Los dos grupos que conviven en Cayo Paloma están cada vez más divididos. El racionamiento y la repartición de comida están haciendo que la distancia entre ellos sea cada vez mayor y las broncas aumenten. Todos están al tanto de lo que come cada uno; si unos quieren abrir un coco o una lata, el resto no... Las críticas entre ellos van a más y la convivencia es cada día más tensa, por lo que cualquier tema relacionado con la comida basta para que estalle la guerra.