La familia de un hombre con discapacidad denuncia a una residencia por negligencia: murió tras acumular 9 kilos de heces

Dolor de barriga. archivo
  • El informe forense concluyó que la acumulación masiva de heces provocó un neumoperitoneo

  • La familia afirma que James pudo haber pasado “entre varias semanas y un mes” sin defecar

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La muerte de James Stewart, un hombre de 41 años con discapacidades intelectuales y de desarrollo, ha desatado una fuerte polémica en Ohio. Varios trabajadores del centro de cuidados Clear Skies Ahead habían notado durante semanas que algo no iba bien: James se movía con dificultad, estaba decaído y se quejaba de un dolor persistente en el abdomen. Algunos empleados incluso aseguraron al medio local 21 News que su tripa se veía “hinchada” y con hematomas.

Pese a estos síntomas evidentes, su familia sostiene que nadie del centro levantó la voz de alarma. James llevaba años en la residencia, donde se suponía que se prestaba atención a sus necesidades médicas, especialmente porque tenía un historial de estreñimiento crónico agravado por la medicación. Pero, según la demanda presentada en el condado de Trumbull, no se comunicaron los signos de alerta ni se realizaron las comprobaciones básicas. La familia afirma que James pudo haber pasado “entre varias semanas y un mes” sin defecar, algo que el personal “sabía”, según dijo su abogado, Matt Mooney, a 21News.

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El colon estaba completamente obstruido por heces compactadas

La situación se mantuvo sin intervención médica incluso cuando James verbalizó en repetidas ocasiones que no podía ir al baño. La demanda asegura que, a pesar de su dolor, su apatía y el evidente aumento de volumen del abdomen, ni se avisó a la familia ni se organizó una evaluación médica. El día antes de su muerte, dos empleados lo acompañaron a una teleconsulta psiquiátrica, pero, según la denuncia, ninguno de los síntomas físicos fue mencionado.

La mañana del 15 de noviembre, un trabajador le pidió que intentara nuevamente ir al baño. Incapaz de evacuar y visiblemente indispuesto, James regresó a su habitación. Horas después, fue hallado inconsciente. Su abdomen estaba extremadamente distendido y rígido, con marcas que alertaron de inmediato a los servicios de emergencia. Fue trasladado al hospital, donde los médicos descubrieron la magnitud del problema: el colon estaba completamente obstruido por heces compactadas que superaban los nueve kilos de peso.

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El informe forense concluyó que la acumulación masiva de heces provocó un neumoperitoneo a tensión, una situación en la que el aire escapa a través del intestino dañado y llena la cavidad abdominal, generando una presión fatal. “Eso fue lo que lo mató”, explicó el abogado Mooney.

La familia sostiene que la muerte de James era “totalmente evitable”. Afirma que, si el centro hubiera seguido su plan de atención individualizado y hubiera reaccionado ante los signos que llevaba semanas mostrando, James seguiría con vida.