Desaparecidos

Las hipótesis que se barajan en el caso de Caroline del Valle: "Pudo ser radicalizada por la Yihad o haber sido víctima del tráfico de personas"

La Interpol y Google colaboran en el caso de Caroline del Valle: "Se barajan países como Francia, Portugal y Marruecos". Informativos Telecinco
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Caroline del Valle Movilla desapareció hace más de 10 años en Sabadell. Tenía 14 años y había salido con dos chicas la noche del 14 al 15 de marzo de 2015 a la conocida "zona hermética", un área de locales de ocio juvenil. Ese fue el último lugar en el que se la vio.

Según los primeros testimonios, alguien la vio subirse a un coche rojo con un grupo de jóvenes de origen árabe y magrebí. Pero, desde entonces, no se ha vuelto a saber nada de ella. La última señal de su teléfono móvil se registró, según su madre, en una carretera en dirección a Francia.

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Durante siete años, el caso estuvo a cargo de la Unidad de Desaparecidos de los Mossos d’Esquadra. Desde hace tres, la investigación la lleva la Unidad de Homicidios de Cataluña, que ha reactivado líneas de búsqueda y obtenido apoyo internacional, como ha explicado a la web de 'Informativos Telecinco' la madre de la joven de Barcelona, Isabel Movilla.

Colaboración internacional: Interpol y Google

La madre de Caroline asegura que por primera vez siente que se está haciendo todo lo posible. “La Interpol está buscando a mi hija en 197 países. Me lo comunicaron los Mossos y he podido ver la alerta amarilla en mi móvil. Se barajan países como Francia, Portugal y Marruecos, aunque no revelan el motivo. Yo, personalmente, también he pensado en Países Bajos. En Portugal no creo que esté, y si estuvo en Francia pudo coger un avión o un barco, o que usaran una identidad falsa. Lo que está claro es que salió de Sabadell en coche”, explica.

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Isabel añade que, junto a Interpol, Google también colabora en tareas técnicas: “Google ha aceptado ayudar y están trabajando con ellos. Las labores se centran en satélites y geoposicionamiento. Aunque mi hija no hiciera llamadas, el teléfono iba dejando señal al ir rebotando entre antenas. Están analizando los dispositivos que se conectaron cerca, los contactos y los números de interés”.

Ella interpreta esa implicación como una señal de avance: “Si Google ha aceptado es porque algo habrá. No colaborarían si no vieran sentido. Todo está enfocado en la geolocalización de teléfonos y antenas”.

Las hipótesis abiertas: radicalización o trata

En los últimos meses, el caso ha vuelto a aparecer en medios y podcasts ante la posibilidad de una radicalización yihadista. Aunque esa hipótesis no está confirmada oficialmente, Isabel reconoce que los investigadores la han tenido en cuenta.

"Se ha barajado que pudiera haber sido radicalizada por la Yihad o por algún grupo criminal de otra índole. Por eso se implica Interpol. Este organismo busca a personas que considera que están vivas y que pueden encontrarse en organizaciones. No lo harían si creyeran que falleció y que sigue en Sabadell. Piensan que pudo salir del país y analizan las posibles rutas", precisa.

La madre, eso sí, no descarta otros escenarios: "Otra hipótesis es el tráfico de personas. Se ha pensado que mi hija pudiera haber sido vendida para ser la mujer de alguien, quizá de un capo o miembro de una organización. Es algo que me planteo muchas veces".

Niss, Silvia y las redes sociales

Una parte de las dudas de Isabel se centra en el entorno más cercano de su hija. Menciona a dos jóvenes, Niss y Silvia, con quienes Caroline estuvo la noche de su desaparición. "Silvia declaró ante el juez que Niss le había dicho que ese sábado tenía que estar sí o sí con Caroline, y que la amenazó si no iba. Silvia tuvo miedo y llevó a mi hija a Sabadell".

Según Isabel, después de la desaparición, muchas cuentas de redes sociales vinculadas a las jóvenes desaparecieron: "Eliminaron todas las cuentas de Ask y otras redes. Yo no podía pedir los datos, tiene que hacerlo un juez. En una de esas cuentas llegué a ver una foto donde salía mi hija, Niss en medio y otra chica. Había un comentario de un hombre interesándose por Caroline y Niss le respondió".

Además, Isabel asegura que la última llamada que hizo Caroline fue precisamente a Niss, y que esta no se la cogió. "Creo que la llamó para decirle que estaba con sus familiares, y que fueron ellos quienes pudieron estar implicados en la desaparición. A mi hija la engañaron", afirma.

El coche rojo y el vídeo de TikTok

Otro de los puntos que mantiene viva la atención del caso es un vídeo subido a TikTok en el que supuestamente aparece un coche rojo, similar al que se mencionó en los primeros días de la desaparición.

"Ese vídeo me lo pasaron de casualidad, porque salía mi hija. Luego vimos que también aparecía el coche rojo. Las caras son borrosas, se la distingue a ella, pero identificar al resto es complicado. Y no se puede señalar a nadie sin estar seguro", apunta Isabel.

La madre cree que las chicas que la acompañaban pueden saber más: "Niss sabe más que Silvia. Pero fue Silvia quien me dijo: ‘No vaya a ser que los tres chicos del coche rojo le hayan hecho algo a tu hija’. Yo no estaba allí, solo sé lo que ellas contaron".

El paso del tiempo y la esperanza

A pesar de los años transcurridos, Isabel mantiene la fe en que la investigación dé resultados. "El jefe de la Unidad de Homicidios me dijo: ‘Hasta que tu hija no aparezca, no voy a parar de buscarla’. Eso me tranquiliza, porque sé que siguen trabajando. La van a buscar hasta que la encuentren", detalla esperanzada.

La situación ha mejorado, pero reconoce que no siempre ha sido así: "Me ha costado muchísimo que me hicieran caso. Durante años, la investigación estuvo parada o mal llevada. Por eso he denunciado a la Unidad de Desaparecidos, con el apoyo de mis abogados, Carmen Balfagón y Ramón Chippirrás".

En estos años, dice, muy pocos del entorno de su hija se han interesado por ella: "Solo un chico, Justin, y alguna amiga, Alba, me escriben de vez en cuando al llegar el aniversario. El resto, nada. Ni Silvia ni Niss me han querido decir nada más". El entorno de Caroline cree Niss tienen información que podría ayudar a descifrar todo lo sucedido, pero que no da esos datos y no pueden hacer nada, ya que pidieron que declarase y la Audiencia de Barcelona lo denegó.

El recuerdo de la desaparición

La madre de Caroline, natural de Extremadura pero afincada en Barcelona desde su matrimonio, sigue residiendo en la misma vivienda donde esperaba la llegada de su hija. Una década después sigue en el mismo punto. La última vez que escuchó su voz fue la noche del 14 de marzo de 2015. A las 21:15, Caroline le dijo que iba a dormir en casa de su amiga Silvia. Isabel le respondió que no podía hacerlo todos los días y Caroline insistió: “Venga, mamá, déjame”. Minutos después le mandó un audio: “Estamos saliendo del metro”. La madre llamó al padre de Silvia, que la tranquilizó asegurándole que todo estaba bien. Pero aquella noche Caroline no se quedó en Barcelona: viajó a escondidas con Silvia hasta Sabadell, donde se reunieron con otros jóvenes en la "zona hermética".

A la mañana siguiente, el teléfono de Caroline ya estaba apagado. Isabel comenzó a llamar sin parar, primero a Silvia, luego a hospitales y a la policía. Silvia, de hecho, le llegó a decir que se había quedado a dormir, pero que ella se había tenido que ir y que Caroline estaba "camino a casa". Pero nunca regresó. Silvia, entonces, ya sugirió a la madre que le pudo pasar algo en esa vuelta. Además, poco después, una chica escribió a Isabel por redes sociales para contarle que habían recibido una llamada desde un número desconocido: "Le dijeron que no buscara más a Caroline, que estaba en una casa muy lejos y en malas condiciones". Isabel denunció de inmediato. Las primeras pesquisas situaron a la menor esa noche cerca de la discoteca Bora Bora, en Sabadell, junto a varios chicos huidos de un centro de menores. Hubo una redada policial, una estampida y luego el silencio: el rastro de Caroline se perdió. ¿Se fue en el coche rojo tras la llegada de los agentes? ¿Sabe alguna de las personas que estuvo en la redada dónde fue Caroline?

Se indagó en diversas zonas de Sabadell, pero con el tiempo, Isabel descubrió un entorno oscuro que su hija apenas conocía: un grupo de chicas llamado las LN (Las Nalgonas), vinculado a entornos de prostitución y captación de menores en discotecas como In Time o locales de Pueblo Nuevo. Luego le llegó el vídeo del coche rojo y escuchó cómo Silvia declaró en sede judicial. "Engañaron a una menor", lamenta. Los Mossos d’Esquadra llegaron a contemplar la posibilidad de un homicidio con ocultación del cadáver, aunque sin pruebas concluyentes. Isabel, mientras mantiene que su hija no se fue por voluntad propia: "No se escapó. No tenía dinero ni motivos. Mi hija tenía planes, quería ir a Madrid con sus tíos aquel verano. Fue una desaparición forzada. Han mentido muchos, y después de tanto tiempo, aún no sabemos dónde está". Como muchas otras familias, la madre pide que el Gobierno de "luz verde" a la Ley de Desaparecidos, de modo que dejen de sentirse "abandonados y solos a todos los niveles".