'Revenge': así eran ellos diez años antes

El atildado y excéntrico magnate informático lucía de manera infinitamente más sobria diez años atrás, cuando su compañía estaba en auge. Además, a juzgar por su comportamiento con la novia de Jack Porter, da la impresión de que aún no había salido del armario por aquel entonces.

Está ajena a todo lo que ocurre en los Hamptons, y no piensa en otra venganza más allá de la que implique pelearse en discotecas. Hasta que Nolan la obliga a leer los diarios de su padre. Es entonces cuando va a dar un cambio importante tanto por dentro como por fuera.

El ahora dueño del Stoneway deslumbra a Emily con sus sonrisa perfecta y su melena de príncipe de cuento. Con ese estilo, un tanto post-grunge, recuerda a los anti héroes de algunas portadas de la 'Super Pop'.

En 2002, el menor de los Porter no debía de tener ni diez años. Así de feliz lo vemos mientras, a su alrededor, su familia se desmorona.

Si con Emily, Nolan o Jack se ha hecho un trabajo de rejuvenecimiento importante para situarlos en 2002, con Lydia no se han esforzado tanto. Habría que ser muy de 'los Hamptons' para que no nos colara el mismo modelito en 2012 como si tal cosa.

¿Cómo son los Grayson 10 años después? A ella la han conservado en formol (igual que a Lydia), y a él le han quitado el bote de Lady Grecian 2000 que tan buenos resultados le estaba dando hasta el momento.

¿Cómo son los Grayson 10 años después? A ella la han conservado en formol (igual que a Lydia), y a él le han quitado el bote de Lady Grecian 2000 que tan buenos resultados le estaba dando hasta el momento.

Viejos conocidos se dan cita en la Nochevieja de 2002: Lydia y Michael Davis, el broker Bill Harmon, el fiscal Kingsley, el escritor Sam Treadwell, la psiquiatra Michelle Banks. A todos ellos les sonríe la suerte tras la muerte de David Clarke.

Viejos conocidos se dan cita en la Nochevieja de 2002: Lydia y Michael Davis, el broker Bill Harmon, el fiscal Kingsley, el escritor Sam Treadwell, la psiquiatra Michelle Banks. A todos ellos les sonríe la suerte tras la muerte de David Clarke.