Testimonios DANA

Roberto, un guardia civil experto en tragedias, rescató decenas de cadáveres en la DANA: "Jamás pensé que podía pasar algo así en España"

Roberto, agente de la Asociación de Guardias Civiles Solidarios. Telecinco.es
Compartir

ValenciaDesde los momentos más críticos de la DANA que asoló la provincia de Valencia, centenares de agentes de la Guardia Civil arriesgaron sus vidas en la zona cero para salvar las vidas de otros. Uno de esos agentes era Roberto Narro, miembro de la Asociación de Guardias Civiles Solidarios.

Como muchos españoles, Roberto recibió las primeras noticias de la tragedia por los medios de comunicación. Él estaba en Vitoria, su lugar de destino, y junto a otros compañeros puso rumbo a Valencia. "Nosotros a través de la asociación hemos estado en catástrofes naturales en todo el mundo como los terremotos de Nepal o Haití, pero nunca pensé que algó así podía pasar en España", asegura.

Antes incluso de llegar a su destino, Paipora, este experto Guardia Civil pudo comprobar la magnitud de la catástrofe. "Paramos el coche en una carretera y vimos una mano. Era el cuerpo de un hombre. Fue ahí cuando me di cuenta de que esto era serio", recuerda.

A partir de ahí, comenzaron dos semanas de trabajo intenso. "Dormíamos cuatro horas al día y a trabajar. La adrenalina del momento nos mantenía en pie", explica.

Tras dos días de caos, los agentes pudieron organizarse y dividirse en zonas. A Roberto le tocó Paiporta punto cero de las inundaciones. Recorriendo con él sus calles, apenas puede reconocerlas, pero no olvida los puntos negros donde encontraron más cadáveres. "Entre el cuartel de la Guardia Civil y el barranco encontramos unas 50 personas fallecidas, era muy complicado", recuerda emocionado, y explica que "donde ahora están esos edificios en construcción, esos días estaban solo los agujeros de lo que ahora serán los garajes y ahí cayeron muchas víctimas que ya no pudieron salir. Encontramos gente que había sido arrastrada desde Picanya".

Día tras día recorrían el barranco del Poyo, pero lo más duro fue rescatar a víctimas de los garajes. "Entrábamos a los que sabíamos que había fallecidos porque nos lo decían los vecinos. Era muy duro, pero había que hacerlo porque veías a los familiares esperando porque sabían que su ser querido estaba ahí dentro. Saber que tu hijo o tu padre ha muerto y no puedes hacer nada es terrible".

Un agente perdió la vida

La misma tarde de las inundaciones, los Guardias Civiles de los cuarteles de la zona y de poblaciones cercanas acudieron inmediatamente a ayudar. "A un compañero el agua le arrastró y pudo agarrarse a la copa de un árbol. Desde ahí comenzó a lanzar el cinturón que llevaba a las personas que pedían ayuda y pudo rescatar con vida a cuatro o cinco personas. Aún así, se vio tan mal que nos llamó para despedise".

Otro de los agentes corrió peor suerte perdió la vida. "Un compañero de Paiporta bajó al garaje a coger un vehículo para salir a ayudar y cuando pisó la calle le arrastró el agua", relata. Dejaba mujer y dos hijas pequeñas, ahora la asociación ha recaudado 30.000 euros para ayudarlas.

También consiguieron cerca de 100.000 euros a través de donaciones de los compañeros. Un dinero que sirvió para comprar víveres y contratar todo tipo de profesionales como fontaneros o electricistas de toda España. "De esta forma, ayudamos a 900 familias".

Después de lo vivido, Roberto explica que se encuentra bien psicológicamente gracias a su experiencia en catástrofes, aunque cuando pisa Paiporta no puede evitar emocionarse. De esas semanas se queda con el orgullo del trabajo realizado por la Guardia Civil, y en su caso personal, el haber encontrado, en medio de la tragedia, el amor, una sanitaria del SAMU, que conoció en las zonas habilitadas para atender a los damnificados, que le ha unido aún más a la tierra a la que acudió a ayudar de manera desinteresada.