Para empezar el día con el contador de energía al máximo, es muy importante dormir bien. Uno de los mejores trucos es acostarse siempre a la misma hora. De este modo, nuestro organismo se acostumbra a esa rutina. Así, ayudarás a tu cuerpo a una mejor producción de melatonina, que es la hormona encargada de regular el sueño. Y si un día no has dormido suficiente, es aconsejable tomar una siesta, aunque sea de 20 o 30 minutos.
Hacer deporte es una excelente manera de activar tu cuerpo. Cuando hacemos ejercicio físico, mejoramos la circulación sanguínea. De este modo, nos sentimos más fuertes y menos cansados. No importa cuál sea la actividad que elijas, sino que te animes a coger una rutina y disfrutes con ello.
El sol es una fuente de energía. La radiación del sol ayuda a bloquear la producción de melatonina. Así que, a partir de ahora, camina todo lo que puedas en las horas de sol.
La meditación ayuda a reducir el cansancio que nos produce el estrés. Es muy sencillo ponerlo en práctica, simplemente céntrate en un 'objeto', y deja así que se vayan el resto de pensamientos. Deja tu mente en blanco ayudándote de la respiración. Además, mejor si es con música relajante de fondo y velas.
Y, por último, la risa es tu mejor aliada. Libera endorfinas, que te ayudarán a subir tu estado de ánimo y, con ello, tu energía.
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