El piloto del único helicóptero de Salvamento Marítimo que trabajó la noche de la DANA: "Se nos cayó el alma a los pies"
Javier Lozano y su equipo salvaron a once personas y a un perro la noche de la DANA
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Se acaban de cumplir siete meses de la DANA que dejó 228 muertos por unas alertas que llegaron muy tarde, pero también se salvaron vidas y ocurrió algo inusual: un helicóptero de Salvamento Marítimo se adentró en tierra, en plena noche, a pesar del riesgo de chocar con los cables de alta tensión, para salvar a once personas. Javier Lozano, el piloto que manejaba esa nave ha contado, por primera vez, lo que vivieron, tal y como se puede ver en el vídeo de Cecilia Encinas.
“Fue increíble. Desde llegar al aeropuerto que estábamos con las carreteras cortadas, la autovía…”, recuerda Javier Lozano, comandante del helicóptero de rescate.
Ni él ni sus compañeros podrán olvidar aquel 29 de octubre en el que decidieron volar a pesar de los riesgos. Pensaron que podían “localizar a la gente que esté más en peligro, avisar a las unidades de tierra para que vayan allí, iluminar la zona…”.
Salvaron a once personas y un perro
Antes, tuvieron que acudir a buscar al copiloto que estaba atrapado en el centro comercial Bonaire anegado y, una vez en el aire, se dieron cuenta de que les necesitaban para mucho más.
“Despegamos y vimos la total oscuridad, la meteo horrible y cientos de luces pidiendo ayuda, se nos cayó el alma a los pies, no tengo palabras, vimos que era imposible que los equipos de Tierra llegaran porque estaba todo anegado. Hablamos con la torre y nos dijo que hiciéramos lo que pudiéramos”, dice.
Así comenzaron los rescates: “Empezamos ya a sacar gente que estaba a punto de morir. Las dos familias que sacamos estaban ahí en Manises en el río Turia y ya se habían despedido de las familias. Fuimos solventando las situaciones que nos fuimos encontrando poco a poco, con calma. Salió todo dentro de lo malo bien”.
En total, salvaron a once personas y un perro, una verdadera hazaña porque estos aparatos nunca realizan rescates de noche en zona urbana. “Es que nunca se ha hecho rescate de este tipo de noche en una ciudad o en unos pueblos porque es muy peligroso porque está lleno de obstáculos y más sin gafas de visión nocturna”, señala Lozano.
En estos días, Javier ha contado su peripecia en un congreso internacional de aviación policial celebrado en Francia para exponer lo que aprendieron de esa experiencia.
“Desgraciadamente, vemos que está pasando cada vez más estos episodios de tormentas torrenciales, entonces, ellos lo que quieren es tener un feedback de lo que hicimos para estar preparados y para aprender de lo que vimos. Eso tiene un valor incalculable para nosotros, para los que trabajamos en estos”, asegura.
Sin embargo, en España nadie les ha solicitado esta información. “Éramos los únicos allí esa noche, nadie más lo puede saber, éramos los únicos. Entonces, es extraño que nadie se haya preocupado de decir: ‘oye, mira, decidme qué os pasó, qué hicisteis, por qué hicisteis esto, cuándo lo hicisteis, qué dificultades tuvisteis’. No sé, es como que no pasó”, dice.
Desde luego, pasó. Y gracias a ello pueden contarlo las once personas a las que salvaron la vida.