Kiko Matamoros acusa a María Patiño por una información sobre su novia pero pide perdón tras descubrir quién es la fuente

‘Sálvame’ ha arrancado la tarde con María Patiño y Kiko Matamoros a solas y frente a frente en el plató del programa. “Te felicito, es cierto lo que cuentas, aunque has cometido un delito”, acusaba el colaborador a su compañera y ella negaba mientras él añadía que se trataría de un delito por “intromisión a la intimidad”: “Es un delito que cometes tú habitualmente”, se defendía María Patiño.

María Patiño aseguró en ‘Sálvame’ que la discusión entre Kiko Matamoros y su novia, Marta López Álamo, acabó mucho peor de lo que ellos nos habían contado: según la periodista, el colaborador le pidió a su novia que se marchara de casa.

Lejos de desmentirlo, Kiko Matamoros lo ha confirmado un día después. Eso sí, acusaba a su compañera de cometer un delito por “intromisión en la intimidad”, un delito que ella niega haber cometido: “Es un delito que tú cometes habitualmente porque te entrometes en la vida de los demás”.

Sin embargo, el colaborador insistía: él no ha hablado en estos términos con su pareja, no ha existido una conversación verbal, pero sí unos mensajes de whatsapps, una conversación que si ha salido a la luz es porque María Patiño la ha leído o alguien lo ha hecho y se lo ha transmitido a la colaboradora.

“Yo no lo he visto”, decía María; “alguien lo ha tenido que leer”, respondía Kiko Matamoros.

Sin embargo, poco después, Kiko Matamoros se ha disculpado ya que ha descubierto que fue la propia Marta la que atendió la llamada de alguien del equipo del 'Deluxe', momento en el que arrancó la polémica, y fue ella misma quien contó lo sucedido.

De hecho, Kiko habló con Marta tras su paso por el 'Deluxe' y, al darse cuenta de cómo estaba, decidió volver a casa: "Ella estaba en un momento muy bajo, muy disgustada y muy mal, y yo le pido perdón a los compañeros porque evidentemente tienen su razón o sus razones para manejar esa información. También le pido perdón a Marta por haberla llevado a ese extremo de ser incapaz de torear la llamada de un tercero".