Que Gonzalo Caballero se haya volcado en la lucha contra el cáncer tiene una doble explicación. "Yo sufrí mucho esta enfermedad, porque perdí a mi padre, que era mi confidente, con quien compartía todo y me golpeó muy fuerte", nos cuenta.
Como homenaje a él y a quienes se aferran a la vida. Fue su caso tras la grave cogida en Las Ventas el 12 de octubre de 2019. "Estuve 9 minutos muerto y tuve que pelear por la vida. Creo que María es un fiel ejemplo de lo que es pelear por vivir. Y yo mismo, que perdí a mi padre, nunca había reparado en la importancia de donar en investigación”, reconoce.
“Quién sabe si el día de mañana podamos curar la vida de muchos niños". Y para eso, no ha dudado en arriesgar la suya. María Caamaño Múñez, que está logrando junto al diestro y con su movilización en redes sociales fondos para la Fundación para la Investigación Biomédica del Hospital Niño Jesús de Madrid, agradece esa solidaridad, tan unida al mundo del toro, y que ha ido más allá, con gente de la cultura, la política y cientos de ciudadanos anónimos. "Es increíble que tanta gente esté ayudando y esté en el proyecto para seguir luchando contra el sarcoma de Ewing".
Ella es también el mejor ejemplo, por cómo está respondiendo al tratamiento experimental, como reconocen sus doctoras. "Es increíble cómo lo llevo, para ser una niña tan pequeña. Bueno, pequeña... tengo 11 años". Con toda una vida por delante. "Y que le vamos a ganar a ese maldito cáncer, ¿a que sí?", le pregunta Gonzalo. "Sí, todos juntos", responde ella de inmediato. Porque juntos, es el lema, somos invencibles, con #LaSonrisaDeMaría, sonriendo para seguir sumando.
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