Un bebé sirio muere en el bosque junto a la frontera de Polonia y Bielorrusia, víctima de la crisis humanitaria

  • Un niño sirio, de tan solo un año, ha muerto en un bosque de Polonia próximo a la frontera con Bielorrusia

  • Los padres y el bebé llevaban un mes y medio sobreviviendo en el bosque

  • La crisis y el pulso entre Bielorrusia y la UE no cesa, pese a los primeros contactos

La muerte de un niño sirio de tan solo un año en un bosque de Polonia, en las proximidades de la frontera con Bielorrusia, refleja con toda crudeza las trágicas consecuencias de la crisis abierta entre ambos países y el pulso de Aleksandr Lukashenko a la Unión Europea.

El pequeño, junto a sus padres, llevaba un mes y medio malviviendo en el bosque bajo temperaturas gélidas, tratando de sobrevivir como otros miles de migrantes que se embarcaron en una peligrosa ruta ante el sueño de encontrar una vida mejor. Sin embargo, todo cuanto han encontrado, pese a los esfuerzos de voluntarios y distintas ONG, ha sido inclemencia y un golpe tras otro a un lado y otro de las fronteras. También con la lituana.

Especialmente concurrida desde que el presidente bielorruso, Lukashenko, anunciase que no impediría el tráfico de migrantes hacia la UE, –desde donde rápidamente le acusaron además de promoverlo–, la ruta migratoria terminaba en una trampa mortal en la frontera, donde no han dejado de producirse imágenes descorazonadoras donde las víctimas han sido los más vulnerables.

El niño, de solo un año, murió en el bosque y sus padres estaban malheridos

Muchos de ellos son de Oriente Medio, afganos, yemeníes, iraquíes o sirios, como el pequeño fallecido, quien tal y como informa The Guardian es la víctima mortal más joven de esta terrible crisis.

Según la ONG ‘Equipo Médico de Emergencias de Polonia’, identificada por las siglas PCM, el niño era hijo de una pareja de sirios a los que atendieron a primera hora de la madrugada del jueves.

“A las 2:26 de la madrugada recibimos un aviso de que al menos una persona necesitaba asistencia médica. Cuando llegamos al lugar había tres personas heridas. Habían estado en el bosque durante un mes y medio”, ha relatado la ONG en Twitter.

Según ésta, había un hombre con dolor abdominal severo, estaba hambriento y deshidratado.

Además, estaba la pareja siria: “El hombre tenía una herida por laceración en el brazo y la mujer una herida de arma blanca en la pierna. Su hijo murió en el bosque”, han informado.

Por el momento no se ha especificado la causa exacta de la muerte, pero ya son más de una decena los que han muerto en el área en estas semanas; la mayoría, debido a su exposición a las inclemencias a las que tienen que hacer frente, aislados en mitad de la nada, intentando luchar contra la sed, el hambre y las bajísimas temperaturas.

Contactos para frenar la crisis humanitaria

Tras semanas de pulso, este miércoles el presidente de Bielorrusia y la canciller de Alemania, Angela Merkel, mantuvieron su segunda conversación telefónica en tres días, tras la cual los de Lukashenko anunciaron el inicio de los contactos directos con la UE para tratar la crisis.

En este sentido, las autoridades bielorrusias han solicitado al bloque europeo abrir un corredor humanitario para unos 2.000 migrantes que se encuentran en la frontera con Polonia.

"Se le ha sugerido a la UE crear un corredor humanitario para 2.000 refugiados que se encuentran ahora mismo en un campo en la zona. Nosotros facilitaremos el regreso de los 5.000 migrantes restantes a sus lugares de origen", ha señalado Natalia Eismont, portavoz de la Presidencia bielorrusa.

En este sentido, han especificado que la propia Merkel ha accedido a abordar esta propuesta con la UE, incluida la posibilidad de abrir un corredor humanitario hacia Alemania, según ha recogido la agencia de noticias bielorrusa BelTA.

"Como podéis ver, estamos dispuestos a cumplir con nuestros compromisos. De hecho, solo unos 400 refugiados han accedido a regresar a su tierra natal. Para ser precisos, 374 pasajeros, la mayoría iraquíes, han embarcado en un vuelo que salió hoy de Mink", ha manifestado Eismont, quien ha explicado:

"Actualmente hay unos 7.000 refugiados en territorio bielorruso. Unos 2.000 están en un campo en la frontera, si bien se calcula que entre 200 y 500 están dispersados a lo largo de la frontera".

En este sentido, los de Lukashenko ahora aseguran que sus medidas están dando resultados, y sin cesar en la presión, subrayan: "Mantenemos nuestras promesas. Mientras, la UE no ha honrado ni una de sus obligaciones".

En este sentido, siguen acusando a Bruselas de "no haber ni siquiera empezado a negociar con la ayuda de expertos".

La UE, por su parte, acusa a Bielorrusia de instrumentalizar a los migrantes, recalcando que “las personas no deben ser usadas como armas”.

Mientras tanto, ellas siguen luchando por sobrevivir.