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En apenas tres semanas de concurso, Rocío Flores ha hablado con sus compañeros de ‘Supervivientes 2020’ sobre aspectos muy íntimos de su vida. La concursante se ha derrumbado en varias ocasiones y ha contado cómo han sido estos años en los que no ha tenido ningún trato con su madre, Rocío Carrasco.
Tanto en la convivencia como en las conexiones en directo con Jorge Javier, Rocío ha abierto su corazón y nos han permitido conocerla un poco mejor.
Según cuenta, los problemas con su madre empezaron desde que era “muy pequeña”.
A los 17 años, se fue a vivir a Málaga con Antonio David Flores y abandonó la vida que tenía con Rocío Carrasco en Madrid.
La concursante recuerda esta época con tristeza y habla de algunas situaciones que le tocó que vivir en el instituto.
Rocío reconoce que le costó adaptarse, aunque no se lo dijo a su padre.
¿Que lección aprendió con el tiempo? Que nadie va a entenderla como él.
Además, Rocío niega rotundamente que se fuera a vivir con AD porque la "consentía".
Todo son piropos para su padre y duros reproches para su madre, Rocío Carrasco.
La superviviente define los últimos años de su vida como un “calvario”.
Dice que le pesa su sufrimiento pero, sobre todo, el de su hermano.
Para ella, los dos se han visto involucrados en medio de una dura batalla.
Eso sí, la concursante no descarta una reconciliación con su madre.
Pero ¿Está viendo Rocío Carrasco el concurso de su hija? Ella piensa que no.
Aunque Rocío sí llega a reconocer que le gustaría.
La mayor de los Carrasco-Flores es consciente de que hay muchas cosas que la separan de su madre.
Y bajo ningún considera que Antono David haya entorpecido el acercamiento entre ellas.
Según Rocío, la gente tiene una imagen equivocada de su padre y todo el mundo debería conocer "la historia completa" para poder juzgarle.
Rocío no cuestiona la manera de actuar del colaborador y lo defiende siempre.
Rocío también nos ha confesado que tiene un fuerte instinto maternal.
¿La razón de tanta ansia?
Pero la joven de 23 años dice que no le importa esperar.
Para ella, todo lo que ha ocurrido en estos años con su madre, su padre y su situación familiar le ha servido para “madurar” y entender que las cosas siempre suceden por algo. Por eso, Rocío asegura está “orgullosa” de la mujer en la que se ha convertido y, aunque no cierra la puerta a nadie, da las gracias a las personas que hoy en día están a su lado.