Los gastos que puedes deducirte si eres autónomo y teletrabajas
Muchos de los gastos habituales de vivienda son deducibles a una parte proporcional de nuestro hogar
La vivienda alquilada deduce diferente a si la vivienda es en propiedad
¿Cómo saber si un autónomo tiene derecho a la prestación por cese de actividad?
MadridEl teletrabajo se ha consolidado como una modalidad laboral habitual para muchos autónomos en España. Esta forma de trabajo conlleva una serie de gastos que, bajo ciertas condiciones, pueden ser deducidos fiscalmente. Repasamos cuáles son los principales gastos deducibles para los autónomos que desarrollan su actividad profesional desde casa.
Gastos relacionados con la vivienda
Cuando un autónomo utiliza su vivienda como lugar de trabajo, es posible deducir una parte proporcional de los gastos asociados a la misma. La deducción se calcula en función del porcentaje de la vivienda destinado a la actividad profesional.
En el caso de que la vivienda sea alquilada, se puede deducir la proporción del alquiler correspondiente al espacio utilizado para el trabajo. Por ejemplo, si se utiliza una habitación de 10 m² en una vivienda de 50 m², se podría deducir el 20% del alquiler. Es recomendable contar con un contrato de alquiler que refleje este uso profesional, aunque esto complica la situación, ya que necesitarás dos contratos de alquiler, uno para la vivienda habitual, y otro para dónde trabajas. Para hacer eso el casero tendría que darse de alta como profesional y hacer facturas con IVA.
Para los autónomos con vivienda en propiedad, se pueden deducir gastos como los intereses hipotecarios, amortización del inmueble, gastos de comunidad, Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) y seguro del hogar, en la proporción correspondiente al espacio dedicado al trabajo.
Gastos de suministros
Los gastos de suministros como agua, electricidad, gas, telefonía e internet también son deducibles, aunque con ciertas limitaciones. La Agencia Tributaria permite deducir el 30% de la proporción de estos gastos que corresponda al espacio de la vivienda destinado a la actividad profesional. Siguiendo el ejemplo anterior, si se utiliza el 20% de la vivienda para el trabajo, se podría deducir el 30% de ese 20%, es decir, un 6% del total de los gastos de suministros.
Material de oficina y equipamiento
Los gastos en material de oficina, como papelería, y en equipos informáticos, como ordenadores, impresoras o mobiliario específico, son deducibles al 100%, siempre que estén directamente relacionados con la actividad profesional y se pueda justificar su necesidad. Hay que guardar las facturas para poder hacerlo de forma apropiada.
Gastos de formación y suscripciones profesionales
La inversión en formación relacionada con la actividad profesional, como cursos, talleres o seminarios, es deducible. Asimismo, las suscripciones a revistas especializadas, herramientas digitales o asociaciones profesionales también pueden deducirse, siempre que estén vinculadas al ámbito laboral del autónomo.
Gastos de mantenimiento y reparaciones
Las reparaciones y el mantenimiento de la parte de la vivienda destinada al trabajo son deducibles en la proporción correspondiente. Esto incluye pequeñas reformas, arreglos o mejoras necesarias para el correcto desarrollo de la actividad profesional.
Hay que tener en cuenta que para que estos gastos sean deducibles, es fundamental que se cumplan una serie de requisitos. En primer lugar, los gastos deben estar directamente relacionados con la actividad económica desarrollada. Además, es imprescindible conservar todas las facturas y documentos que respalden cada gasto. Finalmente, estos gastos deben estar debidamente registrados en la contabilidad del autónomo.
Además, es necesario dar de alta con la Agencia Tributaria la afectación de la vivienda a la actividad económica mediante la presentación del modelo 036 o 037, indicando el porcentaje de la vivienda destinado al uso profesional.
Trabajar desde casa es el día a día de muchos autónomos, y por ello es bueno que conozcan la posibilidad de deducir una serie de gastos asociados al uso de la vivienda como lugar de trabajo. Conocer y aplicar correctamente estas deducciones puede suponer un ahorro significativo en la carga fiscal.