Discapacidad

El tabú de la figura del asistente sexual para las personas con discapacidad: "No hay que confundirlo con la prostitución"

Hablamos con expertos de las carencias en el mundo afectivo y sexual de las personas con discapacidad. Pexels
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Si la sexualidad es ya de por sí un tabú en muchos ámbitos de la sociedad, lo es mucho más cuando hablamos de personas con discapacidad. Así lo aseguran desde la mayoría de colectivos, que reivindican una visibilidad más real en el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, que se celebra cada 3 de diciembre desde 1992, cuando las Naciones Unidas quiso promover los derechos y el bienestar de este colectivo y concienciar sobre su situación. En ese sentido, un libro publicado por Plataforma Editorial en colaboración con la Fundación SIFU, 'Las mismas caricias, los mismos besos', recoge historias en primera persona, experiencias de profesionales del ámbito sociosanitario y propuestas que invitan a cambiar la mirada sobre la discapacidad y su sexualidad porque el derecho al amor, el placer, la ternura y la autonomía son universales.

"Si la sexualidad ya es un tema tabú en las familias sin personas con discapacidad, lo es mucho más en las familias donde existe una discapacidad. En muchos ámbitos se tiende a infantilizar a las personas con discapacidad, como si fuesen personas asexuales. Afrontar temas incómodos son indispensables para el buen desarrollo de estos temas", expresa a la web de Informativos Telecinco Cristian Rovira, presidente de la Fundación SIFU, una entidad sin ánimo de lucro que trabaja desde Barcelona y que tiene como objetivo promover la inserción social y laboral de las personas con discapacidad.

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Comparte esta opinión una de las voces más representativas de las personas con síndrome de Down, María del Mar Galcerán Gadea. Ella es miembro de las Corts valencianas desde el 14 de septiembre de 2023 y fue la primera diputada en España con síndrome de Down. Trabaja como funcionaria pública desde hace 26 años: 13 años como interina en la Conselleria de Presidencia de la Generalitat Valenciana y, desde 2010, con plaza de subalterna en la Conselleria de Bienestar Social, en la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas y, actualmente, en la Conselleria de Sanidad y Salud Pública. Además, presidió durante cuatro años Asindown Comunitat Valenciana, una organización de apoyo a familias con hijas e hijos con síndrome de Down, siendo la primera presidenta de la organización con síndrome de Down.

"Uno de los prejuicios que nos encontramos en la vida es la visión infantil hacia nosotros y a las personas con capacidades diferentes. Y ese exceso de infantilismo conlleva hacia el tabú relacionado con la sexualidad", expresa. Para ella, para que una persona con discapacidad pueda tener una vida sexual saludable es necesario apoyarse en las familias, en los padres, que son los pilares fundamentales.

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La sobreprotección, una piedra en el camino

Hay distintos factores que explican por qué las personas con discapacidad no pueden desarrollar libremente su sexualidad y afectividad. Uno de los principales suelen ser las limitaciones físicas y la falta de una asistencia correcta y de las opciones necesarias en este sentido. También la sobreprotección de las familias y las instituciones no permiten tampoco ese desarrollo: "Cuando una persona se siente excluida de la sociedad, se siente doblemente excluida de su sexualidad".

Por eso es muy importante dotar de confianza y seguridad a las personas con discapacidad para no esconder su sexualidad. "Los padres y madres han de entender que sus hijos son personas con todas las necesidades, también necesidades sexuales que de alguna manera hay que satisfacer (como cualquier persona)", subraya el presidente de la Fundación SIFU, que recoge en el libro testimonios tanto de personas con discapacidad como de otras que trabajan con ellas, como Gemma Deulofeu que es psicóloga, sexóloga y terapeuta de parejas con o sin discapacidad, o Félix López Sánchez, que es catedrático de Psicología de la Sexualidad de la Universidad de Salamanca y que cuenta con más de treinta años de experiencia como docente e investigador reconocido por la Agencia Nacional de Evaluación.

Gemma señala, por su parte, que los prejuicios sobre la sexualidad de las personas con discapacidad tienen que ver en ocasiones más con las propias familias y sus entornos, tal vez por sobreprotección, porque "hay toda una serie de ideas que están alrededor de la sexualidad, como que tiene que ver solo con las relaciones sexuales o la atracción sexual, con disponer de ciertas capacidades neurológicas o cognitivas". De ahí que no entren en esa norma sobre el imaginario social de lo que es la sexualidad, muy relacionada con el sexo y las relaciones sexuales. Y añade: "Luego, como hay poca cultura de la promoción del placer, del bienestar, de la calidad de vida o de los derechos sexuales o reproductivos, se sobreprotege como una forma de control".

Una de las posibles soluciones pasa por las familias, por dotarlas de información y educación, como sugiere el catedrático Félix López y el presidente de la Fundación SIFU: "Cuanto más escondamos una realidad del día día las personas con discapacidad más costará normalizar la sexualidad de estas".

"Las personas con discapacidad no tienen un mundo diferente. Las caricias y besos son los mismos para todos"

La figura del asistente/a sexual, un tema controvertido

La figura de la asistente sexual es una de las más controvertidas y de las que poco se habla. Sin embargo, es también necesaria para que las personas con discapacidad puedan tener una vida sexual y afectiva sana. Aunque no es la única solución, es una de las más notorias y, actualmente, de las más solicitadas, pero no está regulada en España, de ahí que muchas personas soliciten que se haga. En países como Bélgica o Alemania esta figura -que aseguran es instrumental- ya está regulada, y Francia lo está estudiando, pero aquí en España aún no se ha hecho. La Confederación ASPACE es de una de las que más ha pedido esta regulación para no caer en la explotación sexual. La regulación pasa por la formación

"Es una figura indispensable en algunas discapacidades limitativas a nivel de movilidad, pero puede actuar también con una figura para ayudar a ganar confianza a las personas con discapacidad. Sin confundir la asistencia sexual con la prostitución. Hay que entender esta figura como una ayuda y no como un fin", sugiere el presidente de la Fundación SIFU. Por una parte, mientras que algunos profesionales piden más regulación en España, otros abogan por no hacerlo porque atañe a la intimidad de las personas y al derecho al placer. Pero siempre determinando quién pide esos servicios y el tipo de discapacidad, porque no es lo mismo a aquellas que impiden la movilidad a aquellas que afectan a las capacidades intelectuales.