. De esta manera pretende responder a la crisis migratoria en la frontera bielorrusa, adonde miles de personas llegaron desde diferentes lugares de Oriente medio.

Una comida al día, unas pocas mantas y paredes metálicas. Es todo lo que tienen los cientos de inmigrantes que Bielorrusia ha metido en un almacén para soportar el frío que asola la frontera con Polonia. El drama migratorio se agudiza a la espera de la deportación con una crisis que no parece tener solución.

Bruselas acusa a Bielorrusia de haber propiciado la llegada de migrantes a su país, para después llevarlos hasta las fronteras de la Unión Europea creando una situación caótica para miles de personas.

El nuevo reglamento que propone Bruselas permitirá crear una lista negra de compañías implicadas en el tráfico de seres humanos, en la que figurarán tanto si lo han hecho de manera consciente como inconsciente. Entre las medidas de castigo se incluye la cancelación de sus operaciones en la Unión Europea, lo que implica que perderán sus licencias. No podrán sobrevolar el espacio aéreo europeo ni utilizar los aeropuertos y puertos situados en el territorio de la Unión.

Todas estas personas se desconocen entre sí, aunque la une el mismo destino: la espera y un futuro incierto en este almacén en el que viven juntos desde hace semanas cuando Alexander Lukashenko, presidente de Bielorrusia decidió trasladarlo a este sitio en lo que pareció un gesto de buena voluntad. Sin embargo, aquí siguen en condiciones muy lejos de la normalidad. Familias enteras cubiertas con mantas, abrigos y gorros durmiendo en estanterías, que se han convertido en improvisadas camas y sin posibilidad de asearse.

Helados y hambrientos: el sueño de cambiar de vida

El día comienza y termina con un té para desayunar y una comida diaria que es lo único que reciben. Lo que les llega de las ONG. Desde que emprendieron el viaje no han podido contactar con sus familias que ignoran el destino de los suyos, estos que marcharon desde lejos para recalar en este almacén en Bielorrusia, tan alejado de sus sueños de cambiar de vida.

En unos formularios rellenan sus datos. Un papel donde aparecen sus nombres, su identidad, mientras

afuera los niños juegan con la nieve, ajenos a un drama que, según datos de asociaciones humanitarias, ha costado la vida a 13 personas. Por el momento, Bielorrusia, Polonia y Lituania, han replegado al Ejército con sus gases lacrimógenos, los perros atados. Todo está el suspenso.