Guardia Civil y Bomberos manejan, en este momento tres opciones para rescatar a Julen del pozo en el que cayó en Málaga. Podrían vaciar poco a poco el pozo en el que se encuentra el niño, cavar uno a cielo abierto o hacer otro paralelo. En cualquier caso lo que sí han comenzado a hacer es a asegurar el agujero en el que cayó el niño de dos años con una tubería para evitar desprendimientos.
Se hace muy difícil trabajar en un espacio tan pequeño. Es una cavidad que se puede medir con una sola mano. Son veinticinco centímetros de diámetro y 107 metros de profundidad, un espacio minúsculo para un rescatador.
La abertura no tiene capacidad para poder introducirse nadie. Por eso amplían la entrada al pozo aunque alcanzar el fondo es muy complicado. Se necesitan elementos como un robot que se emplea habitualmente para la inspección del alcantarillado. Hasta ahora han conseguido llegar a 73 metros y retirar 30 centímetros de tierra. Ahí han hecho tope al llegar a una zona muy dura.
Entre ellas, abrir un túnel paralelo y excavar a cielo abierto para crear otra vía de acceso. Todas entrañan el mismo riesgo. Cualquier alteración en el terreno puede ocasionar un desprendimiento.
El pozo que no está entubado. Dentro se pueden alcanzar los veinte grados y puede haber humedad. No hay ventilación. Los expertos creen que harán falta, al menos, dos días para llegar hasta Julen.