Comprar el mismo número de siempre o jugar al azar: qué estrategia tiene más opciones de ganar El Gordo
¿Qué es mejor, comprar el mismo número cada año o elegir uno al azar?
Estas son las tres terminaciones más premiadas de la historia de la Lotería de Navidad
Cada 22 de diciembre miles de personas en España depositan su ilusión en un número concreto del Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad, ya sea uno que compran año tras año por tradición o uno escogido al azar en el momento. ¿Pero cuál de estas dos estrategias ofrece mayores probabilidades de llevarse el “Gordo”?
Antes de ponernos a evaluar cada una de estas estrategias, conviene aclarar una serie de datos clave. Primero, que la probabilidad de que un número concreto resulte agraciado con el primer premio es exactamente 1 entre 100.000. Esto significa que cada uno de los 100.000 números posibles participa con igual oportunidad, sin importar la frecuencia con la que se haya jugado. Da igual si eliges el 00001, el 12345 o el 99999, cada uno de los 100.000 números emitidos tiene una probabilidad de uno entre 100.000 de ganar el premio gordo.
Así, desde el punto de vista puramente matemático, ni comprar el mismo número todos los años ni cambiarlo cada vez modifica tu probabilidad individual de ganar.
Tradición vs azar: ¿qué cambia?
Comprar el mismo número “de siempre” puede tener valor emocional o simbólico: mantener la tradición familiar, conservar el número de la primera vez que tocó a alguien… Pero desde la óptica probabilística, hacerlo solo implica que si ese número gana un año, tú tendrás ese décimo. Si no, tendrás el mismo índice de fracaso que cualquier otro número: 99.999 de cada 100.000 veces.
Incluso comprando el mismo número durante 60 años consecutivos, la probabilidad de ganarlo al menos una vez “solo” aumenta marginalmente, manteniéndose en niveles extremadamente bajos.
En cambio, jugar al azar o elegir un número diferente cada vez tampoco aumenta la probabilidad de éxito, pero permite atender a factores prácticos: disponibilidad del número, evitar aglomeraciones o distribuciones masivas de décimos replicados, etc.
La conclusión compartida por los expertos es que ni la estrategia de tradición ni la del cambio aportan ventaja estadística alguna más allá de la ilusión, ya que todas las combinaciones participan en igualdad de condiciones.
¿Y entonces cuál conviene?
La elección entre conservar un número fijo o cambiarlo debe decidirse desde el criterio personal, no desde la búsqueda de ventajas matemáticas, porque no existen. Si compras el mismo número cada año, lo haces por apego, no por estrategia. Si eliges otro número cada vez, lo haces por novedad o por evitar coincidir en exceso con otros jugadores.
Lo importante es comprender que la probabilidad de ganar permanece constante y que el mayor riesgo real es compartir el premio con más personas si tu número es muy demandado. Algunos decimos: cuantas más personas tengan tu número, mayor la ilusión… pero menor el recibo individual.
En resumen, si te preguntas “¿compra el mismo número cada año o elijo uno al azar?”, la respuesta técnica es que no importa para ganar, porque la probabilidad no varía. Lo que sí cambia es el valor afectivo que tú le des y el contexto de juego—tradición, grupo, peña o solo—y eso puede definir la experiencia. Lo que no puede definir es el resultado.