Francia impondrá la conocida como Tasa GAFA, en referencia a Google, Apple, Facebook y Amazon, un impuesto por el que las grandes tecnológicas gravarán con un 3% de la cifra de negocio generada en el territorio del país. Lo hacen a pesar de la presión de Estados Unidos, que ayer decidió abrir una investigación al respecto al considerar que “apunta injustamente hacia las empresas estadounidenses”.
A pesar de las amenazas, el Senado francés ha votado este jueves 11 de julio a favor del proyecto de ley para la creación de un impuesto sobre los servicios digitales. El país galo se convierte así en el primero en establecerlo, después de que en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se bloqueara el proyecto.
El impuesto aprobado en Francia gravará en un 3% los ingresos de las empresas de servicios digitales que facturen al menos 25 millones de euros en el país y más de 750 millones a nivel mundial. Así, el Gobierno prevé recaudar unos 400 millones de euros en 2019 y hasta 650 millones el año siguiente. Esta medida afectará a unas 24 empresas.
Estados Unidos ha anunciado la apertura de una investigación por parte del representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, al considerar que “apunta injustamente hacia las empresas estadounidenses” con esta decisión. “Estados Unidos está muy preocupada por que el impuesto a los servicios digitales apunte de manera injusta a las empresas estadounidenses”, ha declarado.
“El presidente ha ordenado que investiguemos los efectos de esta legislación y determinemos si es discriminatorio y grava o restringe el comercio de los Estados Unidos”, ha añadido. En este sentido, ha señalado que seguirán trabajando para que otros países de la OCDE para lograr un acuerdo multilateral
El pasado mes de marzo, la Unión Europea renunció a la creación de un impuesto europeo que grave la actividad de las multinacionales digitales, a pesar de que la mayoría de los socios comunitarios, entre ellos España, eran favorables a ella. Sin embargo, esta medida contaba con la oposición frontal de Suecia, Dinamarca, Irlanda y Finlandia.