¿Cómo se debe facturar equipaje especial?

Los amantes de los viajes son conscientes de que no siempre se puede llevar todo aquello que nos gustaría cuando viajamos en avión y en ocasiones es necesario priorizar unas cosas frente a otras. Han perfeccionado el arte de hacer maletas y listas para saber qué cosas pueden llevar y qué otras tendrán que quedarse en casa

Sin embargo, hay ocasiones en las que no podemos renunciar a nada en nuestro equipaje, elementos de los que no podemos prescindir y que además forman parte de lo que se considera equipaje especial, que tiene un sistema diferente de facturación

¿Qué se considera equipaje especial?

Se considera equipaje especial a todo aquel que tiene una forma rara, es más grande o pesa más de lo habitual, en esta categoría encontramos elementos tan variados como el equipo deportivo, ya sean bicicletas, esquís, palos de golf o equipo de buceo, también los instrumentos musicales de gran tamaño. 

Evidentemente, en esta categoría también encontramos las sillas de ruedas y otros medios de movilidad, pero también otros menos frecuentes, como las armas de fuego, que tendrán que ir descargadas, desmontadas y embaladas adecuadamente. A la hora de viajar con equipaje especial es imprescindible conocer la política de cada aerolínea, pues puede suceder que su modo de facturar este tipo de elementos sea diferente. 

Cómo facturarlo en tu vuelo

Este tipo de equipajes no puede ser procesado por los sistemas automatizados del aeropuerto, por lo que debe ser tratado de otro modo más personal. No solo será necesario facturarlo en el mostrador que la aerolínea especifique para ello, también tendrás que recogerlo en las cintas específicas de equipajes especiales. 

Es importante que este tipo de equipajes estén empaquetados correctamente para, de este modo, evitar que pueda dañarse durante el viaje. Quienes quieran viajar con un equipaje especial tendrán que avisar a la aerolínea con antelación, para poder coordinar con ellos todos los detalles y evitarse sorpresas en el último momento, porque hay accesorios que tienen sus propios sistemas de embalaje, como es el caso de las bicicletas, donde el manillar tiene que ir plegado y las ruedas deshinchadas, tal y como recuerdan desde Aena. 

Muchos aeropuertos tienen cajas específicas para bicicletas o un sistema para facturar los esquís. Los criterios de las aerolíneas en el caso de las personas con movilidad reducida son particulares, no todas tienen las mismas normas, por lo que conviene informarse con antelación. 

Dependiendo de las características de la silla de ruedas, no siempre permiten que suba al avión con el pasajero, lo que puede suponer un gran problema en muchos casos. En el caso de que no dejen que acceda con ella, será transportada en la bodega y la aerolínea facilitará otra hasta llegar a destino. La compañía tiene la obligación de facturar la silla de ruedas sin coste adicional, algo que no sucede con el resto de equipajes especiales, que sí que tendrán un sobrecoste. 

Este tipo de equipajes requiere un tratamiento especial por parte de la aerolínea, por lo que suele requerir acudir con tiempo al aeropuerto para poder realizar todas las gestiones adecuadas antes de que el avión despegue. Si viajas con equipaje especial recuerda contar con ese tiempo extra.