En Becari@s estamos indignados con la emisión de 'El Pacto'. Ahora todas las adolescentes españolas se van a quedar embarazadas a cascoporro y los cazadores de almas sin escrúpulos nos vamos a quedar sin mojar. En la redacción, en vez de fusilar el argumento (o la falta de él) de la polémica TV Movie de Colomo, sólo nos hemos quedado con el concepto de despertar el instinto maternal de nuestras becarias.
Por tanto Alejandra y Marta se comportan como madres pesadas, repetitivas, taladrantes y predecibles. Instaladas en el tópico, adoptan a Willy y Diego como si fueras sus pipiolos. Al principio a estos no les mola un 'pescao', pero en seguida se dan cuenta de que eso de ser los niños de las becarias les puede reportar sexo, que es lo único que tienen en la cabeza este par de antihéroes postmodernos.
Con esa intención Diego hace pequeño a Willy merced a la superlaserpistola menguante de este último. Lo que pasa es que a Diego se le va de madre y Willy acaba con el tamaño de un 'Gin Tonic'. Para más inri Alejandra, en otro acto de suficiencia premenopáusica, le quita la 'pipa' a Diego y se esfuma toda esperanza de restaurar la estatura de su compadre.
Pero la cosa siempre puede ir a peor. En el argot futbolero se diría que siempre juegan once contra once y gana Alemania. Aquí llega el de mantenimiento de la fotocopiadora, que pesa unos 150 kilos, reventado por un día duro, y se sienta con su orondo culo encima de la zurrraspa de Willy. Acto seguido, un segundo cuerpo escándalo hace lo propio aniquilando cualquier atisbo de vida.
Es un final con enjundia, una gran metáfora de darwinismo social digno del mismísimo Spencer. La ley del más fuerte, evolucionismo puro. Es que en Becari@s en el fondo si leéis entre líneas en cada uno de los capítulos, detrás del caca, culo, pedo, pis, se esconde la verdad del universo. En el siguiente capítulo os contaremos en clave el siguiente paso que debéis dar para nuetro gran objetivo final: el suicidio colectivo.