Desaparecidos

El caso del canario Alberto Pérez Elvira, la desaparición más larga de España: salió de clase y solo se encontró su bicicleta azul

El extraño caso del canario Alberto Pérez Elvira. Informativos Telecinco
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En España hay centenares de desapariciones que siguen sin resolverse después de muchos años, pero la de Alberto Pérez Elvira, conocido como Albertito, es la más prolongada que se conoce en nuestro país.

Alberto tenía solo 13 años cuando, el 2 de julio de 1973, su pista se desvaneció en Lanzarote sin dejar más rastro que su bicicleta azul. Más de 52 años después, su nombre sigue siendo sinónimo de un caso que el tiempo no ha logrado cerrar. Lo que parecía una travesura infantil se transformó en un misterio que ha atravesado generaciones.

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La desaparición de Alberto en extrañas circunstancias

Alberto pasó la mañana del 2 de julio como otra cualquiera. Acudió a su colegio en la localidad de San Bartolomé, en Lanzarote, y salió del centro con normalidad. Sin embargo, todo cambió por la tarde. El menor debía dirigirse al restaurante El Cazador, el cual regentaban sus padres, pero no apareció. Su padre le pidió a un cliente que conocía que fuera a su casa para preguntar si estaba el niño allí. Pero su madre, María, les dijo que no con mucha angustia.

Los progenitores, los hermanos y un grupo de personas comenzaron a buscar al menor por todas partes. Recorrieron toda la zona del muelle gritando su nombre por si se lo hubieran llevado en un barco, pero no hubo resultados. Sobre las 02:00 horas de la madrugada del 3 de julio, se encontró su bicicleta de color azul con una rueda pinchada en el camino entre Güime y Playa Honda, a nueve kilómetros del municipio. Fue el último rastro de Albertito. La desaparición se denunció ante la Guardia Civil, pero los recursos eran mínimos. El equipo de investigación lo formaba un solo agente.

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Las hipótesis que se barajaron

Ninguna línea de investigación permitió saber qué pasó con Alberto. Con el paso de los años surgieron algunos testimonios y detalles que nunca pudieron confirmarse: supuestos avistamientos, la posibilidad de que trabajara en un barco o de que hubiera huido con ayuda de alguien. Ninguno de esos indicios aportó certezas, pero todos alimentaron la esperanza de que Albertito pudiera seguir con vida.

Entre las teorías que la familia manejó, una apuntaba a la trata de personas, y otra a un romance con una joven con la que se escribía cartas. Hablaban de escapar juntos “para vivir su amor”, pero Alberto desapareció y la joven no volvió a ser vista con él.

La lucha de la familia por obtener respuestas

El impulso mediático facilitó en 2023 los análisis genéticos de la familia y la inclusión del caso en bases comparativas de restos sin identificar, un paso clave que no se activó durante cinco décadas. La familia lamenta que estas herramientas lleguen tarde para muchos y reclama protocolos específicos para revisiones periódicas de desapariciones de larga duración.

Su hermana, Belén Elvira, una reconocida mezzosoprano que ha trabajado durante años con Plácido Domingo, ha sido quien más ha luchado por mantener viva la memoria de Albertito. A lo largo de los años ha denunciado la falta de medios y de sensibilidad con la que se afrontó la desaparición: no se desplazó ninguna unidad central desde Madrid ni se ofreció apoyo psicológico a la familia. Recuerda a su madre como una mujer fuerte, marcada por el dolor y el silencio, y asegura que aquel suceso cambió para siempre la vida de todos.