Jaime Ostos contra todo lo que respira

telecinco.es 10/06/2009 13:37

Decir que Jaime Ostos es un mamarracho maleducado a estas alturas de la película no sorprende a nadie, por lo menos a nadie que haya visto la degradación de alguien que fue muy grande en una plaza de toros -según entendidos de la tauromaquia-, pero un ser mediocre y vulgar en los últimos terrenos que el anciano ha decidido pisar.

Jaime cambió radicalmente de forma de vida enterrando al gran ex matador de toros para dar vida a un siniestro friki que hubiera podido dejar sin trabajo a Carmen de Mairena o al singular Pozi.

Todo este artículo va dedicado a él, y es un pensamiento que ya tenía hace tiempo sobre su persona pero que en su última intervención televisada, arremetiendo contra mí durante más de 2 minutos, ha hecho que ese mismo pensamiento tenga forma de post y lo publique con total libertad desde mi espacio, desde el confesionario, pues si él utiliza una cámara para poner a parir a la gente sin estar presente, ¿por qué no puedo yo hacer lo mismo sin tener delante al ex asesino de toros?

Todo comenzó con el picha brava de su hijo Jacobo Ostos, el mismo que al parecer y según me confesó para que lo hiciera público se lio en los baños de una discoteca de la capital con Tamara, ex de Paquirrín, en el mes de diciembre del pasado año, además de contarme otros devaneos con Techi, también ex de Paquirrín -al parecer el muchacho es aficionado a comerse las babas del descendiente de la tonadillera- y otras muchísimas famosas que, según él, darían para hacer 4 o 5 programas de La Noria, con la salvedad de que su padre no le dejaba, dato que me resulta hasta gracioso, máxime cuando a su padre sólo le ha faltado entrar en Hotel Glam hace cuatro temporadas.

Bien, pues esa misma noche el joven Jacobo Ostos salía de una discoteca -raro en él, pues lo normal es que le hubieran cogido en el Museo del Prado o en una biblioteca- y dio unas declaraciones negando la mayor y comentando que le parecía vergonzoso que esa información saliera a la luz pública, cuando horas antes él mismo me lo confirmó y AUTORIZÓ para que pudiera dar esta información.

Como es lógico y normal, desde el programa Sálvame le repliqué y conté la conversación conforme había sido y le advertí de que si seguía por esos derroteros podía dar a conocer la conversación grabada en mi teléfono móvil y podía quedar en evidencia delante de muchísima gente, dado que la conversación duro muchísimos minutos.

En ese momento, Jacobo dejó de existir utilizando la técnica del avestruz, escondiendo la cabeza bajo tierra y dejando a su progenitor lanzar una serie de descalificativos e insultos hacia mi persona por haber dejado al menor de sus hijos en evidencia.

Pues bien, señor Ostos, a mí no me dan ningún miedo sus amenazas, insultos y humillaciones en público, más bien no me dan ni asco, dado que no me importa un pimiento ni usted ni los hijos que le van saliendo como setas a los que usted no reconoce, ni su actual mujer que, según publicaba el diario El Mundo el pasado día 8 de junio, se anda perdiendo entre las fresas y el alcohol de las fiestas a las que acude.

Tampoco me importa que este personaje de ficción demuestre cada vez que puede o le dejan estar limitado para lo que no sea vestirse de geisha o de faraón en los saraos, puesto que no sabe ni cambiar una rueda pinchada de su coche.

Lo que de verdad me importa a la vez que me alarma son los diez años de palizas continuadas que según su ex mujer Consuelo Alcalá le han servido para escribir un libro “La mujer del héroe” en el que nos describe a su ex marido como el típico señorito andaluz, macho bravío de grandes ideales -el de la mujer en la cocina- y torero con un par de testículos como un ejemplo de Miura desatado. Como así lo hiciera también su actual mujer M.ª Ángeles Grajal, con la que ambos vivieron terribles encontronazos. Ella también interpuso en su día numerosas denuncias contra él, pero ha optado por la amnesia e ignora por completo el abundante material que hay en las hemerotecas sobre su turbulenta relación.

También me importa ese odio que según dice yo tengo contra todo el mundo y en el que parece que se ve reflejado, pues no en vano comentó lo siguiente de estos colegas de profesión:

Isabel Pisano: “Isabel completamente antitaurina, escribió un artículo en el que dejaba al arte del toreo por los suelos. El artículo ha llegado a manos de Martín Pareja Obregón que lo leyó en alto. Y Jaime Ostos defiende el toreo a muerte, “es un arte” dice… Para completar la defensa descalifica a la periodista insultándola y criticando su nariz de “mal operada”, su peinado, etc…Vamos, todo por defender lo más suyo…”

Mª Eugenia Yagüe: La insulta sin parar durante la emisión del programa de Canal 9, Tómbola, ya que a su parecer Mª Eugenia Yagüe ahora va de fina y es una escoria humana.

Karmele Marchante: Muchas han sido las trifulcas entre ellos, pero lo más fuerte mencionado por el torero hacia la periodista fue “a vé si se muere yaaa y le dan muxo por err culo... que es más fea que el aborto de una mona…”

Mila Ximénez: La llegó a amenazar durante la emisión del programa La Noria en la sala Vip, llegando incluso a levantarle la mano.

Antonio Sánchez Casado: Durante una trifulca en el programa Tómbola, una vez terminado el programa Jaime Ostos llegó a la puerta del hotel donde se hospedaban los colaboradores de ese programa y Jaime se dirigió hacia Antonio Sánchez Casado cogiéndole de la solapa y le dijo: “Hijo de puta, te voy a rajar… te voy a rajar…”

Lydia Lozano: Recibió una amenaza de muerte desde un teléfono propiedad del torero, al que llamaron en directo desde el programa Aquí hay tomate y respondió su señora esposa.

Y muchos más que han sido los afectados de este demente compulsivo, el cual utiliza siempre los mismos insultos, las mismas descalificaciones para humillar al que tiene enfrente o delante pero, eso sí, dejando claro que él jamás se mete con nadie sin que antes no le haya insultado, y si yo no recuerdo mal, jamás he pronunciado el nombre de Jaime Ostos antes de que sucediera este incidente.

En resumidas cuentas y habiéndome despachado a gusto con el personaje en cuestión, Jaime Ostos debería de haberse apellidado ostias pues esta vieja gloria de carácter hosco conocido por una vida un tanto escandalosa, cambió las plazas de toros por la tourné en los platos y convertirse en protagonista de una de las historias más truculentas, con pruebas de paternidad de por medio, sentencias en firme, ex amantes despechadas e hijas no reconocidas.

El torero maleducado, machista, grosero y supuesto maltratador que es de lo peorcito de España tampoco ha hecho ascos a participar en un mercado de la intimidad por un cheque y sin él, para caer en la vulgaridad y hasta el cutrerío.

Querido Jaime, que esta vida te dé… la mitad de lo que tú has ofrecido.

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