El COVID-19 llega a un portaaviones galo que no toca tierra desde el 15 de marzo

  • Los marines desembarcaron entre el 13 y el 15 de marzo para ver a sus familiares

  • El navío ha adelantado su regreso a tierra y se dirige a la base francesa de Toulon

  • El presidente del país, Emmanuel Macron, decretó el estado de alarma el 16 de marzo

Un equipo de expertos ha puesto rumbo al portaaviones francés Charles de Gaulle para conocer cómo ha llegado hasta allí el coronavirus. El navío ha adelantado su vuelta a tierra y ya se dirige a la base de Toulon, una ciudad gala bañada por el mar Mediterráneo, según informan varios medios franceses.

El portaaviones zarpó en enero en el marco de la misión Foch. El único contacto que tuvo desde entonces con tierra se produjo entre los días 13 y 15 de marzo, cuando probablemente el COVID-19 encontró su manera de colarse. Aquellos días el barco atracó en Brest, otra localidad francesa ubicada en el noroeste del país. Allí los marineros pudieron desembarcar para ver a sus familiares. Tan solo un día después (el 16 de marzo), el presidente de Francia, Emmanuel Macron, decretó el estado de alarma en su país.

Desde aquellos días, el Charles de Gaulle no ha vuelto a tierra firme y los síntomas entre la tripulación han aparecido este miércoles, 8 de abril. Concretamente los padecen alrededor de 40 marineros (que están aislados) de los 1.760 que navegan en el portaaviones. Entre todos ellos hay unos 20 sanitarios. Además, el barco cuenta con instalaciones y material especializado para atender urgencias médicas.

En estos momentos el barco se encuentra cerca de Gibraltar. Está previsto que este viernes se conozcan los resultados de las pruebas para saber con exactitud cuántos miembros de la tripulación están infectados, según el diario 'Le Monde'. Cuando lleguen a Toulon, apunta el mismo medio, las personas que hayan dado positivo deberán permanecer a bordo a la espera de que su desembarco sea seguro.

Aproximadamente unos 200 marines franceses padecen coronavirus, según un portavoz de la unidad citado por 'Le Monde'. Sin embargo, las estimaciones apuntan a que este número realmente podría elevarse a 4.000. El Gobierno francés no ha aportado cifras oficiales al respecto.