La DANA destruyó su mercería: "Cuando vi que el barro había llegado hasta el techo, me dije 'esto es inviable"
Muchos pequeños empresarios lo perdieron todo y ahora tratan de reinventarse para sacar adelante su vida: así lo cuentan
Von der Leyen, tras reunirse con víctimas de la DANA: "Esta tragedia debe guiar nuestros preparativos de futuro"
La DANA, que arrasó Valencia con 227 fallecidos, nos ha dejado secuelas físicas, psicológicas y económicas. Andrés, un empresario nos abre las puertas a su desastre particular. Su despacho se desintegró y "voló todo: "nos ha reventado la pared". "Aquí no se ha salvado nada", nos cuenta este hombre que cuenta con su hijo para salir adelante. La mercería de Prado ha tenido que cerrar sin recibir "ningún tipo de ayuda".
"Nos ha volado todo, cuenta este pequeño empresario. Su carpintería metálica ha quedado arrasada: Nos ha contado el 'después' de la riada que desmontó su vida, tal y como la tenía.
Su hijo le está echando una mano para salir adelante. "Mi hijo ha tenido que dejar de estudiar para venir a ayudarnos", ha explicado Andrés con amargura.
Su taller ha quedado inservible. y no hay nada que se haya podido recuperar de la riada y el lodo. Han tenido que recurrir a los de sus amigos. Así lo relata: "Tenemos que trabajar el doble para generar lo que antes hacíamos en una hora; ahora necesitamos dos o tres".
Los 85.00 euros que han recibido del consorcio son insuficientes. "Nosotros cuando llegamos a 254.000 euros dejamos de contar ya lo que perdimos" y lanza una queja que parece dirigida a Mazón cuando se lamenta de "que la gente que tiene que poner solución a esto no le ponga solución".
De la mercería de Prado, con más de 20 años de existencia, no queda absolutamente nada. Su propietaria ha tirado la toalla y ni siquiera ha intentado reabrir. "Cuando vi que el barro había llegado hasta el techo, dije 'puff' esto es inviable". Siete meses después sigue sin recibir ninguna ayuda
La mujer, que se daba trabajo a sí misma expresa su decepción después de un peritaje que se realizó hace meses: "Yo por mi negocio he recibido cero euro y ningún tipo de ayuda". Su obsesión sigue siendo pagar a sus proveedores. "Yo he trabajado toda la vida con ellos y les voy a pagar, confirma.
La DANA se tragó los 300.000 euros que tenía en género. Sigue esperando un salvavidas para salir a flote.