Azalea Yajaira Lindo, una peruana de 27 años, vuelve por fin a sonreír. En 2019 fue diagnosticada de un cáncer de pulmón en su país y, tras dos intervenciones fallidas, los médicos le dijeron que no había esperanza. Sin soluciones ni pronósticos de supervivencia, ella, sin embargo, nunca se rindió, y a través de las redes sociales llegó hasta “un ángel en la tierra” que hoy le ha salvado la vida: el doctor González Rivas, cirujano que opera salvando vidas por todo el mundo y quiere llevar ‘un hospital ambulante’ a África.
Gracias a él y a todo su equipo, en una complejísima operación de seis horas han conseguido salvarla. Tanto a ella como a su bebé, puesto que Azalea está embarazada, otra circunstancia que rodeaba a una de las intervenciones más difíciles a las que se enfrentaba el cirujano, y la primera que efectúa su fundación “destinada a salvar vidas”; la Fundación Diego González Rivas.
“Estoy bastante tranquila, sobre todo porque la operación ha sido todo un éxito. Eso me da mucha paz”, dice hoy Azalea desde la cama del Hospital de San Rafael de A Coruña, que ha sufragado el quirófano, las pruebas y la estancia en sus instalaciones mientras la fundación se encargó del pagó del viaje desde Perú a España, operando a Azalea de forma gratuita, por altruismo y asumiendo una intervención que los médicos que trataron a la joven dieron por imposible.
Allí, en su país, Azalea sufrió dos operaciones que no mejoraron en nada su estado de salud: “En el 2019 fue mi primera cirugía, y luego el año pasado fue la segunda, en la cual no pudieron extirpar el tumor que tenía en el pulmón izquierdo. Allá me dijeron que ya no había probabilidades de extirpar el tumor, que estaba localizado muy cerca del corazón”, cuenta, explicando que “tenía muchas limitaciones para caminar” y realizar sus “actividades normales”.
No solo le practicaron dos operaciones fallidas en tres meses: también le dieron un tratamiento inútil con quimioterapia y radioterapia, algo que no hizo sino incrementar su dolor y su angustia.
Tal es el caso que, en la primera cirugía le abrieron el tórax para operarla y le extrajeron parte del lóbulo izquierdo, pero el tumor estaba localizado en el bronquio, por lo que aquella intervención no sirvió para nada y el cáncer siguió creciendo. Después, como recoge La Voz de Galicia, volvieron a operarla. Otra vez por el tórax. Cuando el cirujano vio su estado, retrocedió y desistió, asegurando que era imposible extirparle el tumor y que, si proseguían, quizás le costase directamente la vida.
Cortando de golpe todas sus esperanzas, Azalea, sin embargo, no dejo de creer en la vida; en la posibilidad de encontrar una solución y sobrevivir al cáncer. Fue así, con esa férrea determinación con la que encontró a la Fundación Diego González Rivas.
“Localicé al doctor Diego por redes sociales, por Facebook. Le envié mi caso, a lo cual él respondió muy rápido. No lo esperé, la verdad. Intercambiamos números, se comunicó conmigo. Le conté mi caso, toda mi historia clínica, y desde un primer momento él me dijo que podía operarme”, cuenta Azalea Yajaira a Informativos Telecinco, explicando que en ese momento “fueron muy grandes las ilusiones”.
Saber que podían operarla fuera de su país y “salvar” su vida fue un enorme impulso, cuenta, pero al mismo tiempo le generaba “un poco de tristeza”: “Yo sabía que no tenía los medios económicos para poder cubrir los gastos”, cuenta, pero el doctor y su Fundación siempre le expresaron que eso no era ninguna cuestión de por la que debía de preocuparse.
“Su respuesta fue siempre que su intención era ayudarme, que quería salvar mi vida y que no me preocupara, que iba a contactar conmigo y me voy a traer hasta aquí, a A Coruña, a operarme, y que todos los gastos iban a ser cubiertos por la Fundación”, explica Azalea.
Con ese obstáculo resuelto, sin embargo, le quedaba otra gran preocupación: “Yo no sabía que estaba gestando y, cuando me entero, un poco mis ilusiones se apagaron, porque pensé que no iba a poder operarme”, explica, pero el doctor, “también muy rápido”, volvió a contestarla: “Sí se podía: si esperábamos los 9 meses iba a ser mucho más riesgoso, o quizás ya no se iba a poder operar”, señala.
De este modo, tras desplazarse hasta A Coruña gracias a la Fundación, fue intervenida. Aplicando revolucionaria técnica uniportal VATS, la cual permite operar dentro de la cavidad torácica a través de una pequeña incisión intercostal de forma mínimamente invasiva, la operación de seis horas se ha resuelto con absoluto éxito: la totalidad del tumor ha sido extirpada y Azalea está curada.
“Es un ángel en la tierra. Es un ángel porque ha salvado mi vida. Ha aparecido cuando yo menso lo esperaba”, afirma ahora desde el hospital, deshaciéndose en unos elogios que también le dedica su hermana Guisela, quien siempre la ha acompañado: “Es como un milagro”, subraya.
En declaraciones recogidas por La Voz de Galicia, el cirujano, que en África ha operado en condiciones de suma dificultad, sin material adecuado y hasta sin luz, apoyándose de móviles y otros elementos para iluminar su sala de intervención, ha explicado que este es uno de los casos más complejos que ha tenido delante: “No era difícil, sino lo siguiente. Algo casi imposible, uno de los casos más complicados a los que me he enfrentado en mi vida. Y cuando empezamos comprobamos que incluso era mucho peor de lo que esperaba”, ha dicho, tal como recoge el medio gallego.
Aquellas cirugías previas a las que la sometieron en Perú, así como la quimio y la radioterapia que recibió posteriormente pese a que su tumor no responde a estas terapias, han complicado la intervención: "Cuando entramos, estaba todo inflamado, estaba todo pegado como una piedra. No se identificaban las estructuras del pulmón por las cirugías previas", ha detallado González Rivas.