¿Qué harías si te dijesen que ya no es necesario abandonar tus cenizas en un cementerio o esparcirlas por el mar? A partir de ahora, tu deseo se puede hacer realidad. Hemos encontrado nuevos destinos para darles una utilidad mucho más 'eco', desde un tatuaje hasta una vidriera. Y no te preocupes: aunque el tema pueda rozar lo 'creepy', no tiene desperdicio.
Quizá sea su uso más popular, pero también el más valioso. Como dice el refrán: a nadie le amarga un dulce. Y si de una muerte puedes sacar un diamante de varios quilates, más que mejor. Pero no siempre hay que ser frívolos. También tiene su punto nostálgico poder llevar en forma de anillo o pendiente los recuerdos de un ser querido.
¿Alguna vez te ha pasado que, al escuchar una canción, no puedes evitar asociarla a alguien de tu entorno? Pues ahora más que nunca, este vínculo puede hacerse realidad. Sea el disco que sea, desde uno de Los Ramones hasta otro de Mozart, las cenizas pueden convertirse en parte del proceso de fabricación de cualquier vinilo.
Sí, como lo oyes. Una escultura minimalista también puede tener su toque 'in memoriam'. ¡Y con usos digitales incluídos! Una empresa de lujo ha sabido adaptarse a las nuevas tecnologías para hacer que, además de como elemento decorativo, sus prismas tengan conexión Bluetooth. Tan solo con pasar el móvil cerca, tendrás acceso a la memoria digital del fallecido, con fotos, textos y vídeos de su etapa en vida.
Para los amantes del papel, que huyen de lo digital, la mejor opción es este lápiz, grabado con el nombre del fallecido, cuya mina se compone de cenizas. Y la curiosidad no acaba aquí: al afilarlo, las virutas se guardan en una pequeña cajita, atesora el recuerdo de quien nos ha dejado. ¡Cuidado con mordisquear la punta!
Grabado en la sangre. Esta es la opción más radical, aunque la más comprensible, probablemente. Muchos tatuadores permiten combinar la tinta con cenizas para que el recuerdo no solo quede grabado en la memoria, también en la piel. Y para siempre.
No solo en objetos se puede capturar la memoria de un ser querido. Un árbol es una forma muy 'eco' y respetuosa de rendir homenaje a quien ya no está con nosotros, y paradójicamente permite crear vida a partir de una pérdida. Además, siempre es genial aportar nuevos usos que ayuden al cuidado del medio ambiente.
Las imágenes, en forma de cuadros o fotografías, permiten que el recuerdo de una persona no nos abandone. Una buena manera de hacer esta práctica común aún más especial es mediante la creación de un retrato utilizando cenizas del ser querido que ya no nos acompaña. ¡Grabado en la retina para siempre!
Otra forma más funcional de reciclar los últimos restos de un ser querido es integrarlos en la decoración de tu casa. Crear una vidriera con las cenizas es una alternativa poco común, pero que permitirá que, cada vez que entre la luz del sol por los cristales, recuerdes los buenos momentos juntos.
