El Ampa de un colegio de Valencia reclama un ascensor para los 14 niños con movilidad reducida del centro
El colegio solo tienen un ascensor viejo, que se instaló cuando se contruyó el edificio, y se estropea constantemente
Las continuas averías impiden a los alumnos con movilidad reducida asistir a las clases en las plantas superiores o bajar al patio a jugar con sus compañeros
Los niños de un colegio de Valencia rompen barreras con el deporte adaptado: "Juegan todos juntos, aunque no necesiten silla de ruedas"
Como centro educativo preferente de niños con discapacidad motora, el Colegio Público Tomás de Villarroya de Valencia cuenta con 14 alumnos que tienen que utilizar silla de ruedas para desplazarse.
El problema es que solo tienen un ascensor viejo, que se instaló cuando se construyó el edificio, y se estropea constantemente. Esto impide que los niños puedan acceder a las aulas de las plantas superiores o bajar al patio para jugar con sus compañeros. "Ayer no funcionaba, hoy tampoco y hace poco estuvo quince días sin funcionar", denuncia Eva Garrido, presidenta de la Asociación de Madres y Padres (Ampa).
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Incluso en una ocasión, tuvieron que acudir los bomberos para ayudar a bajar a los niños a la calle.
Ante esta situación llevan más de un año pidiendo la instalación de un ascensor nuevo. "Cuando se estropea los niños no pueden asistir a sus clases y aunque están con un educador pierden el ritmo del curso y no pueden estar con sus compañeros. Y cuando funciona, como solo cabe una silla se forman unas colas enormes y llegan tarde a clase por lo que la primera hora suelen perderla", lamenta la representante.
Después de mucho insistir consiguieron que se aprobara el presupuesto para el elevador, pero la instalación se retrasa y la situación es ya insostenible. "En agosto iban a venir a iniciar las obras, pero todo ha quedado parado. Parece que falta un papel que tiene que entregar la empresa constructora al ayuntamiento para que conceda la licencia de obras, aunque poco más sabemos", explica Garrido, que señala que "ya tomaron las medidas y tienen claro dónde se va a colocar, pero no hay avances".
Ejemplo de deporte inclusivo
El Colegio Público de Infantil y Primaria Tomás de Villarroya es un ejemplo de deporte inclusivo. Hace un año, gracias a la insistencia de David, padre de Paco, un niño con discapacidad motora, se puso en marcha una actividad extraescolar en la que todos los niños del centro podían jugar baloncesto adaptado, necesiten o no silla de ruedas. Ahora un año después, se ha ampliado a otros deportes como badminton, hockey o rugby. Además, aspiran a que pueda ampliarse a otros colegios de Valencia para que se puedan jugar ligas o torneos e, incluso, unas multiolimpiadas.
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