El cónclave para elegir papa comienza sin favoritos: todas las especulaciones y cábalas están abiertas

 El cónclave ya está listo para la elección del nuevo papa, tras la instalación de la chimenea, por dónde saldrá la fumata, que anunciará el desarrollo de la votación. La ceremonia, que dará inicio el próximo 7 de mayo en la Capilla Sixtina, ha cambiado poco a lo largo de las décadas siguiendo un estricto ritual por el que los cardenales electores, "guiados por el Espíritu Santo" y aislados del mundo, se encerrarán para elegir al pontífice, representante de Dios en la Tierra. Por el momento, todo es especulación y no hay un claro favorito. Desde Roma, el periodista Darío Menor trae la información en vídeo.

Los 133 cardenales tendrán que votar a candidatos que tengan menos de 80 años y solo podrán salir de la Capilla Sixtina para descansar en la Casa santa Marta. Todas las partes, desde las oraciones que rezan los purpurados hasta el número de votaciones que celebran cada día para designar al nuevo pontífice, conforman el estricto ceremonial del cónclave, del latín ‘cum clave’ (con llave).

No solo estarán los electores, sino también enfermeras, asistentes, personal de seguridad y otras personas que cuidarán de que todo el ritual pueda transcurrir en orden.  Los purpurados han mantenido esta mañana un encuentro, tendrán otro esta tarde para terminar de delinear el perfil del próximo papa.

Orden del día para las jornadas del cónclave

Día 6 de mayo, previa

La cena 

La tradición dicta que todos los cardenales electores, que son 133, se trasladarán la tarde anterior al inicio del cónclave a la Casa de Santa Marta, la residencia en el interior del Vaticano donde vivió Francisco, para compartir de una cena juntos. Desde ese momento ya permanecerán aislados del mundo, totalmente incomunicados sin móviles: no sabrán qué está ocurriendo en el exterior, ni nadie sabrá qué estará pasando en estos recintos.

7 de mayo, ceremonial del cónclave

El miércoles comienza con la misa inicial a las 08.00 . Oficiará la misa el decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, celebrará “pro eligendo Papa”, abierta a todos los fieles en la basílica de San Pedro.

Por la tarde será la procesión , a partir de las 14.30 . Los cardenales electores irán en procesión a la Capilla Sixtina, invocando la asistencia del Espíritu Santo con el canto del Veni Creator.

El ‘extra omnes’

Al final del juramento dentro de la Capilla Sixtina, el maestro de las Celebraciones Litúrgicas, Diego Ravelli, proclamará el ‘Extra omnes’ (todos fuera) y se cerrarán las puertas. Sólo los cardenales electores permanecen dentro. Entonces se procederá a una primera votación que podría empezar a indicar el rumbo de la elección.

Cómo se hacen las votaciones para elegir al nuevo papa

Los cardenales votarán dos veces por la mañana (inmediatamente después del laudes) y dos veces por la tarde (a partir de las 16.00 hora local, 14.00 GMT). Con 133 cardenales electores se necesitan dos tercios de los votos para ser elegido sucesor de Pedro.

El procedimiento de votación 

Cada cardenal recibirá dos o tres papeles en blanco que les darán los Maestros de Ceremonias, tras lo cual saldrán de la Capilla Sixtina. Cada cardenal rellenará en secreto la papeleta, escribiendo "claramente, con una letra lo más reconocible posible, el nombre de la persona que elige". Después, dobla la papeleta por la mitad y, sosteniéndola en alto y claramente visible, se dirige al altar, cerca del cual se encuentran los tres escrutadores.

El cardenal jura: "Invoco a Cristo el Señor, que me juzgará, por testigo de que mi voto se da a quien, según Dios, creo que debe ser elegido". Coloca la papeleta en un plato y la desliza dentro de una cáliz, utilizado como urna. Se inclina ante el altar y regresa a su asiento. Será necesario que uno de los candidatos a papa obtenga al menos dos tercios de los votos para ser elegido papa.

Los escrutadores

Los escrutadores son tres y cada uno tiene su función. Al final de la votación, el primer escrutador sacude la urna varias veces para mezclar las papeletas y el tercer escrutador transfiere las papeletas, una por una, a otro cáliz. Si el número de papeletas corresponde al número total de electores, se procede al recuento.

Los escrutadores se sientan en una mesa colocada delante del altar. El primer escrutador abre una tarjeta y lee el nombre. El segundo repite el procedimiento. El tercer escrutador anota el nombre y lo lee en voz alta, luego perfora las tarjetas con una aguja y las une todas con un hilo. El Camarlengo recoge las notas y redacta un acta con el resultado. Todos los papeles se queman en la estufa, con un aditivo químico para cambiar el color del "humo".

Las oraciones 

Durante el cónclave, los cardenales celebrarán cada día la misa y luego se trasladarán a la Capilla Sixtina, donde a las 9.00 hora local (7.00 GMT) rezarán el ‘laudes’. Después de la segunda votación de la tarde, los electores rezarán las vísperas.

La ‘fumata’ del cónclave: la fumata blanca o negra

Después de dos votaciones, las papeletas en las que los cardenales han escrito el nombre de su candidato se queman en una estufa, instalada dentro de la Capilla Sixtina y el humo sale de una chimenea situada en el tejado de la misma, alrededor de las 12.00 hora local (10.00 GMT) y de las 19.00 hora local (17.00 GMT). Si la fumata sale blanca, antes de esas horas significaría que se ha elegido papa en la primera votación. Por el contrario, si el humo que sale de la chimenea es negro, habrá que volver a votar.

Una vez realizada la elección, saldrá humo blanco de la chimenea y al mismo tiempo sonarán seis campanas de San Pedro en señal de celebración. En la sacristía de la Capilla Sixtina se prepara una sala con los vestidos del nuevo pontífice de varias tallas. Se trata de la "sala de las lágrimas", llamada así porque es el lugar donde el elegido desahoga la emoción que ha contenido hasta ese momento.

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